Prólogo

943 52 4
                                    

Akari estaba hablando con sus amigas, y Kagami debía estar hablando con los suyos también. Eso es lo que pensaba la chica, que en vez de demostrar y verificar la suposición que sacó mientras escuchaba a sus amigas contarle anécdotas varias, se las quedó mirando con atención y una sonrisa en el rostro mientras las escuchaba.

Si es que las conseguía escuchar. Estos últimos días había estado fantaseando y haciendo planes de futuro con Kagami, quien era su actual novio desde hacía ya más o menos 9 meses. De ahí que el tema en su cabeza hubiera pasado a lo que su amiga Tsukiko hizo ayer a la tarde a qué estaría haciendo en ese mismo momento el pelirrojo.

Pero segundos después no hizo falta que se lo preguntara más. A veces las respuestas no hay que buscarlas ya que llegan por si solas. Y así fue, Kagami llegó caminando con pasos algo lentos hacia el pupitre de nuestra protagonista de cabellos negro azabache.

--"¿Kagami?" --Preguntó retóricamente ella. Más que preguntar, era básicamente llamarle extrañada de que se hubiera acercado a ella mientras estaba con sus amigas. Nunca solía hacer eso, diciendo que estaba bien dejarla a veces que se relajara con sus amigas sin su presencia mientras que él hacía cualquier otra cosa, ya fuera jugar basket o hablar con algún amigo, quien sea.

--"... ¿Está bien... Si hablamos luego...?" --El chico lucía nervioso, es más, era apreciable una que otra gota de sudor corriendo por su rostro, desde su frente hasta su barbilla. Pero aunque era verano, no hacía mucha calor. ¿Quizás era sudor frío por aquella inquietud que aparentaba?

Akari simplemente asintió, sorprendida, y Kagami sin decir nada más volvió por donde vino. Sus amigas se habían callado para dejar que Akari escuchara bien lo que quisiera decir, y además para escucharlo ellas mismas.

--"Se veía muy nervioso..." --Susurró Akane, la hermana menor de Tsukiko en un intento de que nadie las escuchara cuchichear, mucho menos el mismo Kagami. Tsukiko asintió.

Tsukiko y Akane eran hermanas a las que solo las separaban 11 meses. Tsukiko nació a principios de enero y Akane a finales de Noviembre. Ambas tenían el mismo pelaje rojizo, pero con diferentes cortes de pelo y además distinto color de ojos. Mientras que Tsukiko tenía ojos azules, Akane tenía ojos verdes.

--"Quizás me contará cualquier cosa sobre el equipo..." --Dijo, refiriéndose al equipo de Basket de Seirin, la escuela donde diariamente estudiaban.

Ambas chicas asintieron, llevándole la razón y volviendo a lo que fuera que estuvieran hablando antes de ser interrumpidas.

***

--"¡Hasta mañana, Akarin~!" --Tsukiko y Akane se despedían de Akari antes de salir de clase para volver a casa. Akari simplemente agitó un poco la mano mientras sonreía como gesto de despedida.

Akari se había retrasado un poco más porque había sacado muchas cosas de la mochila y ahora tenía que guardarlas todas de nuevo. Kagami la esperaba en la otra puerta de la clase, en silencio y también despidiéndose de algunos de sus compañeros, como por ejemplo Kuroko Tetsuya.

--"Ya estoy." --Comentó Akari tras haber recogido todo y colgar la única asa de su mochila de su hombro derecho. Kagami la miró y asintió en silencio. Luego ambos comenzaron a caminar.

El paseo de vuelta a casa era silencioso a diferencia de lo habitual. Bueno, a decir verdad, estos últimos días Taiga actuaba un poco extraño, pero prefirió no mencionar nada. Él tendría sus motivos y si no le quería contar no pasaba nada y no le iba a forzar a hablar. ¡O no! Quizás no le pasaba nada.

--"Bueno... ¿De qué querías hablar?" --Preguntó Akari que cuando quiso darse cuenta ya estaba parada en la esquina de la calle donde ambos se separaban todos los días al volver a casa. Había sido la primera en dignarse a romper el silencio.

--"Sobre eso... Huh..." --Hizo una corta pausa que esta vez la pelinegra de ojos morados no interrumpió. Simplemente le miraba, esperando que continuara.

Kagami buscaba las palabras ideales para decir aquello. Había estado buscando tales palabras aquellos últimos días, y todavía, después de practicar mucho miles de maneras en las que podría por fin decirlo, se echó para atrás y siguió pensando. Un minuto de silencio después...

Habló.

... ¿Quizás debió quedarse callado?

--"... Hey, quiero... que rompamos.  " --Aquella frase entrecortada abrió por completo los ojos violáceos de Akari. ¿Por qué tan de pronto?

--"... ¿Q-Qué?" --Fue lo único que salió de la boca de ella.

Quizás, a decir verdad, no debió quedarse callado. Si quería romper, estaba en su derecho.

--"... ¿P-Por qué?" --Preguntó una vez más, ahora con la voz quebrada. Hacía un esfuerzo por no romperse del todo. No solía llorar, y odiaba llorar frente a los demás, incluso delante de la persona a la que tanta confianza tenía.

--"... Me voy mañana a América."

... ¿Por qué no me avisaste antes? Quiso preguntar. Pero no lo hizo. Decidió no decir nada más y simplemente aceptarlo, susurrando repetidos "Vale..." y "Está bien." Pero no estaba bien. Era solo una mentira que se decía a sí misma.

Sin nada más que decir, el chico le dio la espalda, y despidiéndose con un tono cortante, dejó atrás a Akari con el corazón roto en mil pedazos.

No había nada que pudiera hacer. No iba a cambiar lo que ocurrió el hecho de repetirlo muchas veces en su cabeza o imaginar que aquella escena hubiera sido diferente. Desde imaginar que el chico se arrepintiera de haber querido romper al minuto, a imaginar que ni siquiera le había dicho nada sobre romper y que todo siempre fue bien. Él no se iría y seguirían aquellos días de rutina tan típicos a los que ya se había acostumbrado en los últimos 2 años.

Pero las fantasías y creaciones de la mente jamás se hacen reales. Una imaginación no dejaría de ser eso, algo irreal.

Tratando de aceptarlo y caminando con pasos lentos, Akari emprendió el resto del camino que le quedaba antes de llegar a su hogar, que se sentiría mucho más vacío al pensar en todos los recuerdos compartidos con la persona que le brindaba calidez entre cada 4 frías paredes de cada habitación de aquel hogar.

Ah, sí, ahí empezaba de nuevo. Cada una de esas memorias estaban reproduciéndose frente a sus ojos, nublando su visión hasta el punto de que fue completamente incapaz de ver la potente luz roja del semáforo que había en la acera del frente. Como si fuera ciega. Quizás sí que estaba ciega, ciega por estar tan perdidamente enamorada y, al perder a su enamoramiento, haberse hundido.

Todos los que caminaban por esa calles a esas horas, bien volviendo a casa del trabajo, tras hacer compras, o dando un simple paseo, reaccionaron antes que Akari, gritando y señalando el lugar donde ella se encontraba.

Pero cuando ella abrió realmente los ojos, era demasiado tarde. El tiempo para reaccionar y evitar el desastre era realmente escaso, probablemente menos de 3 segundos. Y el shock había consumido aquel tiempo, quitándole toda oportunidad de ser salvada...

Y brindando el desastre.

Summertime's Lost Memories.











[Kagami Taiga x OC] Summertime Memories (#Wattys2016)Where stories live. Discover now