¿𝓐 𝓺𝓾𝓲𝓮𝓷 𝓹𝓻𝓮𝓯𝓲𝓮𝓻𝓮𝓼? -𝓙𝓚 ☯︎ [TERMINADO]

T2 - 10 장 🌓

La habitación del hospital estaba iluminada solo por la luz tenue de una lámpara, el sonido del reloj marcaba el paso del tiempo de manera monótona, un ritmo constante que parecía acentuar el peso en mi pecho.

Él estaba sentado en la cama, con la postura relajada pero su mirada fija en mí.

Me obligue a concentrarme en las hojas entre mis manos e ignorar la sensación de ser analizada.

—Entonces, la empresa ha mantenido el ritmo sin problemas. Se cerraron los acuerdos pendientes y los informes financiaros están en orden —dije, manteniendo mi voz neutra.

Sentí su sonrisa antes de verla.

—Eso es bueno. Parece que todo funciona bien sin mí.

No respondí. Sabía que era una trampa una invitación a una conversación que no debía suceder. Solo asentí y pase al siguiente punto del informe, quería terminar e irme lo más rápido posible.

—Eso sería todo —dije deslizando los papeles sobre la mesa de su cama.

Él no los miro de inmediato. En cambio, me observo con esa intensidad que se había vuelto costumbre en los últimos días, como si intentara leer algo en mi expresión.

—Mañana me dan el alta —comentó, como si esperará una reacción de mi parte.

Mi mano se tensó alrededor de mi bolso, pero me obligue a mantener la calma.

—Eso significa que podrás volver a manejar los asuntos de la empresa directamente —dije con frialdad.

Un pequeño silencio se formó entre nosotros. Sentía su mirada fija en mi estudiándome, buscando respuestas que no iba a darle.

—Supongo que estarás contenta —murmuró, recostándose un poco en la cama—. Ya no tendrás que venir hasta aquí todo los día.

—No era mi elección venir— respondí sin emoción, pero apenas terminé de hablar me arrepentí.

—Lo imagine —dijo.

Respire hondo, manteniendo mi expresión controlada. Tome el informe y lo gire hacia él, señalando las partes más relevantes con una frialdad ensayada.

—Revise el estado de las finanzas y los proyectos en curso, su padre quiere que se incorpore lo más pronto posible.

Su mandíbula se tensó levemente.

—Es curioso, todo el mundo parece tener claro lo que debo hacer, excepto yo.

—Eso pasa cuando pierdes la memoria —repliqué sin emoción.

Esperaba que dejara el tema ahí pero su siguiente pregunta me tomó desprevenida.

—¿Y tú? ¿Tienes en claro lo que debes hacer?

El aire en la habitación se volvió denso. No sé si fue la forma en la que lo dijo o el matiz de su voz, pero sentí una amenaza latente, un juego de poder oculto en palabras simples.

Sostuve su mirada, no podía mostrar miedo.

—Cumplir mi trabajo.

Él sonrió, una sonrisa lenta casi entretenida.

—Siempre tan profesional.

Su voz tenía un tinte de burla, como si supiera que detrás de mi indiferencia se escondía otra cosa. No podía permitirme flaquear, di un paso hacia la puerta.

—Si no hay nada más, me retiro.

—Mañana cuando me vaya, ¿estarás ahí?

Su voz sonó diferente esta vez.