Capítulo 7: Cuidando de ella

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Talon P.O.V

Distinto...Tal vez tuviera razón y tal vez no. Estaba apoyada en mi hombro y yo la tenía abrazada, era raro ya que nunca había estado así con alguien, pero me sentía bien.

"Me estoy volviendo loco" - pensé - "¿Qué me pasa para estar así?"

Era obvio, solo me pasaba con ella, cuando estaba a mi lado...Cuando observaba sus ojos y me fundía en ellos. ¿Pero que cojones? Solo digo gilipolleces, yo no era así, pero cuando llegó...Tendría que haberla matado. La miré un momento, estaba dormida y era muy graciosa. La cogí en brazos, sinceramente, me ponía enfermo...Su escote...Demasiado cerca.

- ¡Pervertido! - gritó y me dió una bofetada, estaba soñando pero desde luego me la merecía en ese momento.

Estoy seguro que soñaba con antes...Cuando estaba con ese camisón que me dejó hipnotizado. La llevé a su habitación y la dejé en la cama. Bien, Talon, bien, la tumbas y antes no apartas las sábanas para taparla, viva mi inteligencia. Miré por los armarios para ver si había alguna manta, pero no aparecía ninguna. Tampoco podía dejarla así, empezaba a hacer frío. No me quedaba otra opción, así que me quité la capucha junto a la capa, ya que estaban unidas, y se la puse por encima. Me quedé mirándola por un instante, su rostro de porcelana, sus finos labios...No sabía como, pero era perfecta. Al verla, sentía que estaba en otro mundo. Después de volver a la realidad, me fui a mi cuarto, me eché en la cama esperando a que el sueño llegara, mientras recordaba la noche que pasé estando a su lado. Una cena quemada, la fuente...Sin querelo, todo había sido genial.

Al día siguiente, me desperté temprano, mucho antes que Ahri así que decidí llevarle algo, pero nada especial, solo una manzana y un pequeño racimo de uvas. Cuando abrí la puerta de su habitación, la vi, todavía con los ojos cerrados y la capa sobre ella. No se la quité para no despertarla aún, pero la verdad, con lo absorbida que estaba en sus sueños dudo mucho que consiga devolverla a la normalidad. Dejé las frutas sobre la mesita que había al lado de la cama y cuando me giré la vi temblando. Pensé que estaría en su mundo y que era un sueño como mi bofetada de anoche, pero cuando pasé mi mano por su frente para apartarle el pelo, estaba ardiendo. Mierda. Tenía fiebre.

Fui corriendo a mi cuarto y deshice mi cama. Cogí las sábanas y mantas y se las puse por encima a Ahri. Seguramente temblaba de frío por culpa de la fiebre. La verdad, empecé a preocuparme, ¿y si empeora?. Empezó a toser, pero era tos seca. Seguía temblando, no sabía que hacer.

- Talon...- dijo débilmente.

- ¡Ahri! Dime si quieres algo.

Pero no respondió, no abrió los ojos, creo que solo me había visto en su imaginación. No quería dejarla sola estando así, pero tenía que ir a por algo para darle y se pusiera bien. Bajé corriendo a la cocina y busqué por todas partes pero no encontré nada. Subí de nuevo a ver como estaba. Cuando toqué su frente, estaba más caliente.

- Ahri...No te preocupes, volveré enseguida.

Salí a toda velocidad de la casa y vi que el mercado seguía puesto. Seguramente venderán algo para la fiebre. En ese momento recordé al anciano y fui a su puesto. Al llegar intentaba recuperarme de la carrera.

- ¿Se encuentra bien joven?

- Eh...Sí...Sí - dije jadeando.

- ¿Y qué es lo que quiere?

- Venga anciano...No me trate así cuando ya me ha visto.

- ¿Verle? Pues creo que no.

- ¿¡Cómo!?

En ese momento recordé que no llevaba puesta la capucha, ya que se la dejé a Ahri.

- ¡Deprisa! Imagínese que llevo una capucha.

- No entiendo...

- Y que conmigo esta una joven más pequeña que yo, preciosa y usted la llama señorita.

- ¡Ah! El muchacho de ayer. Ya sabía que eras tú. ¿Qué te tre por aquí?

- Es Ahri...No se como, pero se ha puesto enferma.

- ¿¡Qué!?

- Me preguntaba si tendría algo para la fiebre...

- ¿Qué pasa cariño? - dijo una señora mayor acercándose al anciano. Seguramente, será su mujer.

- Es este joven, ¿te acuerdas de la señorita sobre la que te hablé?. Pues él es su...

- Compañero - dije antes de que el hombre dijiera alguna tontería.

- ¿Y qué te pasa cielo? - me dijo amablemente.

- Es que, Ahri, la señorita de la que le habla su esposo, se ha puesto enferma y me preguntaba si tendría alguna medicina o algo.

- ¡Oh no! - dijo preocupada - Claro que tengo algo. Toma.

Me dió una pequeña bolsita que tenía colgando de la cuerda de su vestido. La abrí, eran unas hierbas.

- Gracias.

- Ponlas en agua caliente y haz que se lo tome.

- Les debo una - dije mientras cerraba la bolsa - Nos vemos.

- Adiós cielo - se despidió la mujer.

Volví lo más rápido que pude a casa y puse el agua a calentar. Subí a ver como estaba Ahri y seguía en la cama, no había despertado. Cuando me acerqué noté que sus mejillas estaban húmedas, habría llorado por lo mal que se encontraba o por alguno de los sueños que ha tenido.

- Ahri...- comencé a despertarla suavemente.

- Talon...- abrió los ojos, que estaban rojos.

- Sigues muy caliente.

- ¿Qué ha pasado? - decía con la voz entrecortada.

- Te has puesto mala, aunque ya de por sí lo eras, pero tranquila...Te pondrás bien.

- Gracias...- sonrió.

- Vuelve a dormir mientras te preparo una cosa. Pronto estarás como antes.

Y así lo hizo, volvió a dormir. Yo bajé de nuevo, eché el agua caliente en un vaso, donde había puesto las hierbas que me dió la anciana. Se lo llevé a Ahri y se lo tomó, eso sí, con mucho asco.

- ¿Está bueno? - dije bromeando.

- Esta horrible - dijo y comenzó a toser.

- La has pillado buena.

- Sí...Oye Talon - cogió mi mano.

- ¿Qué pasa? ¿Te sientes mal?

- Quédate...No te vayas por favor.

- Vale.

Y allí me quedé, sentado a su lado, mirándola, con sus ojos otra vez cerrados, durmiendo profundamente.

Y De Repente Tú (Ahri x Talon) - League of Legends FanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora