En la refrescante oscuridad de su tranquilo despacho, Kinderman cavilaba sentado a la mesa. Corrigió levemente la dirección del rayo de luz de la lámpara. Ante él había referencias, transcripciones, pruebas, fichas policíacas, informes del laboratorio del crimen, notas garabateadas. Pensativo, había ordenado el conjunto en forma de rosa, como para desmentir la horrible conclusión a la que lo habían llevado todos aquellos datos, y que se resistía a aceptar.
Engstrom era inocente. En el momento de la muerte de Dennings, estaba en casa de su hija, a la que había llevado dinero para que comprara drogas. Había mentido sobre su paradero aquella noche para protegerla y ocultar todo a la madre, la cual creía que Elvira estaba muerta, a salvo de todo daño y degradación.
Pero no fue Karl quien informó a Kinderman de esto. La noche en que se encontraron en el pasillo de la casa de Elvira, el sirviente permaneció en obstinado silencio.
Sólo al advertirle a la hija que su padre podría estar implicado en el caso Dennings, ella se ofreció a decir la verdad. Había testigos para confirmarlo. Engstrom era inocente. Inocente y mudo respecto a lo que estaba ocurriendo en casa de Chris MacNeil.
Kinderman frunció el ceño ante la rosa formada por los papeles.
Algo no quedaba bien en el "collage". Movió un poquito más abajo, a la derecha, la punta de un pétalo (el ángulo de un testimonio). Rosas. Elvira. Le había advertido duramente que si en el plazo de dos semanas no se internaba en una clínica, le seguiría los pasos y registraría su casa hasta que tuviese pruebas para detenerla. Pero, sinceramente, no creía que ella lo hiciera. Había momentos en que él miraba fijamente a la ley, sin parpadear, como lo haría con el sol del mediodía, esperando que lo cegara momentáneamente para que alguna presa tuviera tiempo de escabullírsele.
Engstrom era inocente. ¿Qué quedaba?
Respirando con dificultad, Kinderman apoyó una pierna sobre la otra. Luego cerró los ojos y se imaginó que se metía en una bañera llena de agua caliente, agua que lo acariciaba. "¡Liquidación por cierre mental!", se dijo. "¡Nuevas conclusiones! ¡Absolutamente todo debe desaparecer!" Esperó un momento, no del todo convencido.
Luego: "¡Absolutamente todo!", agregó con firmeza.
Abriendo los ojos, examinó de nuevo los desconcertantes indicios.
"Otrosí digo": La muerte del director Burke Dennings parece estar relacionada con las profanaciones cometidas en la iglesia de la Santísima Trinidad. Ambas tuvieron que ver con brujería, y el desconocido profanador bien podría ser el asesino de Burke Dennings.
"Otrosí digo": Se ha visto que un experto en brujería, un sacerdote jesuita, visitaba la casa de los MacNeil.
"Otrosí digo": La hoja, mecanografiada con blasfemias, que se encontró en el altar, había sido examinada en busca de posibles huellas digitales. Se encontraron impresiones a ambos lados. Algunas eran de Damien Karras. Pero otras, por su tamaño, podían atribuirse a alguien de manos pequeñas, muy probablemente, un niño.
"Otrosí digo": Se había analizado el tipo de letra de la máquina de escribir utilizada en la tarjeta del altar y comparado con el de la carta sin terminar que Sharon Spencer arrugó y arrojó a la papelera, pero que cayó fuera de la misma, mientras Kinderman interrogaba a Chris. Él la había cogido y se la llevó sin que nadie lo viera. Se comprobó que ambas habían sido escritas con la misma máquina. Sin embargo, de acuerdo con el informe, difería el tacto de las personas que habían mecanografiado ambos escritos. La persona que había escrito la hoja blasfema tenía una pulsación mucho más enérgica que la de Sharon Spencer.
Se trataba, pues, de una persona con práctica y de extraordinaria fuerza.
"Otrosí digo": Si su muerte no fue un accidente, Burke Dennings había sido asesinado por una persona de una fuerza fuera de lo común.
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El Exorcista - William Blatty
HorrorEl terror comenzó tan discretamente que al principio pasó inadvertido.Pequeñas molestias en Regan, para las cuales Chris MacNeil, actriz y madre, encontraba fáciles explicaciones. Parecía como si Regan hubiera sido invadida por una personalidad dife...