III

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Después de un fin de semana de solo dormir, comer y ver películas desperté temprano un lunes. El cuerpo me pesaba al igual que la vida cuando no te ha tratado del todo bien, mi carga emocional siempre ha sido saturada, maldecí.
Mi reloj marcaba casi las 6 am, no quería bañarme, no quería ir a colegio, no quería ser la nueva, no quería ni existir, me tumbé para atrás nuevamente a mi cama y puse una almohada en mi cara para hundirla ahí mismo.
Mis ganas de levantarme forzadamente volvieron y por fin puse los pies fuera de la cama, mire el calendario y una hoja junto a el en dónde tenía como recordatorio ciertas cosas del colegio, por suerte el uniforme era exigido de 2 a 3 veces en la semana.

-Empezamos bien- sonreí y tomé la toalla para meterme a la ducha.

Usualmente mi baño duraba 30 minutos, fue hasta que escuché de la planta baja el grito de mi madre diciendo que en 20 minutos debíamos irnos, mierda, nuevamente tarde. Salí corriendo de la ducha, con torpeza comencé a secarme y humectarme, el uniforme no era incómodo pero si no estaba acostumbrada a usarlo.
Me arreglé el cabello en una coleta, tomé un poco de maquillaje, máscara de pestañas y delineador.

-Vaya récord- dije una vez que logré arreglarme en menos de 15 minutos.

Salí de mi cuarto y subí al auto junto a mis hermanos, me ponía nerviosa saber que iniciaría a mitad del ciclo escolar, en algunos colegios no es permitido pero por suerte en este sí, me acogieron bastante bien el día que llegué a hacer mi papeleo, después de todo no era tan malo.

Llegamos después de un rato, bajé con algo de mal humor, no quería ni entrar, pero debía.

-Suerte en tu primer día de clases- era mi mamá. -Recuerda comportarte y hacer amigos- fruncí el ceño.

-No lo creo, pero intentaré soportar a la gente aunque me agobie- sonreí y ella hizo un gesto de negación, sabía que eso le molestaría. Caminé a la entrada con las piernas temblando, me sentía fuera de lugar, había muchos grupos de chicos y chicas o mixtos fue ahí que mis nervios aumentaron a medida que me observaban, unos trataron de sonreír y otros solo decidieron ignorame.
El ambiente se torno más incómodo de lo normal, una chica paso a lado mío y me golpeó con su mochila mientras iba camino a abrazar a un grupo de amigos, desconozco si fue por accidente o intencionalmente.

Entré a una oficina en busca de mi asesora, saludé cordialmente y me entregó una hoja con mi horario de clases acompañado de instrucciones de grupos, horarios y cursos, no sin antes darme la bienvenida y felicitarme por continuar con mi vida académica. Salí y traté de ubicarme con la hoja pero fue inútil, había muchos salones de tres plantas pero no daba con el mío H-12, mire alrededor buscando ver si alguien estaba en mi misma situación pero no.

-Eso me pasa por entrar a medio curso- susurré.

-Hola, soy del consejo estudiantil, ya te ubicaste?- escuché detrás mío.

Giré al escuchar el saludo y me tope con un chico alto de cabello castaño con un peinado inclinado, unos ojos azules curiosos y tenía por corbata un moño rojo con lunares blancos, un poco gracioso, sonreí tímidamente y saludé también. Miré mi hoja.

-Mi edificio es el H y mi salón es el 12, sabes cómo llegar?- pregunté y el chico observó mi hoja.

-Sí, creo que estamos en el mismo grupo, supongo que eres nueva, no?- asentí.

-Mala idea llegar a mitad del ciclo escolar jaja- dije y soltó una risa, caminé unos pasos junto con él para llegar a mi primera clase.

-Supongo que es de cada uno, olvidé mencionarlo, mi nombre es Ryan- extendió su mano frente a mi y le di un apretón de manos diciéndole mi nombre.

One Day With My Chemical Romance {Fanfic} (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora