Las 10 puertas al Infierno

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—Están locos.—Dijo Rodwell—. No pueden ir al infierno.

—Podemos.—Dijo Rían—. Aunque en realidad solo lo dije para que reaccione, aún estamos a tiempo de cambiar de opinión.

—Esto es una verdadera locura—se quejó nuevamente—no quiero estar involucrada en esto, mejor me voy, espero tengan un buen viaje.

—Lo tendremos, será divertido.—dijo Rian—.

—¡¿Divertido?!¡Dios!—gritó alterada—.Adiós Rían.

Madamme Rodwell se retiró histérica dando un gran portazo.

"No Madamme, no valla... Es demasiado peligroso"

—¿Vienés Rubí?—pregunté—.

¿Qué... Yo?

—Si tu, no querrás dejarte aquí sola.

¡Oh...! Iré con gusto.

—Creía que los Globys no podían salir de aquí.—Dijo Rían—. ¿Quiére venir?

—Eso no importa ahora.

"Ese viaje pone su vida en peligro, así que si puedo ir"

—¡Eso me parece genial!—respondí—.

—¿Que dijo?—preguntó Rian—.

—Dijo que puede venir mientras mi vida este en peligro y según ella... Lo está.

—No sé si sentirme bien por eso, o no... Bueno no importa, hay que prepararse para ir, necesitas una armadura.

—Tengo una, me la hizo Damir.

—Bien ¿Quién es Damir?—Rían había cambiado su expresión por una décima de segundo—. Bueno no importa ¿Y el gato?

"Gata..."

—Gata. No lo sé, ¿Tienes alguna Rubí?

Tengo, es bastante conveniente.

—¿Por qué?.—Rían nos observaba impaciente—. ¿Qué beneficios trae tu armadura?

Si me coloco la armadura puedo crecer hasta 15 veces mi tamaño natural, cuando lo decida.

—Dice que...

—Ya lo sé, el tamaño, por eso tiene que llevarla, la necesitará.

—"De acuerdo, iré a colocarme la armadura"

Luego de que guardaramos víveres y cosas necesarias para el viaje, como armas y utensilios para comer, decidimos partir.

"Espere ¿Y el anillo?"—me recordó Rubí—.

—Es verdad, ya vuelvo.

Fui en busca de mi anillo, el cual había guardado en la mesita de luz y volví.

—Ahora si, vámonos.

—Que buena piedra.—Dijo Rían admirandola—. Hermosa.

Me hubiera gustado que ese alago estuviera dirigido a mí y no a la piedra.

—Gracias.—Luego de pensarlo un poco le pregunté—. ¿Cómo se supone que iremos al infierno?

—Debemos encontrar la entrada.

—¿Y dónde ésta?

—Dónde no está es la pregunta.

—¿A qué te refieres?

—Hay 10 supuestas entradas al infierno, están arriba, en la tierra humana... La naturaleza decidió cerrar 9 de ellas aunque aún están en funcionamiento, y dejó abierta sólo una, pero como en el infierno no se  siguen reglas, los demonios y espíritus siguen saliendo por estos lugares, pero nosotros no podemos entrar. Debemos ir a cada uno de ellos y buscar el dinero del infierno, mejor llamado, Óbolo.

—¿Y cómo vamos a conseguir ese dinero? Perdón... Óbolo ¿Simplemente están en las puertas?

—Pues si, los demonios son tontos, bueno... Al menos los ordinarios lo son, suelen dejar caer los Óbolos en las entradas, si tenemos suerte hallaremos nueve Óbolos para pagarle a Caronte.

—¿Quien es Caronte?

—Es el barquero del infierno, es el encargado de guiar a las almas errantes de los difuntos recientes de un lado a otro del río Aqueronte.

—¿La mitología Griega es verdadera?

—No cien por ciento, siempre hay algo inventado por el hombre.

—Sería más fácil conseguir una rama de oro, pero sólo la sacerdotisa Sibila de Cumas puede darte una, y lamentablemente ya no está entre nosotros.

—Entiendo...

—Debemos comenzar el viaje.

—¿A dónde iremos primero? ¿Por doónde vamos a empezar?—pregunté—.

"Tengo miedo..."

—Vamos a Hierapolis primero.

—¿Hierapolis?

"Eso esta en Turquía"

—Si Hierapolis, Turquía, provincia de Denizli, ciudad de Bucali.

—¿Debemos ir a Turquía? ¿Cómo vamos a llegar allí?

—¿Ya has olvidado cómo llegaste aquí?—me preguntó Rían—.

Portales.

Eternal Fire [Completa/En Corrección]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora