A partir de ahora

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Dos semanas después

Ya casi sentía que eramos una gran familia.

No podía imaginarme el hecho de ir a Baj Terra y arriesgar la vida de todos ellos. Todos estábamos felices allí, yo no necesitaba nada más.

Comencé a dudar sobre esa decisión y lo comenté con Madamme Rodwell, no quería decírselo a Khris, sabía que no lo tomaría bien.

—Piensa en tus padres, piensa en Baj Terra, en los Ferrers, en la tierra, todos están, estamos, en peligro.

—Pero todos ellos... No quiero perder a nadie.

—Son personas adultas que saben lo que hacen y decidieron luchar. Por mas que tu no vengas con nosotros, de todas formas lo haremos.

Sentía como mi bebé se movía en mi panza que ya era enorme.

—¿Qué pasará con mi hijo si me pasa algo a mi o a Khristian?

—No permitiremos que nada les suceda, estamos dispuestos a arriesgar nuestra vida por la de ustedes. Ese bebé es indispensable.

—No quiero que nadie tenga que arriesgarse.

—No tenemos otra opción. No vamos a huir de nuevo, no otra vez.

—"Tenemos que aceptar nuestro destino"—dijo Rubí que se encontraba a mi lado—.

Lo acaricié, sabia que tenían razón, que esto era inevitable, pero no quería aceptarlo, algo dentro de mi me decía que no lo haga, que no era el momento.

—Siento que me voy a arrepentir de esto.

—Solo falta una semana para el nacimiento de el bebé, debes estar lista.

—Lo estaré. No lo estoy, pero lo estaré.

—¿Ya elegiste el nombre?

—Aún no sé el sexo—.dije tocándome el vientre—.asi que elegí dos.

Mi panza había crecido demaciado rápido en muy poco tiempo, pero no tenia signos de esto, no había estrías, mi piel se veía perfecta.

—Si es varón se llamará Agustín, si es niña se llamará... Paz, que es lo que necesito últimamente, Paz Ainara.

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Una semana después

Khristian había pasado el último tiempo consiguiendo con ayuda de Dani todo lo que el bebé necesitaba. No podíamos ir a un hospital, así que no sabíamos si sería una niña o un niño.

—Yo sé que es una niña—me decía Khris—.

—Quizá lo sea.

Realmente no había podido concentrarme en lo que venía después del nacimiento del bebé, no podía siquiera pensar en eso, estaba preocupada, preocupada por lo que crecía en mi vientre, por Khristian, por mí, por todos los que estaban con nosotros.

Esa noche, me levanté de la cama mientras Khris dormía, y me dirigí a la habitación de Daniel.

Golpeé la puerta y ésta se abrió sola, Dani estaba recostado en el ventanal y tenía unas grandes ojeras, miraba hacía afuera, podía notar su preocupación.

—No te preocupes—le dije—todos estamos igual—.

—Mia... ¿No puedes dormir?

—No es eso, vine a decirte algo, más bien; a pedirte algo.

—Puedes pedirme lo que sea.

—Se que no te gustará oír esto, pero hay muchas posibilidades de que no regrese de Baj Terra, más de las que todos creen.

—No digas eso.

—Déjame terminar. Quiero pedirte que si Khris y yo no regresamos, cuides de él—pedí mientras me acariciaba el vientre—.como cuidaste de mí

—Ni siquiera tienes que pedirme algo así, no lo dudaría.

—Lo sé, pero necesitaba decírtelo.

—Mia, todo va a salir bien, no tienen oportunidad contra ti.

—Eso piensan todos, pero tengo un mal presentimiento.

—No pienses en lo malo, verás que en menos tiempo del que crees, estaremos todos unidos y en paz.

—Ojalá Dani, eso es lo que mas deseo.

En ese momento sentí una gran contracción en mi vientre, me cortó la respiración, el dolor era insoportable. Sentí mis pantalones mojarse con el líquido amniótico, miré el suelo y todo estaba empapado de lava ardiente, el suelo de madera debajo de mí comenzó a quemarse.

La cara de Dani representaba el pánico en su maxima expresión. Rápidamente se levantó y mientras me ayudaba a sentarme gritaba "¡Ayuda!" "¡Esta viniendo!" Intentando que su voz se escuche más que mis gritos de dolor.

Los dolores no cesaban, cuando abrí los ojos después de esa larga contracción, ellos estaban ahí, rodeándome, preparando todo, Miriam arrojó grandes cantidades de agua a la lava del suelo provocando muchísimo vapor que condensó el aire, abrieron las ventanas y los Aeria comenzaron a echar el humo hacía afuera.

Khris ponía toallas en la cama mientras los demás iban desesperados de aquí para allá buscando quién sabe qué.

—Salgan todos—ordenó Rodwell— afuera, ¡Afuera!

Me ayudaron a acostarme, una contracción tras otra, cada vez peor.

Sentí que pasaron horas de dolor antes de escuchar el fuerte grito de mi hijo que rompió el ambiente.

Khris lloraba mientras lo levantaba, mirándolo con ojos rojos y cansados, pero llenos de felicidad, me dirigió una sonrisa, lo primero que salió de su boca fue;

—Es Paz, mi amor, es Paz.

La cama comenzó a prenderse fuego debido a los líquidos que salian de mí, pero el único que se veía preocupado al respecto era Dani.













Eternal Fire [Completa/En Corrección]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora