Cura

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—Sigo sin estar de acuerdo con esto.

Recosté a Daniel en la cama y lo revisé detenidamente, traía muchos rasguños que se los habría hecho antes de encontrarse conmigo, luego encontré una herida muy grande en la pierna provocada por aquella lanza, gracias a dios no es tan profunda.

—Tenemos que curarlo.

¿Curarlo? Está muerdo en vida, siendo aire, ¿Cómo es que el niño idiota no de disipó para escapar?

—Fue todo muy rápido... No lo vimos.
Rubí basta de quejas y ayúdalo.

Mira, el no es un ser que pueda regenerarse, la pérdida de sangre hará que muera tarde o temprano, y si sobrevive por alguna extraña razón, dudo sinceramente que pueda usar esa pierna.

—Me alegra saber eso rubí, ¿Puedes dar buenas noticias?

Hay una cura.

—¿Cuál?

Es difícil de conseguir, no lo lograrás antes que muera, no hay tiempo.

—¡Dime!

Cerca del lago hay una anciana bruja muy amable, tiene todo tipo de pociones mágicas, pero no las vende, las intercambia.

—¿Dinero?

No, ella te pedirá algo y deberás conseguirlo.

—Bien, eso haré entonces.

Salí de casa en el unicornio, mejor dicho; en Sophie. Me encaminé al lago lo más rápido posible, me quedé unos minutos dando vueltas al rededor del lago hasta encontrar a la bruja, cuando la encontré me acerqué a ella respetuosamente para no molestarla, Rubí me dijo que era amable pero nunca se sabe.

—Hola pequeña... Supongo que has venido por mi, Dime; ¿Qué necesitas?

—Necesito una poción de cura, es para un amigo, lo más rápido posible, si no morirá, le han clavado una lanza en la pierna, pero no ha logrado hacer una herida muy profunda.

—Pues yo también necesito muchas cosas hija. ¿Qué tal si hacemos un trato?

Recuerde Madamme, la bruja siempre intentará hacerte hacer cosas que sabe que no podrás hacer.

—La escucho.

—En el fondo de este lago hay una esmeralda muy grande, más de lo normal, la necesito. Nadie se atreve a entrar ahí, así que; si tú me la consigues, te daré la mejor medicina que tenga.

Rubí... ¿Qué hay dentro del lago?

No puedes entrar en el Madamme, recuérdalo.

Sólo dime que hay en el lago.

Sirenas malditas, no todas las sirenas son buenas.

¿Qué es lo que hacen?

Asesinar, hay que tener mucho cuidado con su canto.

—¿Señorita?

—Tiene un trato.

La bruja me miró asombrada, caminé hasta la orilla del lago, me quité los zapatos y la observé, estaba pálida.

¿Y si me engaña?

Las brujas no pueden mentir, mucho menos engañar.

¡¿Niña que hacés?! ¡¿Te has vuelto loca?!

—Señora, voy a darle un concejo, nunca juegue con Fuego.

Me relajé y me dejé caer en el lago sin dejar de mirarla a los ojos.

Eternal Fire [Completa/En Corrección]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora