VI

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El día de hoy llovió demasiado. Por un momento llegué a pensar que el cielo se caería sobre nosotros. Las nubes grises estaban cargadas de agua, y a mis oídos llegaba el sonido lejano de los truenos y relámpagos. Por lo que parecía, había una tormenta muy cerca. Aún con todo el estruendo, no pude evitar pensar en el chico de ojos bonitos. No fue hasta que vi mi diario, que recordé claramente su nombre. Aparecía en todos lados, y por ello, quiero aclarar algo: probablemente escriba más sobre Harry Styles. Tal vez es algo rápido para considerarlo mi amigo, pero me gusta hablar de él, y sobre todo si es conmigo misma.

Por suerte, hoy es Viernes. Mejor conocido como el único día de la semana en el que no hay mucho por hacer en el trabajo, pero asistía de todos modos. Lo hacía por gusto, y no por aquello de lo que Gerard me acusa. La alarma sonó a tiempo, regalándome unos minutos más para mi aseo personal. Los días lluviosos tenían como consecuencia un clima de locos: nunca se sabe a cuántos grados podremos estar. Me vestí con una simple blusa fresca, que debía llevar bajo mi uniforme. Desayuné tranquilamente y leí la sinopsis de uno de los libros de mamá, antes de que Logan apareciera en su Toyota.
Lucía mucho mejor que ayer, pero no tan bien como acostumbro a verlo. De todas maneras, preferí no hacer comentarios acerca de su físico. El paseo hacia el hospital fue ambientado con el disco de Rolling Stones que había comprado. Logan tarareaba entre dientes, mientras que yo solo me dedicaba a escuchar la letra.

-¡Esto es música, Sadie! -gritó complacido luchando contra el volumen exagerado del estéreo.

-¿Es necesario el volumen exagerado? -giré los ojos y escuché como se burlaba de mi poca capacidad para identificar buena música; una discusión que tendremos toda la vida.
Cuando llegamos al hospital, tan solo se despidió de mí sacudiendo su mano.

Julie se notaba cansada, por primera vez en mucho tiempo. Le sonreí y abracé su cuerpo con mucha fuerza, sintiendo como su cuerpo se sacudía por los sollozos que su boca emitía.

-Todo estará bien, te quiero Julie -le susurré con afecto.

Cuando apenas cumplía trece, tenía una mejor amiga llamada Alessa Martino, que tenía descendencia Italiana. Pasábamos demasiado tiempo juntas, y ella era arrogante y fría. A Alessa le gustaba ir a mi casa por las noches a dormir, y varias veces la escuchaba llorar en silencio. Me despertaba, me sentaba a su lado y le preguntaba qué era lo que pasaba, pero jamás me respondía. Mi mamá se dio cuenta de la situación y me dijo que solo la abrazara y le repitiera que todo estaría bien. Entonces lo intenté, tampoco me dijo qué era lo que pasaba pero al menos logré que se calmara. Realmente no sé porque escribo esto, pero Julie necesitaba el mismo cariño que una vez le di a Alessa, porque ahora ella es mi mejor amiga.

-Me gustaría que fuera así, Sadie -escondió su cabeza entre mi cuello y me hizo sentir cosquillas-. Agradezco que te preocupes por mí cariño, pero no quiero que lo hagas -suspiró-, no es necesario.

-No lo hago por necesidad, Julie -me separé de ella y observé sus ojos- lo hago por gusto y porque eres importante para mí.
No quise hacerla sentirse aún más triste, pero ella comenzó a llorar más fuerte. La ayudé a sentarse y me agaché hasta quedar frente a ella.

-Mi Lizzy esta en el hospital -soltó de golpe. Elisa o Lizzy, es la hija de Julie, que jamás había mencionado antes. Vive con su papá, el ex esposo de Julie, en Gales-, los pulmones le fallaron de nuevo.

-Va a recuperarse, Julie -traté de hacerla sentir mejor-, eres una mujer asombrosa y Lizzy es fuerte, al igual que tú...

-Oh, Sadie -se soltó a llorar y me abrazó fuertemente.

-Todo estará bien -le repetí. Pero eso es lo peor que puedes decir, cuando en realidad no estas segura de que todo estará bien.

Esta vez, el café lo preparé yo. La cafetería estaba vacía, como de costumbre, y olía a pan tostado y canela; que también es de costumbre. Una vez que tuve ambas tazas de café en mis manos, caminé hacia la salida, topándome con Harry sonriente. Quiero remarcar que estaba sonriendo, porque ¡vaya que se le veía contento!

Sadie |h.s.|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora