Desperté muy feliz en la madrugada, y lo único que se me ocurrió hacer fue comenzar a leer el libro que Harry me había recomendado.
Apenas llegué a la página 100, recordé que sería mi primer mañana en el nuevo departamento. Salí y preparé mi desayuno en tanto escuchaba la radio sonar. Cuando regresé a la habitación, mi celular sobre la mesita de noche se encendió; tenía tres llamadas perdidas, todas de Harry. Le regresé la llamada y no fue mucho tiempo el que pasó para que contestara.
-¿Qué pasa?
-Sadie, perdona si te desperté, pero es una emergencia...
-No, no. Estaba desayunando, ¿qué es?
-¿Recuerdas que te comenté del viaje a Holmes Chapel?
-Si, si, claro -le contesté, aunque no estuve segura de recordarlo.
-Bueno, mi mamá me llamó hace unos veinte minutos y dijo que Gerard esta con ella -guardé silencio mientras mi mente se aclaraba. Obviamente recordé el asunto de Gerard misterioso, y después Holmes Chapel.
-¿Está con tu mamá? ¿Y por qué? -Harry no me contestó.
-He metido un permiso para ambos en el hospital, necesito que me acompañes a Holmes Chapel; paso por ti en veinte.
-¡Harry! -le grité antes de que colgara.
-¿Si?
-¿Por cuanto tiempo?
-Dos días, Pooh. Esos serán suficientes.
La poca ropa que había desempacado quedó hecha un desastre por toda la habitación, tan solo necesitaba tres conjuntos de ropa, pero fue difícil seleccionarlos. Preparé un jugo de naranja con zanahoria y lo puse en un vaso desechable. Harry llegó cinco minutos después. Tomé mi celular, el libro de Jhon, audífonos y él me ayudó a cargar la mochila con la ropa.
Esta vez, conducía un Cadillac clásico semi-nuevo por lo que según me contó, aunque el auto parecía estar en perfectas condiciones.
Se subió luego de que cerrara mi puerta, encendió el aire acondicionado y la música del estéreo también.
-Buenos días -sonrió- ¿lista para Holmes Chapel, Pooh?
-Eso espero, dimples -se rió. Echó a andar el auto y giró en la primer esquina.
-En serio, Sadie, tendrás que trabajar en un nuevo apodo -golpeé su hombro.
-Tienes celos de mi ingenuidad -el arqueó su ceja-. Oh, vamos, Pooh es el nombre de una caricatura para niños, no es nada nuevo, Harry -reímos.
-Igual te encanta que te llame así.
Una hora después de escuchar a nuestro conocido rey Elvis, me coloqué los audífonos y puse en reproducción Doo-Woops and Hooligans. Abrí Ciudades de papel y retomé la lectura, donde comenzaba a ponerse interesante. Harry miraba de reojo y sonreía de vez en cuando.
Tres capítulos después la música se detuvo. Cerré el libro y encendí el celular, buscando un nuevo CD para reproducir.
-¿Qué tal el libro? -la voz de Harry llamó mi atención.
-Está súper, me has dejado picada -sonrió.
-Sabía que te gustaría -asentí.
-¿Tienes otro libro para prestarme?
-Wow, termina con ese primero, Pooh -se rió. Pero yo hablaba en serio.
-Puedo acabar este libro antes de que oscurezca, te lo puedo apostar -su comentario me ofendió un poco. El dejó de reír.
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Sadie |h.s.|
FanfictionSadie Chbosky trabaja en un hospital psiquiátrico. No es muy buena memorizando, y tampoco confiando en las personas. La historia se desarrolla en su diario de vida, donde trata de escribir cada situación importante -y no tan importante- que se pres...