Capítulo 3

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Kai abrió la puerta del patio trasero saliendo sin meditar la fuerte lluvia que en pocos segundos lo empapó por completo, se acercó al cuerpo que aún yacía de la misma manera como lo habían dejado en la mañana. Se agachó pasando sus brazos por su espalda y por la parte posterior de sus rodillas, alzandolo con mucho cuidado.

Caminó de manera rápida hacia la casa y se dirigió hacia la pequeña sala, depositandolo en uno de los viejos sillones. Fue a su habitación por toallas y algo de ropa limpia reconsiderado por qué lo estaba ayudando, el nunca lo hubiera hecho. Negó con la cabeza y regresó donde él, agradeciendo por un momento que Sehun tenía el sueño pesado.

Dejó la ropa y las toallas a un lado y comenzó a desvestir al chico notando de inmediato que se encontraba helado, preocupandolo, odió ese sentimiento.

Le sacó la chaqueta y prosiguió con la camisa admirando cada parte de su piel mientras le quitaba la prenda. Su piel era blanca como la nieve, sintió unas enormes ganas de tocarla y así lo hizo comprobando que también era suave como el algodón.

Terminó de desnudarlo y se dio el privilegio de observar aquel delicado y esbelto cuerpo. Era más bajo que él, por lo menos unos veinte centímetros, tendría unos 18 años y definitivamente era hermoso que dolía.

Lo alzó con cuidado y tomó una de las toallas pasándola por su húmeda piel, su temperatura lo disgustaba más haciéndo que sintiera sentimientos extraños y que también los odiara, tal y como aparecían los aborrecia.

Le puso la ropa fijándose que le quedaba demasiado grande, haciendolo reír interiormente. Fue por su celular y marcó un número que sabia muy bien de memoria.

-¿Yixing? Te espero en cinco minutos -Colgó y se sentó en el sillón de frente al chico sin ni siquiera mirarlo. Al paso de cinco minutos la puerta se abrió y apareció un chico de casi su estatura con el cabello castaño y delgado.

-¿Qué es lo que quieres ahora, Kai? -Se acercó a la sala dándose cuenta del desconocido de hermoso rostro. - ¿Quién es él?- 

-No es de tu incumbencia, curalo -Dijo sin expresión alguna Kai. Yixing sin inmutarse por la brusquedad de Kai se acercó al muchacho y lo examinó con la vista y entendió de inmediato lo que le pasaba, pasó las yemas de sus dedos por el inmaculado rostro del muchacho confirmando su suavidad.

-Ah...-Puso su mano a la altura de su estómago por unos cuántos segundos y al instante el color de sus labios fue tornándose en un rojo intenso, viéndose más carnosos que antes. Su cabello fue adquiriendo tonos dorados y a simple vista se podría decir que cada ebra de cabello parecía hecha de seda.
Su piel se veía más lechosa y resplandeciente causando más intriga hacia Yixing y en especial hacia Kai.

Soltó un leve gemido de quejido sorprendiendo a los mayores ya que su pequeña fracción de voz parecía una melodía. Yixing se alejó sin dejar de ver al hermoso ser que se encontraba frente suyo, como si de un ángel se tratara. Regresó a la realidad al escuchar la masculina voz de Kai.

-¿Y? -Preguntó con molestia siendo persivida por él.

-Sólo hay que esperar a que despierte -Yixing se dio unas palmadas mentales y prosiguió retirarse de la casa, se detuvo en la puerta y miró directamente hacia Kai.

-El es puro, desprende inocencia con tan sólo estar a su alrededor...-Kai lo miró con enojo pues sabía a lo que se refería.

-¿Y? -Respondió con furia hacia Yixing.

-Tú eres demasiado infierno para él -Fue lo último que dijo antes de marcharse.

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Luhan pronto abrirá los ojos.

My DemonsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora