XVII

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Mi cabeza dolió desde el primer momento en que mis ojos se abrieron. Harry permanecía a mi lado aún dormido, con su respiración tan pacífica como es de costumbre.
El reloj apuntaba las 6:00 a.m. y gracias al calendario pegado frente a la cama, pude notar que apenas era Martes, aunque se sentía casi como fin de semana.

No pude recordar ni un pequeño detalle de la noche anterior, y por primera vez estoy segura de que no fue causa de mis trastornos cerebrales, aunque creo que el término que le doy ni siquiera existe.

Me pare de prisa mientras mi cabeza punzante me recordaba que el dolor persistía. Llegué al lavabo y mojé mi cara unas tres veces, simplemente porque me sentía fatal.
Salí del cuarto y recorrí todo explorando el camino que me llevó hasta el comedor. Fue cuando pude darme cuenta que no estaba en mi departamento y a juzgar por la bonita manera de despertar junto a Harry, debía ser el suyo donde me encontraba.
Logan me dejó un mensaje preguntando cómo y dónde estaba, porque él se sentía preocupado. Le llamé y expliqué un poco, aunque no estaba segura yo tampoco qué hacía ahí.
El fuerte olor a manzana-canela que el aromatizante desprendía no ayudaba para nada en mi fallido intento en detener las náuseas, que pararon hasta que corrí al fregadero y escupí. Realmente no quiero hablar del tema.

Harry despertó casi al mismo tiempo en que yo terminaba de lavar los platos, porque era lo mínimo que pude hacer después de... Bueno, vomitar sobre ellos.

-Buenos días pooh.
-Buenos días Harry -le respondí casi con vergüenza. Ambos entramos en un muy largo silencio mientras comencé a secar la vajilla.
-Sabes que no es necesario preciosa -mi corazón se detuvo un instante por la manera en que su voz había pronunciado 'preciosa'.
-¿Qué ha pasado anoche?

Harry me contó todo, incluyendo el vómito fuera del auto. Después de eso, comencé a llorar y él se preocupó.
Intentó hacer de todo para hacerme sentir mejor, pero la verdad es que no lloraba por algo, lloraba por todo y «todo» es mínimo comparado con lo que asaltaba mis pensamientos.
«Todo» es una palabra con mucho poder y aún así resulta poco decir que «todo» lo que está pasando es una mierda.

Julie no me recibió en la entrada del hospital como era costumbre. El recibidor parecía sentirse un poco más solo  y supe de inmediato que todo esto provocaba la ausencia de Julie.
Mi taza de café no husmeaba el delicioso olor característico y le hacía falta azúcar, pero no me importaba. Hay cosas más importantes por las que me debo preocupar; mi vida, por ejemplo.

La señora Collins notó mi nuevo estado de ánimo, y aunque se interesó muchísimo en hacerme sonreír un poco, le hice creer que solo estaba deprimida por la muerte de mi supuesta madre, que resultó ser solo una distracción para evitar que encontrara la verdad.
La consulta con Nicole transcurrió casi a la perfección. Casi porque descubrimos un pequeño problema en su cadera, por lo que le sugerí que se hiciera unas cuantas radiografías.
Mientras su mamá esperaba los resultados, Alessa me llamó. Caminé hacia un lugar más privado y contesté.

-Hey.
-¿Qué tal pequeñuela? -sonreí un poco por su apodo.
-Eso debo preguntarlo yo, Alessa. Lamento mucho lo de anoche, yo...
-¡Oh no no no! No debes lamentarte nada, creeeeeme. Ayer tuve la mejor noche de la vida -pegó un grito al aire que me pareció muy divertido- Resulta que éste tipo Devan, es un muuuuuy buen chico, si es que sabes de lo que estoy hablando -percibí picardía en su tono. No pude ahogar una ligera carcajada-. Sadie, me he enamorado.
-Apenas y conoces el nombre del chico, Alessa.
-Cariño, sé que es mierda salir con el tipo que casi viola a tu mejor amiga, pero ¡vaaaaamos! estaba drogado, es un buen argumento, démosle una oportunidad -volví a reír.
-De acuerdo Alessa, ve y bésate con Devan-me-ligo-a-las-dos-amigas -la broma no me salió muy bien, pero de igual forma ella rió-. Debo irme, estoy trabajando justo ahora.
-Ah, cierto, olvidaba que la gran Sadie es responsable -vaciló con una risa-. Nos vemos luego hermosura, besos.
-Dile a Devan que estaré esperando sus disculpas -soltó una gran risa y colgó.
Apenas caí en la cuenta de que Alessa Martino me ha llamado su mejor amiga y no supe la razón. Tal vez es porque yo he sido la única persona en su vida que realmente se preocupa por ella o simplemente lo soy. Decidí quedarme con la segunda opción.

Sadie |h.s.|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora