IV
AXEL
Elena salió con paso presuroso del aula de Orientación, la seguían de cerca Ingrid y Laura. Quería llegar a tiempo a la cafetería, si no se apuraban era probable que ya estuviera a reventar de gente.
—Parece que tuvieras un cohete metido en el cu...
—No sigas esa frase— regañó Ingrid a Laura—, ¿no ves que allá está el Padre Nicanor?
Efectivamente, a unos pocos pasos de las tres amigas se encontraba el sacerdote. No era extraño encontrarlo en aquél lugar, debido a que la Institución era religiosa, lo que les resultó extraño era la expresión en el rostro del hombre se veía algo abatido. Normalmente, creían que para su avanzada edad parecía tener mucha vitalidad, pero en aquellos momentos era como si la edad lo hubiera alcanzado de golpe.
—Hola Padre— le saludaron las tres con educación al pasar a su lado.
El hombre las miró sobresaltado. Sus ojos grises las escanearon de arriba abajo y se detuvieron un instante más de lo normal al encontrarse con los ojos verdes de Elena. Por un segundo a la chica le pareció que el sacerdote la miraba con sorpresa, pero luego descartó la idea al ver cómo el hombre fruncía el ceño.
—¿No deberían estar en clases?— preguntó con algo de brusquedad.
—Han terminado hace unos minutos— respondió Ingrid con amabilidad.
El Padre Nicanor asintió, para luego volver a tener una expresión de aturdimiento.
—En ese caso las veré en clases.— El hombre se alejó con paso presuroso, perdiéndose entre los alumnos que salían de sus clases intercambiando notas y comentarios sobre los finales que habían rendido ese día o su preparación para los mismos.
—Extraño— murmuró Elena.
—Es el Padre Nicanor— soltó Laura—, no era de esperar. ¿Recuerdan aquella vez en la que en clase de Teología nos comenzó a hablar sobre el fin del mundo? Aquél hombre está perdiendo la chaveta(15), ya les digo yo que la religión a veces causa un fanatismo psicótico.
Elena frunció el ceño.
—¿Realmente lo crees?
—No lo creo, es un hecho- Laura la miró con seriedad—. ¿A caso no has leído lo que sucede con las personas religiosas? Un claro ejemplo es Juana del Arco. ¡Esa mina estaba más pirada(16) que yo!
Elena trató de sonreír, pero algo dentro suyo se removió inquieto. No les había contado nada a sus dos amigas sobre las cosas extrañas que le estaban pasando. Si bien una parte de ella se moría de ganas de poder hablarlo con alguien sabía que podían tildarla de loca.
Con esos pensamientos en la cabeza, giró la cabeza imperceptiblemente. ¿Y si había alguien que sí le creyera? De pronto se encontró recordando la clase del Padre Nicanor, aquella que Laura había mencionado.
El hombre había ingresado en el aula, con su Biblia bajo el brazo y una expresión de seriedad que pocas veces le habían visto sus alumnos.
—El Apocalipsis— recordó que el sacerdote había anunciado, sin dejar de sostener el Libro en sus manos—. ¿De qué creen que trata?
—El fin del mundo— respondió uno de sus compañeros.
El sacerdote sonrió de manera misteriosa, y por fin aflojó su agarre en la Biblia.
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Mal'akh: GÉNESIS
Science FictionElena Salvaterra está por cumplir los 21 años. Ella creía que era una adolescente común y corriente, pero pronto descubrirá que su destino está ligado a una guerra que se remonta, quizás, desde el principio de los tiempos. Su misión es clara, pero ¿...