Capítulo 6: Lo siento

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Cocinar...Bueno, no es que me lo aplicara mucho y estuviera todos los días creando recetas, solo veía como hacían comidas típicas de Jonia por la ventana de algún restaurante cuando aún vivía allí. No parecía complicado, por lo menos al observarlo. Fui hacia la cocina, era grande y espaciosa, en la que podían coger perfectamente 15 o más cocineros. Talon estaba apoyado en una gran mesa, donde se encontraban todo tipo de alimentos.

- Bueno, prepárate para retirar eso que has dicho de que no se cocinar.

- Eso habrá que verlo.

- ¿A qué esperamos?

Talon encendió la chimenea y puso en una cazuela agua a calentar.

- Y...¿Qué se supone que vas a hacer?

- Vas a probar el caldo más rico que hayas tomado en tu vida.

- Eso lo dudo mucho.

- Pero lo dices ahora. Dentro de un rato, cambiarás de opinión.

Comenzó a cortar ingredientes, muchos no sabía cuales eran. No era muy especializada en estos productos, solo se carne, pescado y poco más.

- ¿Vas a ayudarme o no?

- Perdona...Pensaba que no la necesitabas, no eres de pedirla.

- Ya, pero es que no voy a hacerlo solo, mucho menos para ti.

- Que amable.

- Toma, ve cortando esto.

Me dió una especie de bola a capas y empecé a cortarla. Noté una lágrima recorriendo mi cara y en un momento estaba llorando. ¿Qué demonios me había dado? Es horrible, no podía parar de llorar. Talon al verme así, empezó a reirse.

- ¡No te rías! ¿¡Qué es lo que me has dado!?

- Se llama cebolla...- dijo mientras echaba los alimentos que había cortado en la cazuela.

- ¡No iré a morir!

- ¿¡Cómo vas a morir!?

- No sé, estoy llorando mucho...Tu me quieres matar.

- Quiero matarte, pero no voy a hacerlo así. Te mataré incando mi cuchilla...

- ¿¡Quieres callarte y hacer algo!? - dije interrumpiendole.

- Vale vale, espera.

Se acercó a mi y deslizó su dedo retirando las lágrimas de mis ojos, los que después sopló para relajarlos un poco. A cada lágrima que se me escapaba la secaba delicadamente. En un momento, volvimos a estar como la noche en la que nuestras miradas se cruzaban diciéndolo todo. Un brillo en los ojos lo hacía más dulce, observaba los míos sin prisa, analizando cada detalle de mi rostro. Era una sensación rara pero a la vez agradable, no quería que acabase. Pero no fue así.

- Talon...

- ¿Qué pasa?

- La comida...Se está quemando.

- ¡No jodas! - fue corriendo a ver lo que pasaba.

- Nos hemos quedado sin cena, ¿verdad?

- Por desgracia, si.

- Bueno, eso se puede arreglar.

Cogí un pollo que había en la mesa y lo puse al fuego para asarlo. Algo había aprendido de observar como lo hacían en Jonia. Al rato, cuando ya estaba echo, Talon lo partió y lo puso en unos platos. No fuimos al salón para cenar, ya que era una mesa muy grande para ambos, así que comimos en la de la cocina, sentados en unos taburetes.

- Te felicito...Has conseguido que tengamos algo para comer.

- Vaya, gracias - dije sonriendo - Supongo que hubiera estado mejor tu caldo.

- Bueno, el pollo asado no está tan mal.

- Porque lo vigilaba yo, que si no también lo quemas.

- Gracias, ¿eh?

- De nada - dije en tono burlón - Aunque es raro...

- ¿El qué?

- Tener conversaciones así contigo, sin tener en cuenta que casi me matas.

- Pero ha sido divertido verte llorar.

Al terminar de cenar, recogimos los platos y limpiamos un poco. Después, Talon se apostó que no podía ganarle a una partida de cartas, no había jugado nunca antes por lo que me explicó como se jugaba. Comencemos a jugar y la verdad, de las cuatro partidas, las gane todas, claro que aparte de que quedó sorprendido, también se indigno porque según él hacía trampa. Por último cada uno se fue a su habitación. La noche se me hacía eterna, no podía dormir, daba vueltas en la cama, me levantaba y me volvía a tumbar, por mucho que lo intentaba no podía conciliar el sueño. Salí al balcón y vi a Talon en el jardín, seguramente, dirigiéndose al laberinto, en donde se encontraba la fuente. Decidí bajar e ir con él, quería saber que hacía allí. Cuando llegue, me acerqué sigilosamente y vi que se quitaba la capucha. Me moví un poco pero crujió una pequeña rama que pisé, lo que hizo que se volviera a poner y se pusiera en posición para atacar.

- Tranquilo, soy yo.

- ¿Qué haces aquí?

- No podía dormir, ¿y tú?

- Lo mismo.

- Hoy a sido un día raro ¿no crees? - dije sentándome en el filo de la fuente.

- ¿A qué te refieres? - dijo sentándose a mi lado.

- No sé, hemos tenido una conversación normal por primera vez.

- Si, y también te he visto celosa, ¿cuándo volverás a estarlo?

- ¡Que no estaba celosa!

- Vale vale, aunque para mi si lo estabas.

- Talon...¿Por qué lo hiciste?

- ¿El qué?

- Salvarme, podías haber dejado que...Ya sabes.

- Podía, tu lo has dicho, pero el caso es que no quería.

- ¿Qué...?

- No quería que te tocaran, pero si lo hicieron.

- Yo...

- Debería haber llegado antes, ¿no crees?

- Llegaste cuando más te necesitaba, si no hubieras llegado...En fin...

Talon me rodeó con su brazo y me acercó a él, dándome un abrazo. Era extraño, nunca entendía porque lo hacía.

- Lo siento...

- ¿El qué?

- No haberte protegido.

- No pasa nada, no tienes porque preocuparte.

- Ahri...¿Cómo crees que soy?

- ¿A qué viene eso?

- Tu solo dime.

- Creo que...Eres distinto, nunca he conocido a alguien como tu.

Después de mis palabras, el silencio se apoderó de aquel momento. Yo seguía apoyada en Talon. Me sentía relajada y cómoda estando en ese sitio con él. Lo último que sentí, fueron mis ojos cerrarse lentamente.

Y De Repente Tú (Ahri x Talon) - League of Legends FanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora