El eco de las espadas y cientos de alas batiéndose en un duelo de guerra llegaba desde la lejanía como mero recuerdo de lo que ahí había sucedido hacía unos instantes. Sus ojos ardientes se posaron en la figura que se encontraba frente suyo. Intentó mantener su mirada estoica para no dar señal alguna de lo que realmente le pasaba por dentro, bloqueando toda clase de sentimiento que le pudiera delatar. El dolor de la traición se sentía aun a flor de piel, pero sabía que debía cumplir con su destino, cada uno tenía que hacerlo, para eso habían sido creados.
—¿Qué estás esperando?— le sonrió aquél ser de manera burlona.
Lejano parecía el tiempo en el que ambos habían trabajado lado a lado para llevar a cabo su misión.
—Sólo quiero saber— logró articular con la voz grave—, ¿por qué?
Una risa helada resonó en el lugar, incluso las estrellas parecieron tintinear a sus pies por el sonido.
—El Poder lo es todo.
—Te equivocas- le corrigió—, sólo el Amor lo puede todo.
—El Amor— se burló aquel ser—. El Amor, será su condena- los maldijo, escupiendo las palabras con sorna y malicia, quien antes para sus ojos había sido el ser más hermoso que jamás hubiera visto.
—Que así sea.
—Que así sea— repitió siniestramente, sin perder su voz aterciopelada que de pronto sonó como una ráfaga de aire gélido soplando contra su rostro, mezclándose con la amarga sensación que parecía flotar en el ambiente.
Con un rápido movimiento de su mano, logró sacar, por fin, aquella presencia que tanto daño había causado. Vio cómo caía, envuelta en una nube de tormento y aflicción, la única cosa a la que estaría destinada a lograr desde que decidió aventurarse en el camino de la perdición, adentrándose en el abismo de la oscuridad, para toda la eternidad.
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Mal'akh: GÉNESIS
Science FictionElena Salvaterra está por cumplir los 21 años. Ella creía que era una adolescente común y corriente, pero pronto descubrirá que su destino está ligado a una guerra que se remonta, quizás, desde el principio de los tiempos. Su misión es clara, pero ¿...