Revenge for love (Homicidal Liu y tu)

Capítulo 15

*Pov narrador externo*

—¡Liu! —La chica salió de la habitación de invitados corriendo hasta el salón donde se encontraba sentado.

—¿Qué sucede? —Preguntó rápidamente preocupado.

—Recordé donde vivo. —Contestó feliz, el se sorprendió pero no dijo nada. —¿No es genial? —El sonrió y asintió.

Por acto impulso de felicidad casi corriendo se abalanzó sobre el sofá sentandose sobre Liu y abrazándolo por el cuello. El se mantuvo un poco tenso al no esperarse esa acción, pero en unos segundos la rodeó con sus brazos.

La chica un poco avergonzada al darse cuenta de lo que acababa de hacer, se sentó a su lado un poco ruborizada de la vergüenza, a diferencia del chico que se encontraba un poco anonado por el contacto con la chica.

—Si quieres hoy mismo me puedo ir a mi casa. No quiero seguir dando molestias. —Liu rápidamente negó con la cabeza.

—No me causas ninguna molestia. Y no estoy de acuerdo con que te vayas tan temprano, Sara te está buscando, más bien nos busca a los dos. —Trató de no mantenerse muy serio.

—Lo sé, pero no entiendo por que me persigue. Sé que me torturó y perdí la memoria por que tu me lo contaste. —La chica se notaba frustrada al no saber prácticamente nada de su vida.

—Aún así debes quedarte más tiempo aquí. Es más seguro, al menos hasta que recuperes gran parte de la memoria y decidas que hacer. —Insistió el, tratando de convencer a la chica.

—Esta bien, tienes razón. —Al fin, cedió la joven.

Liu estaba un poco nervioso por la conversación que acababa de tener con _____. Ya había pasado una semana allí con el, y le había tomado cariño casi sin darse cuenta. Al fin y al cabo, es la única persona con la que está.

Al caer la noche, tras cenar y ver algo de televisión fueron a dormir, cada uno en su respectiva habitación. La chica se despertó de su sueño al escuchar un sonido proviniente de la ventana, se levantó de la cama para ver que era, pero antes de que ella llegase a la ventana, esta se abrió de golpe.

La chica comenzó a retroceder, observando a alguien entrar por ella. Un chico aproximadamente de su edad, de cabellera negra azabache, ojos azules y bastante grandes al parecer sin párpados, piel bastante blanca, una enorme sonrisa, sudadera blanca y pantalones negros manchados de sangre. El sujeto se quedó mirando a la chica, analizándola.

Sonrió cínicamente y comenzó ha acercarse a ella, el daba un paso, ella retrocedía uno. La chica se tensó más al notar la pared impidiéndole avanzar. El chico puso su mano en la pared justo al lado de la cabeza de la chica, se acercó más a la chica, hasta que su respiración chocaba con la de ella. Colocó la mano que tenía libre en la mejilla de la chica.

—Al parecer mi hermano ahora trae juguetes a casa. —Comentó con voz ronca. —Creo que me divertiré un poco contigo.

Antes de que el pelinegro pudiese acercarse un centímetro más a ella, la puerta de la habitación se abrió de golpe.

—¡Jeff, ni se te ocurra tocarla! —Gritó Liu apareciendo en la puerta, no muy contento.

Jeff miró interrogativamente a su hermano, hizo caso alejándose de la chica y poniéndose frente a Liu.

—Puedo explicarlo. —Le susurró Liu al ver la mirada interrogativa de Jeff. —Ve al salón, ahora voy. —Sin oposición alguna su hermano lo obedeció y salió de la habitación.

A paso rápido se acercó la chica, quien aún estaba pegada a la pared, con la mirada fija en la nada. El se colocó frente a ella y colocó sus dos manos en su cara, consiguiendo sacar del trance a la joven.

—¿Estás bien? ¿Te ha hecho algo? —Preguntó con preocupación, mirándole a los ojos fijamente.

—No, solo me asusté. —El chico suspiró de alivio y en acto impulso abrazó a la joven.

Un poco sorprendida por tal repentino acto de Liu, le correspondió el abrazo. Poco después se separaron.

—Tu acuestate, hablaré con el. Mañana te contestaré todas las dudas que tengas. —La chica asintió y obedeció.

*Narra Liu*

—¿Quién es esa chica? —Me preguntó Jeff nada más sentarme frente a el.

—Le estoy ayudando. —Aclaré.

—¿Ayudandola a qué? —Siguió insistiendo.

—Ha perdido la memoria, y le estoy dejando estar aquí hasta que ella decida cuando irse. La perdió por la misma mujer que hace poco me capturó, y ambos queremos venganza, sobre todo ella, o por lo menos la querrá cuando recuerde todo lo que le hizo Sara.

—Tanto tiempo sin asesinar te está afectando. —Comentó con burla. —¿No será que necesitas amor? —Sonrió burlonamente.

—Claro que no. —Dije rápidamente.

—¿Entonces no te gusta? —Comenzó a ponerme nervioso con sus insistentes preguntas.

—No, ya te he dicho que solo la estoy ayudando. —Volví a repetírselo.

—En ese caso... ¿Puede ser mi novia? —Esa pregunta me tomó por sorpresa.

—No. —Contesté seriamente.

—Bueno, al menos tener sexo con ella, ¿Puedo? —Ya me estaba comenzando a cabrear un poco.

—No. —Contesté entre dientes.

—Vale vale, lo entiendo. Tu solo reflexiona si te gusta o no la chica. —Me miró divertido.

—Como digas... —Dije sin darle mucha importancia. —¿Vas a quedarte aquí? —Pregunté cruzando los dedos mentalmente por que no se quedara.

—Sí, de echo cierta personita está durmiendo en mi cuarto.

—Se llama _____ Sullivan, y no quiero que se entere de que somos asesinos, no por el momento. Así que cuando yo diga alguna mentira para incubrir algo, me sigues el juego. —Lo miré con seriedad.

—Está bien, no te cortaré el royo con tu nueva amada. Pero, ¿Dónde dormiré yo?

—En el sofá. —Contesté con obviedad.

—No, no, yo no dormiré en el sofá. Dormiré con ella entonces. —Se negó rotundamente.

30 minutos después...

Conseguí convencer a Jeff de que durmiera en el sofá, a regañadientes, por supuesto. Yo también me fui a dormir a mi habitación. Lo malo es que el maldito me hizo cuestionarme si me gustaba o no _____... Imposible, yo solo quiero a Susan.