Eternal Fire [Completa/En Corrección]

Nuevos Aires

Al volver al departamento de Daniel solo podía pensar en una cosa, mi pasado, que yacía olvidado desde mis últimos y frustrantes intentos de saber algo sobre él.

Cuándo me encontraba ya en la puerta del departamento 7A, me vi en un dilema, no quería golpear y que me vieran así, no quería tener que hablar sobre irnos de aquí cuando mi cabeza no estaba en eso, solo quería ir derecho a mi habitación y dormir aunque sabía que eso no sería posible. Golpee y a los pocos segundos Dani me abrió, se veía preocupado y cansado igual que yo, igual que los demás.

_¿Estas bien?.-pregunto preocupado-. ¿Qué sucedió?

_¿Podemos hablarlo luego?... a solas.-le pedí en voz baja-.

_Por supuesto.-asintió, son una sonrisa cargada de pena-.entra.

Entré y todos me observaban casi con lástima, seguramente no me veía nada bien, sucia, con una camiseta y un pantalón negro que me habían dado en la comisaría, con mi vestido, sucio, rotoso en las manos.

_"Deme su vestido Mamá, yo y Gloria lo arreglaremos".- dijo antes de dar un salto a la espaldera del sofá para acercarse más a mí-.

_Gracias Rubí.

La acaricie y dejé el vestido en el sofá, nadie parecía querer decir nada, todos estaban callados, Ros, sentado en una silla miraba el suelo de madera.

_Debemos irnos.-dijo al fin sin apartar la vista del suelo-.no hay tiempo.

Se levantó y abrió un portal en la pared blanca de la sala.

_Tomen lo que crean necesario y crucen.

_Yo no tengo nada necesario, asi que ahi nos vemos.- dijo sonriendo a todos de forma sarcástica para luego cruzar el portal-.

Damir tomo la pecera sobre la mesada que tenia en su interior a la Brising camaleón y lo siguió cruzando el portal tan solo segundos después que Rían.

_Apresúrense por favor.-dijo Ros mirándome a mí y a Dani-.

Dani fue corriendo a su habitación, volvió con un folio lleno de papeles y un maletín muy grande, miró a Mía, luego a Ros, finalmente cerrando los ojos, cruzó el portal.

Yo miré a mi alrededor en busca de algo que no había, algo que fuera mío, algo que tuviera valor para mi. Con mucha tristeza tomé de nuevo mi vestido y llame a Gloria, su flor se abrió, estiró sus brazos, se frotó los ojos, miró a su alrededor, acercándose a mi.

_Vamos chicas.-les dije a Gloria y a Rubí-.no se queden atrás por mi.

Hasta ese momento mi cabeza estaba perdida en sentimientos negativos, inundada en lágrimas estaba mi alma en mi interior, no quería luchar, no tenía fuerzas, no tenía razones, no tenía nada.

Cerré los ojos, avancé para cruzar el portal, sentí un leve mareo, la luz ingreso súbitamente en mis pupilas, los abrí para ver, desde adentro ya, la hermosa casa de San Pablo que tanto me gustaba, era uno de nuestros lugares favoritos, era grande y espaciosa, tenía muchas ventanas, la luz entraba por todas partes, sus paredes eran de madera clara al igual que el suelo, aquella simpleza tan delicada era la que me inspiraba.

Rían comenzó a abrir las ventanas, una atrás otra con una sonrisa en su rostro, el viendo fresco y puro comenzó a invadir el ambiente de la casa, yo respiraba profundamente para sentir ese aroma a libertad.

_Adoro este lugar.-dije sonriendo con alegría-.

_Yo también lo adoro.- dijo Daniel detrás de mi-.

_¿Cuántas habitaciones hay?

_Cuatro.-respondió-.tendremos que organizarnos ¿Quiénes van a dormir juntos?

Todos se miraron y comenzaron a dar cátedra cobre como merecían una habitación a parte.

_Yo no tentó problema en compartir la habitación.-dijo Damir-.

_Compartiremos habitación con Damir.- dijo Ros-.

_Genial.-agregué-.los demás podemos dormir en habitaciones separadas.

Dani le señaló a cada uno su respectiva habitación dándole a Rian la mas pequeña y simple, la suerte es que no lo notó hasta que vió las demás habitaciones.

_Eres malo.-le reclame sonriendo-.

Fue un día muy tranquilo aquel, fuimos al supermercado con Dani, compramos muchísimas cosas, comida, productos de limpieza, productos para el baño y otras cositas que se nos antojaron. Él cocinó esa noche unos fideos tallarines con salsa blanca, hace mucho tiempo no comía este tipo de alimento, en Baj Terra no había carne, ni supermercados en donde vendieran especias y cosas para darle sabor, ya procesadas.

_Que sabroso Dani, me encanta.

_Me cuesta admitirlo.-dijo Ros-.pero esto tiene un sabor tan, tan... increíble-.

_Y hay comidas mas ricas que estas Ros.-le dije entre risas.- morirás de la emoción en tu siguiente plato mundano.

Todos estaban de buen humor, incluso Rian que desde lo que pasó en el infierno, no volvió a ser el mismo conmigo.

Esa noche ya cuándo todos estaban en sus habitaciones, yo me encontraba en el patio trasero junto a Rubí observando a Gloria que agradecía el espacio natural de la casa, saltando y volando de árbol en árbol. Era un lugar amplio lleno de vida, árboles y flores, cuidado seguramente por alguna persona contratada para mantener la casa limpia mientras no hubiera nadie.

Yo acariciaba a Rubí que se había quedado dormida en mi regazo cuando Dani se sentó a mi lado.

_¿Qué sucede?

_Nada, solo estamos aquí, disfrutando el momento.

Rubí levantó su pequeña cabecita, observó a Dani y volvió a apoyarla sobre mi.

_Te conozco ¿Qué piensas?

_Todo pasó de repente, muchas cosas, algunas de las cuales me arrepiento.

_¿Cómo cuál?

_Como de haberle pedido fuego a Dios ese día, creo que se lo tomó muy en serio.

_No es tu culpa.

_Lo sé, y eso es lo que más me molesta.

Él solo me observó con compasión, de la misma forma en la que todos me miraban últimamente.

En ese momento un portal se abrió entre los arboles, me levanté sobresaltada despertando a Rubí, Dani también se levantó rápidamente y los dos nos quedamos helados observando el portal. Rubí que apenas había reaccionado, se transformó en un gran trigre y se posicionó frente a nosotros preparada para saltar sobre cualquiera que cruce el portal.

¿Qué es lo que debo hacer para que me dejen en paz? Pensé ya frustrada en ese momento, Dani me miró con miedo en el momento en el que vimos asomarse un pie, con un zapato de mujer.