Capítulo 2: Salvando vidas

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Volví a mi ruta principal, ya estaba un poco alejada de la ciudad del diablo, nunca mejor dicho, así que ahora sigo como antes: Perdida, sin saber a donde voy y haciendo más largo mi camino. En este momento voy por un bosque, un solitario y aburrido bosque. Tengo un aburrimiento que no me lo quitaría ni ver la caída más tonta y graciosa o ser espectadora de una pelea entre humanos y observar como se matan entre ellos. Me muero porque pase algo interesante.

Pero cuando toda esperanza de encontrar algo que me entretuviera, mis oídos captan un sonido, ese que es inconfundible, el de espadas batallando, no me lo pienso dos veces y voy a ver que es. Escondida entre los árboles, veo un grupo de hombres, que formaban un medio círculo, atrapando a una joven muchacha, de un pelo liso y rojo como la sangre, una piel de porcelana y unos ojos claros pero arruinados por una cicatriz en uno de ellos. Portaba dos espadas que estaban puestas a la defensiva. No podía esperar más, quería ver como acababa con todos ellos y así pasó. Se tiró hacia ellos dispuesta a acabar con cada uno, todos intentaban defenderse pero era imposible escapar de aquella chica. Era veloz y mortal, terminaba con uno y luego con el otro, no les daba tiempo ni de defenderse...O eso pensaba.

Cada vez había más hombres, no podía ni contar cuantos eran. Esta vez rodearon bien a la chica ya que salían de entre los árboles. Me fijé en ella, miraba a todas partes, seguramente planeando su siguiente ataque, pero estaba perdida, no sabía por donde atacar y derrepente, uno de los hombres saca una pistola y dispara contra la joven. La bala le rozó en el brazo dejándole una pequeña herida. Notaba en su rostro dolor. Puede que me haya prometido no matar a más hombres, pero estos me repugnaban, no merecían seguir viviendo. Me subí al árbol y fui saltando de rama en rama hasta llegar a una que estaba justo encima de la mujer. Espere el momento adecuado. Empezaban a acercarse más, esa era mi oportunidad. Salté del árbol, quedando delante de la muchacha y sin pensarlo empecé a atacar. Uno a uno iban cayendo, no me había sentido tan bien nunca, cada esencia que consumía me volvía más fuerte. Si me detuve un momento fue para hablar con la chica.

- ¡Vamos! No te rindas, podemos con ellos - dije convencida de que la animaría.

Y la animé. Asintió con la cabeza, sonriendo, en señal de agradecimiento y volvió a la intensa batalla, asesinando a los que quedaban. Después de un rato, solo quedaban cadáveres en el suelo y charcos de sangre. Derrepente comenzó a llover, el agua se llevaba la sangre, al igual que mi promesa por una noche. Yo estaba observando aquel paisaje, el cual al mirar danban ganas de llorar. La joven estaba apoyada en el árbol respirando un momento, descansando de la pelea.

- Agradezo tu ayuda, si no hubieras aparecido...Quizás ni lo hubiera contado - dijo acercandose a mi - Gracias.

Aquella fue la primera vez que oí la palabra ''gracias'' y que se dirigía a mi.

- No...No ha sido nada, no podía dejar que acabaran contigo. No hace falta que lo agradezcas - dije sonriendole.

- ¡Si hace falta! Has sido mi salvadora, te debo la vida así que déjame devolverte el favor. ¿Vas a algún sitio?

- Si...Bueno...Más o menos. Quiero empezar una nueva vida, pero el único problema es que no se a donde ir.

- Pues...Creo que ya sé que voy a hacer para devolvertelo. Ven conmigo, te ofrezco un sitio para vivir hasta que encuentres tu camino, además está oscureciendo y aquí es peligroso estar por la noche. ¿Qué me dices? Para mi sería un gran honor.

- De acuerdo, iré contigo. Muchas gracias, pero ahora soy yo la que esta en deuda contigo.

La muchacha se rió.

- ¡Venga, vamos! Sigueme. Por cierto...¿Cómo te llamas?

- Ahri, ¿y tu?

- Katarina - dijo sonriendo.

La seguí y para mi sorpresa me llevó a la ciudad dónde se encontraba el arrogante humano. Ordenó que abrieran la puerta, y así obedecieron los soldados. Una vez dentro, iba al lado de Katarina, observando fascinada las casas que atraían mucho a la vista, también había muchas tabernas y herrerías donde forjaban grandes espadas. Seguía preguntandome donde estaba, por lo que le pregunté a la que lo sabía.

- Oye Katarina...¿Dónde estamos?

- En Noxus, la ciudad de los guerreros.

Una duda ya estaba resuelta, por fin sabía dónde me encontraba. Un soldado paró a Katarina y yo me quedé un poco atrás para no interrumpir en la conversación. De pronto, un destello dió en mi ojo. Venía de un callejón que estaba al otro lado. Me entró mucha curiosidad saber lo que era, así que fui a averiguarlo. Estaba oscuro, solo podía ver a tres palmos de mi nariz. Se puede decir que estaba avanzando por aquel lugar a ciegas, y casi con los brazos extendidos para evitar chocarme con algo. Pero en ese momento siento que doy un giro y paro en seco apoyada en algún sitio. Siento algo en el cuello y una presión en una mano puesta en mi espalda. Empiezo a notar una respiración en mi oído. Apuesto todo a que ya se quien es.

- Has vuelto y eso que te advertí que no lo hicieras. Sabes lo que pasa ahora ¿verdad?

- Sí. Ahora es cuando te devuelvo a humillación de antes.

- Lo siento, pero dudo mucho que te puedas mover, tengo mi cuchilla puesta en tu cuello. La decisión de que mueras puede ser de ambos. Si te mueves morirás y yo puedo aniquilarte con solo apretar un poco más. Voy a ser bueno por una vez...Y voy a dejar que elijas tu.

- ¿Siempre tratas así a las mujeres? - me limité a preguntarle.

Él soltó una leve carcajada.

- Solo si son especiales.

- Entonces...¿Por qué tengo ese privilegio?

- Porque eres especial...Nunca he matado a nadie como tu.

- Vaya...Parece ser que he conseguido provocarte un poco de atracción...¿Debería estar orgullosa?

- Deverías estar muerta...

Empezó a apretar más todavía su cuchilla, pero justo cuando estaba a punto de terminar y arrevatarme la vida un grito lo paró.

- ¡Basta!

Era Katarina.

- ¿Que se supone que estás haciendo? - dijo dirigiéndose a él.

- La respuesta es obvia.

Estaba quedándome sin aire, ya no podía respirar. Apretava demasiado fuerte.

- ¡Suéltala de una vez!

- ¿Por qué debería hacerlo?

- ¡Porque me ha salvado la vida!

- Eso...¿Es cierto? - dijo mientras retiraba la cuchilla.

- Sí, y será mejor que empieces a acostumbrarte, porque la verás más a menudo, ya que se quedará durante un tiempo con nosotros.

- ¿¡Qué!?

- Lo que oyes - dijo acercándose a mi - Tranquila, dejálo, es tonto - cogió mi mano y me llevó con ella.

No sabía muy bien a donde iba terminar llevándome, pero sé que esa no será la última vez que iba a volver a verlo.

Y De Repente Tú (Ahri x Talon) - League of Legends FanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora