Capítulo 7

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Kai apareció en un muy conocido lugar para él. Entró en la casa abandonada y paseo por el lugar sin rumbo alguno, delineando con sus dedos los muebles viejos empolvados. Soltó todo el aire contenido en sus pulmones y lloró.

Lloró como hace mucho tiempo no lo hacía, se sentó en el suelo abrazándose a sí mismo mientras por su mente vagaban recuerdos dolorosos que creía haber olvidado pero no, seguían en su mente.

Entre puños, sollozos sin consuelo y un dolor punzante en su pecho se puso de pie y se encaminó hacia el baño. Limpió el polvo sobre el espejo y miró su reflejo, aquel demonio que tanto odiaba.

Lu Han se despertó ahogando un grito. Sus mejillas se humedecieron de inmediato por las imparables lágrimas que parecían no tener fin. Le dolía el alma... demasiado. Creía morir por todo ese dolor que sentía, él sufría, su amado.

Kai...-Fue lo único que pudo pronunciar. Entendía su agonía y sufrimiento, su corazón estaba tranquilo pero su alma estaba rota... como dolía.

Queria a su amor consigo pero no sabia donde podría estar. Se quedó dormido después de haber llorado tanto y haberlo esperado.

Sehun despertó sintiéndose diferente, fue al baño fuera de su habitación y se desnudo mientras esperaba que el agua se calentará.

Una vez su piel pálida hizo contacto con el agua caliente se relajó, era extraño él nunca se relajaba. Pasó la esponja por su musculosa anatomía mientras que en su mente aparecía poco a poco un hermoso muchacho de ojos color miel.

Recordó la primera vez que tocó su nívea piel, era de lo más suave. Ni siquiera el propio algodón podría competir con él, su corazón comenzó a bombardear a mil con tan sólo pensar en el mocoso y juró que hasta podía oír sus latidos.

¿Qué me estás haciendo Lu Han? -Dijo en un suspiro mientras pensaba y reflexionaba sobre cómo aquel chico le podía hacer sentir de esa manera en tan escaso tiempo. Si podía describir lo que le pasaba diría que se encontraba vivo nuevamente y por otro lado salvado de sus pecados.

Ya listo bajo a la sala, esperaba encontrar al chico aún dormido sobre el sillón pero no era así, no estaba. En su cabeza cruzaron varios pensamientos pero ninguno agradable cuando escuchó un leve ruido en la cocina llamando toda su atención.

Se dirigió hacia el lugar con prisa detuviendose abruptamente al observar a la pequeña y delicada silueta preparar con torpeza los huevos para el desayuno. Sus expresiones infantiles que hacía al casi quemarse con el aceite caliente aumentaba el interés de Sehun. No recordaba hace mucho que algo tan inocente y puro podría seguir existiendo.

Se acercó a Lu Han por detrás y lo volteó algo brusco juntando sus labios en un demandante beso. Ya no podía seguir observándolo sin poder tocarlo, rodeó su estrecha cintura y lo apego a su cuerpo mientras disfrutaba por un momento del cielo.

El pequeño aturdido por aquel beso se sostuvo de la encimera de la cocina al sentir que sus piernas temblaban y a la vez no respondían. Sehun no satisfecho con la reacción de Lu Han lo observaba con su típica mirada penetrante e intimidatoria.

Lu Han al percatarse de su mirada sus piernas ya no eran las únicas que temblaban ahora era su cuerpo entero, sus mejillas ardían y su corazón como siempre al estar cerca de Sehun enloquecía.

Sehun frunció el ceño al darse cuenta de sus ojos hinchados haciendo que por alguna razón quisiera abrazarlo y preguntar la fuente de su mal pero como bien sabía hacer, optó por sentarse en la mesa y esperar por su comida.

Lu Han se dispuso a servir el desayuno sin hacer ningún tipo de contacto con el hombre de penetrante mirada, le afectaba demasiado. Al terminar permaneció en la cocina pensando sobre su amado. Aquel hombre de piel morena, quién ya le había entregado su amor antes de conocerlo. ¿Cómo estará? ¿Regresara pronto? ¿Sigue con aquel dolor?

De repente entró por sus fosas nasales ese clásico olor a cigarrillo haciéndolo sonreír, dio media vuelta encontrándose con su amado quien se encontraba en el marco de la puerta observándolo mientras fumaba con cierta elegancia. ¿Había leído sus pensamientos?

Amor mío, haz vuelto...-Corrió hacia el más alto pero detuviendose a una distancia prudente pues temía que lo rechazara de nuevo.

¿Te encuentras bien? Tu alma duele... yo lo sé. La mía responde a la tuya -Kai quedó consternado ante las palabras del muchacho hermoso, pensó unos escasos segundos y fue a la mesa donde se encontraba Sehun, miró su desayuno y se dispuso a comer sin más.

¿Amor mío? -Mencionó Sehun con burla pero solo tratando de esconder sus inminentes celos.

¿Qué hace un pecador como tu manchando labios santos? -Kai lanzó una mirada asesina a su amigo a la vez que degustaba su comida.

¿ ya no los haz manchado ya? -Replicó con enojo.

Si, el primero -Devolvió con veneno a lo que Sehun dejo de comer.

Tenemos que tener cuidado Sehun, Kris anda por aquí y si lo ve... Será su fin y en sí, el nuestro también -Dijo con seriedad.

Lo sé...-Dio un vistazo a Lu Han y suprimió la idea de llegar a perderlo.

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