Capítulo 13

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Había pasado un dia desde el accidente de Sehun, Lu Han no se separó de su mayor ni un segundo, vigilaba su sueño y se preocupaba de que se encontrara lo más cómodo posible. Se sentó en la silla a lado de su cama y lo contempló, esperando a que despertará.

Observó sus labios detenidamente e inconscientemente mordió los suyos. Se preguntaba cómo había llegado a coincidir con él, amar a dos personas al mismo tiempo y con la misma intensidad lo estaba volviendo loco.

Acarició sus carnosidades con las yemas de sus dedos y de inmediato quitó su mano al sentir el pequeño suspiro de Sehun. Su aliento cálido lo estremeció encendiendo al instante varias sensaciones en su cuerpo.

Su alocado corazón se hizo presente y las llamadas mariposas revoloteaban salvajamente en su estómago, haciendolo sonreír y de paso olvidando todos sus males.

Suspiró el también pero esta vez más largo y satisfecho. Se inclinó hacia delante y cruzó sus brazos acomodando su cabeza sobre ellos como almohada. Cerró sus ojos y como era de costumbre su amado hizo acto de presencia.

Lo sentía, estaba muy cerca de él. Su mirada podía atravesabar su cuerpo directo a su alma. Cuando hicieron el amor su vínculo se hizo más fuerte, lo sintieron en aquel momento cuando ambos cuerpos llegaron al clímax en sus mentes vieron como un hilo rojo los ataba en un irrompible nudo.

Se pertenecían y su amado pudo por fin recordar aquellos momentos vividos en sus vidas antepasadas. Volvió a sonreír por que el también lo hacía.

Se relajó y se dispuso a dormir junto con su loco corazón y su calmada alma.

Kai sintió paz, saber que su pequeño lo pensaba lo hacía sonreír. Después de una noche agitada junto con Chanyeol lo había agotado por completo, robar otro banco, recuperar el dinero perdido e incendiar todo el edificio en venganza por su amigo era lo que más le importaba.

Eso era poco para lo que tenia planeado pero el tiempo no estaba de su lado. Aún tenía la esperanza de ir al cielo junto con su pequeño ángel.

Sonrió de lado por lo tan cínico que fue su pensamiento a demás de descarado, que le iba a hacer, era un demonio.

Se sentó al borde de la ventana y encendió un cigarrillo llevándolo a una realidad distinta. Recuerdos vagos que se aclaraban al tratar de verlos mejor.

Así era él, un masoquista sin remedio. Le gustaba culparse así mismo por todo lastimandose, hiriendose, matándose, lo hacía por que era lo más cercano a sentir algo.

Su padre, su madre y su hermana menor murieron por su culpa. Siempre se lo repetía.

Si no hubiese sido un niño desobediente tal vez ahora tuviera una vida normal.

Kim Jongin había salido de su casa a escondidas de sus padres, tenia diez años y sus amigos lo esperaban a las afueras de la ciudad a media noche para probar alcohol.

Habían tomado demás, actuaban como auténticos vandidos perturbando las casas que se encontraban en los alrededores gracias al alto nivel etílico en su sangre.

Jongin ya no podía controlar sus acciones terminando por romper una ventana de una de las casas. Ya no entendía que pasaba, sólo unas luces bloqueaba su vista y luego todo oscureció.

Se encontraba en el hospital, la luz más el blanco de la habitación lo cegaba. Se sentó desorientado y fue atendido de inmediato por una enfermera joven.

No dijo nada y se retiró dando paso a un doctor ya de edad junto con un policía. Se puso nervioso, estaba en problemas y muy graves, fue lo que pensó pero era poco para lo que le iban a decir.

Lágrimas caían por sus mejillas, ¿escuchó bien? Su familia... ¿Habían muerto? Si no hubiera desobedecido, sus padres y su hermanita no hubieran tenido ese accidente de tráfico.

Escuchaba murmullos por parte del policía, le estaban aturdiendo, no soportaba más estar en ese lugar. Salió corriendo del hospital sin ninguna dirección en específica, sólo quería escapar de esa pesadilla.

Corrió por lo que le pareció horas y horas, detuviendose sólo por la falta de oxígeno y el dolor muscular por el esfuerzo físico.

Se sentó bajo un árbol en un parque de un barrio de mala muerte. Quedó semi inconsciente hasta que su memoria recordó todo y el llanto no se hizo esperar.

Maldijo por todo lo alto y se culpó. Nunca se dejaría olvidar, miró hacia la nada y espero morir en ese momento cuando un grito de terror absoluto lo aterró.

Se puso de pie para poder huir ante cualquier amenaza pero lo que vio lo alarmó. Un hombre de muy mala facha apuntaba con su arma a un niño quién aterrado en el piso fuera de la vieja casa lloraba y gritaba por ayuda.

Nadie parecía importarle, se preparó para irse sin ser visto pero no lo hizo. No soportaría otra muerte por su culpa, nunca más. Tomó una roca, la más grande que encontró y se escabulló con cuidado hacia el hombre.

Cuando parecía que quitaba el seguro del arma para disparar atacó inesperadamente golpeándolo con la roca dejándolo aturdido, tomó del brazo al niño y no supo como pero ya no se encontraban aquel lugar nefasto sino en su casa, su hogar.

El desconocido confundido miró a todas partes pero sin importarle nada más abrazó a su salvador con todas sus fuerzas y Jongin correspondió, necesitaba de ese abrazo.

Se separon después de haber llorado por tanto tiempo y luego rieron.

Gracias por salvarme, Oh Sehun - Estiró su mano esperando a que la estrechara.

Kim Jongin - Estrechó la mano de Sehun.

Ambos empezaron una vida juntos, con un secreto que sólo ellos creían poseer, sobreviviendo de robos hasta que fueron atrapados y enviados a aquel orfanato dónde su nueva pesadilla comenzó.

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Lo siento el retraso :( Estuve muy ocupada pero ya llegue con un nuevo capítulo y mañana subo otro :)

My DemonsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora