Capitulo 2: "No es mi dirección"

217 11 4
                                    

Verano 2014

Había espacios entre nosotros. No temo ser yo quien diga adiós. La he amado desde antes de los dieciocho pero no somos aprueba de fuego.

Mucho sentía lo que cantaba. Pero yo no lo había escrito.

¿Zayn, escribiste en algunas canciones?-. Me pregunta Louis, levanta la vista hacia mí unos segundos ya que tarde en contestar.

-Sí. Fools gold y Clounds-. Contesto Harry por mí.

-Muy buenas-. Exclama Louis, se va anotando algo en el papel.

Me había puesto nervioso. Cierto que escribo algunas canciones, pero no para el grupo, son más personales y de otro estilo.

-¿Estás bien?-. Pregunta Harry, observándome con detenimiento.

Asentí con la cabeza.

-Ve a descansar. Si necesitas algo, llámame.

-Gracias, amigo-. Sonreí y salí del lugar.

Una vez en casa, sentado en la cama de mi habitación, llame a mi madre.

-Hola, cariño ¿Cómo va toda?- su dulce voz me relajaba tanto.. Me hacía recordar cuando estaba pequeño y olvidaba por un segundo lo lejos que estoy de ella.

-Hola, mamá.

-¿Cómo te has sentido, Zayn? ¿Has descansado?

-Mucho mejor. SÍ, he tratado. Es solo que esta no es mi dirección.

-No sabes que daría para que estés aquí para poder abrazarte en estos momentos. Prepararte algo de cenar y acariciarte la cabeza hasta que te duermas.- reí.

-Lo que hacías para que durmiera era cantarme.

-Sí, pero cuando eras pequeño no diferenciabas si cantaba bien o mal.- reímos.

-Cantas hermoso, mamá. Es una de las cosas que me has dado.

-Cántame algo.- me fue difícil ver por un momento. Mis ojos se llenaron de agua. Parpadee y mis pestañas se empaparon junto con mis mejillas. Comencé a cantarle una canción. Una canción que escribí el día que conocí a una chica.

-Te amo, hijo-. Me dijo al escuchar un sollozo que se me escapo al terminar la canción.

-Yo igual, mamá.

Cuando le colgué, fui al baño y lave mi rostro. Me mire en el espejo. Algo andaba mal conmigo. Extrañaba a una chica, y esa chica no era precisamente mi novia.

Volví a la habitación por mi teléfono y marque el número de Harry.

Te necesito, amigo. Pensé mientras esperaba oír su voz. Salto al contestador y me decepcione un poco. ¿Habrá dicho que lo llamara si lo necesitaba solo por decirlo? ¿Solo por quedar bien? intente con Liam, pero este salto de inmediato al contestador. Diablos, los veía casi a diario y no podían responderme na jodida llamada? ¿Tan hartos están de verme la cara?

Mire el nombre de ella en mis contactos. Presione llamar y mi corazón bombeo rápidamente, temblé de nervios y temor, temor a que ella tampoco me contestara, bastaría eso para derribarme, mi última opción sería ir a beber, yo solo. O llamar a mi novia, en vano.

-Hola, Zayn-. Me saluda tan alegre, sonreí automáticamente.

-¿Cómo estas, Ever?

-Bien. ¿Ocurre algo?

¿Estas ocupada?

-No. Es solo que te note raro-. Hace una pausa. -Tengo una cita pero puedo cancelar.

-¿Una cita?-. Pregunte, extrañado.

-Sí. ¿Por qué te sorprendes?

-No estoy sorprendido, para nada. Estoy celoso-. Rio fuertemente.

-En serio. Puedo cancelar si me necesitas. Ya sabes, para hablar.- suspire aliviado y esperanzado.

-Gracias. De no haber tirado mí diario juro que no te molestaría.

-¿Así que soy el plato de segunda mesa?- reí.

-Claro que no. Eres el segundo plato pero de la primera mesa.

-Tonto.

-Estaré en tu casa en diez minutos.

-Bien. Necesitare más tiempo para pensar en algo para cancelarle a mi chico. Pero está bien.

-¿cita con un chico? Yo creí que sería con un chimpancé.

Rio sarcástica.

Llegue a su casa en cinco minutos y no creo que eso le moleste. Me recibió su padre. Un hombre alto y delgado. Tenía los mismos ojos de su hija.

-Hola, mucho gusto. Soy Zayn.- estrechamos nuestras manos.

-¿Qué tal, hijo? Pasa, Ever lleva una hora alistándose. Ya sabes cómo son las chicas.- me adentre en la casa en donde ya había estado varias veces.

-Oh, no, yo no soy el chimpancé.- me mira extraño.

-Pues con esa barba lo aparentas.- Ever aparece bajando las escaleras con un vestido azul marino tan pegado al cuerpo que hace resaltar sus cerradas curvas.

-Papi, él no es mi cita. He cancelado a John porque no me siento bien y Zayn me hará compañía.

-¿No puedes respirar por el vestido? Tu inhalador está en la cocina-. Dice su padre.

-Gracioso. Ha Zayn no le dio gracia tu chiste.

-¿Eh?-. Claro que no me dio gracia porque no le entendí.

En estos meses Evelina y yo nos vimos más de cinco veces (según mis cuentas) y siempre que hablábamos por teléfono estaba disponible para mí, pero nunca había notado que tenía un cuerpo precioso; piernas largas, caderas anchas y un busto...

-Se quedaran aquí abajo a charlar-. Dijo su padre, en tono amenazador.

-Sí, señor. Lo que usted diga me parece bien.- asintió con la cabeza y desapareció hacia la cocina.

Evelina comenzó a partirse de la risa.

-"yo no soy el chimpancé"-. Imitó mi voz.

Yo estaba todavía sin poder moverme de donde estaba o siquiera decirle algo normal o seguirle la broma. Me di cuenta de lo mucho que significaba esta chica, y o mucho que me hace sentir.

Y me volví un patán. Porque tuve siempre un presentimiento, desde el inicio; ella me ayudaría, me apoyaría y estaría cuando la necesitara, yo en cambio, iba a hacerla sufrir. Y no solo a ella, a mucha gente.

Goodbye, Zayn Malik.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora