Kai y Sehun se encaminaron por la vieja casa hasta llegar al patio trasero, ubicándose cada a lado de la puerta de salida. El menor abrió la puerta con precaución mientras el mayor se mantenía en defensa para cualquier ataque sorpresivo.
Sehun salió de la casa observando el lugar tal y como estaba antes, la hierba crecida, el árbol con la llanta colgada en una de sus inmensas ramas y el pequeño estanque a unos pocos metros de distancia a la vivienda. Hizo una señal a Kai y éste enseguida salió confirmando lo mismo que su amigo, nada.
Ambos soltaron un suspiro de cansancio y alivio a la vez que se quitaban sus máscaras. Dieron vuelta sobre sus talones dispuestos a entrar a la casa cuando de repente un sonido los advirtió de nuevo.
-Pero... ¿Qué? -Sehun dijo al ver una cabeza rubia sobresalir sobre la hierba verde y desaparecer de esta nuevamente, corrió hacia el lugar donde creyó haber visto aquellos cabellos rubios con algo de prisa, encontrándose con una silueta delgada y delicada al parecer ahora ya inconsciente sobre el enlodado suelo.
-¡Kai! -Llamó a su amigo quién con recelo caminó hacia él y miró al pequeño cuerpo que yacía sin ningún tipo de movimiento. Sehun se agachó y movió al cuerpo de manera que este se quedara boca arriba, quedando inmediatamente hipnotizado por la belleza que desprendía aquel... ¿muchacho? Kai observó con el ceño fruncido al chico y levantó de un jalón a Sehun y con molestia se encaminó hacia la casa.
-Déjalo... No es de nuestra incumbencia -Entró a la casa dejando a un inexpresivo Sehun quién sólo asintió e hizo lo mismo que su amigo.
Al llegar la noche Kai se encontraba sobre su cama fijando su vista hacia el techo como todas las noches lo hacía, dirían que miraba hacia la nada pensando en todo pero no, él en verdad no pensaba nada. Estar de esa manera lo tranquilizaba por lo menos un momento. Cerró sus ojos intentando dormir pero fracaso al escuchar un fuerte trueno y la lluvia segundos después, se levantó y se sentó en el borde de la ventana apreciando y disfrutando aquel fenómeno climático que para muchos era el fin de un día hermoso o un día terrible, para él era mucho más.
Sacó un cigarrillo de la cajetilla que siempre dejaba sobre la cómoda a lado de la ventana y lo encendió, llevando el cigarro hacia sus labios con elegancia, inhalando el humo sin prisa pero procurando llenar sus pulmones por completo, cerrando sus ojos disfrutando del placer que le provocaba estar de esa manera.
Otro trueno llamó su atención haciendo que observará detenidamente el cielo, deleitándose del espectáculo que le ofrecía esa noche. Después de unos momentos que para él fueron infinitos decidió ir a dormir cuando de repente un relámpago iluminó la oscura noche dejando ver esos cabellos rubios que había visto en la mañana. Lo ignoró nuevamente y se metió bajo sus mantas calientes pero ahora ya no tenía la mente en blanco, ahora tenia esa belleza exquisita en sus pensamientos y ahora se estaba levantando y se dirigía al patio trasero a rescatarlo.
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Pronto se conocerán Kai y Luhan
