II
CAOS
—¿Y bien?— Elena salió de sus pensamientos para encontrarse con la mirada inquisitiva de su amiga Laura, quien le había estado hablando animadamente a ella y a Ingrid por un largo rato.
Las tres amigas se encontraban saliendo de su último examen final, y habían acordado reunirse a tomar algo para poder festejar a Elena por su cumpleaños. Y aunque ella estaba agradecida por todo lo que sus dos amigas habían hecho por ella ese día, tenía mil y un preguntas resonando en su mente desde la madrugada.
No podía culparse por tener la cabeza en otro sitio. Se sentía rara y ajena a todo lo mundano que pasaba a su alrededor. ¿Cómo iba a poder llevar su doble vida? Sintió remordimiento al saber que no iba a poder compartir su secreto con sus dos amigas. ¿Por qué era aquello tan difícil? La única regla que tenían que no le agradaba para nada era dejar toda su historia atrás, ¿no se suponía que el futuro se construía en base al pasado? Ella siempre había pensado que esa era una buena regla de oro para todo. Al parecer se equivocaba.
—Perdón, no te escuché.
Laura rodó los ojos.
—En serio amiga, sino te conociera diría que nos estás ocultando algo. Los exámenes te tienen muy estresada, por suerte ya se ha terminado el suplicio— «Si realmente supieras...», pensó Elena con amargura—. Te pregunté, ¿qué tal fue tu encuentro con los Laguardia? Anoche no nos respondiste ninguno de nuestros mensajes.
Era cierto, Elena había tratado de esquivar a sus dos amigas, y además había pasado toda la madrugada en el Sacellum. Había sido el propio Rafael quien la había obligado a ir a la Facultad aquel día.
—Debes aparentar normalidad un poco más.
—¿Lo dices en serio?— preguntó algo molesta, aún seguía cabreada de su encuentro con Axel, pero realmente las cosas comenzaban a adquirir otro significado para ella.
—Es necesario que lo hagas, así podrás adaptarte mejor a lo que viene.— Rafael la miraba serio, ella sabía que lo hacía para calcular sus reacciones. Se sentía como un paciente observado por un médico.
—¿Y qué es lo que viene?— preguntó irónica—. ¿Más sorpresas?
—Algo así.
Elena sabía que debía tener paciencia, pero a veces Rafael y sus vueltas la sacaban de quicio. ¿Por qué no le explicaban todo de una vez? A pesar de estar separada del grupo de los mal'akhim, no podía dejar de observar la tranquilidad con la que aquellos jóvenes se movían. ¿No estaban preocupados por lo que eran? O, ¿era acaso que ellos sabían ya lo que debían saber y la única en pañales era ella? Miró con cierto resentimiento a Axel Allighieri. Se veía muy cómodo hablando con el castaño Ethan Arkwright.
Había algo extraño en Axel, aún no podía decir el qué pero estaba segura que ella lo iba a descubrir pronto, era una especie de corazonada que tenía. A ella, sus corazonadas, nunca le fallaban.
—Lo siento, ¿vale?— se disculpó con sus amigas, saliendo de sus pensamientos—. Estoy realmente cansada, los exámenes me estresaron.
—Lo que yo dije— murmuró cantarinamente Laura.
Elena bufó. Las tres amigas entraron en la cafetería en donde siempre se reunían. Adentro había poca gente, muchos de los alumnos de la Facultad habían decidido terminar con sus exámenes y salir de las instalaciones que conformaban su Universidad, así que no era de extrañarse que el lugar no estuviera para nada concurrido. A Elena le parecía mejor así, el ruido intenso de las conversaciones era irritante.
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Mal'akh: GÉNESIS
Science FictionElena Salvaterra está por cumplir los 21 años. Ella creía que era una adolescente común y corriente, pero pronto descubrirá que su destino está ligado a una guerra que se remonta, quizás, desde el principio de los tiempos. Su misión es clara, pero ¿...