No juegues con mis sentimientos.

Capítulo 2 : You've met with a terrible fate, haven't you?

En el gimnasio se encontraba casi vacío, solo había tres personas jugando básquetbol, a lo lejos, casi el final y bajo las gradas estaba una colchoneta azul con Armin batallando con su videojuego, como su PSP se había quedado sin batería y a él inteligentemente se le olvido ponerlo a cargar durante la noche, no prendió. Gracias a Farore, Armin decido llevarse su 3DS y continuar jugando el nuevo remake de una de sus sagas favoritas, Zelda. Estaba en la noche del tercer día, Armin trataba de derrotar nuevamente al maldito jefe del templo del Pico nevado, pero olvidaba una y solo una cosa, el factor tiempo. La cuenta regresiva había comenzado y Armin seguía en forma de Goron tratando de golpear el maldito toro molesto y justo cuando estaba a punto de darle lo que sería el último golpe comenzó la cinemática final del tercer día (si no derrotas a la máscara de Majora y dejas que la luna caiga.)

Tenía tantas ganas de aventar su consola pero prefería no hacerlo, era casi nueva y sus padres no le darían para una nueva si esta de rompía por el impacto. Trato de tranquilizarse viendo la cinemática hasta llegar al texto que ignoro completamente, fue cuando escucho una risa que venía de la consola. Era la típica risa del vendedor de máscaras felices, cuando volvió su vista a la pantalla observo la típica caja de texto con algo escrito que parecía dedicado a él "Te has encontrado con un terrible destino ¿verdad?" Si bien, ese mismo texto aparece siempre que dejas caer la luna, en esos momentos la escena de Lysandro junto a Nathaniel pasó ante sus ojos otra vez. Armin apago su consola y la guardo en uno de los bolsillos de su pantalón, intento dejar de pensar en eso pero su mente comenzó a llenarse de preguntas, ¿Por qué Lysandro le había sido infiel? ¿Desde cuándo Nathaniel y Lysandro tenían esa relación? Cada una de las preguntas lo atormentaba.

-Así que aquí estas.- una voz lo saco de sus pensamientos para ver a quien lo llamaba, el pelirrojo se sentó a su lado sin verlo y ver solo hacia la pared color crema a unos metros al frente de ellos.- ¿Los viste verdad?- La pregunta era obvia, pero solo quería confirmar lo que ya sabía.-

-Si.- Comento con la mirada baja.-

-¿Qué piensas hacer?-

-Te diré que pienso hacer, comprarme juegos, todos los que pueda. He estado en abstinencia por prepararle algo a Lysandro ahora con su chistecito no se merece mi buena voluntad. Por su culpa murieron todos los habitantes de termina.- Se quejó Armin, aunque Castiel no comprendió la última parte de lo que dijo el otro se veía divertido ante la respuesta.- ¿Qué dices Castiel? ¿Quiere ir a mi casa a hogar tus penas jugando Mortal kombat?-

-No lo creo, tengo cosas más importantes que hacer.- Castiel se acostó en la colchoneta azul mientras bostezaba.-

-Si claro, solo di que tienes miedo a la derrota.- Le reto Armin.-

-Armin no empieces, no estoy de humor para tus bromas.-

-Lo siento señor sufrido.- Antes de poder seguir burlándose de Castiel, el pelirrojo lo tomo de la camisa y jalo hacia atrás mientras este se levantaba.-¡Oye!-

-¿Decías?-

-Eso es todo señor, te veo a la salida.- Se levantó Armin fingiendo estar enojado con Castiel mientras se dirigía a la entrada del gimnasio.-

Castiel vio como Armin se alejaba, pronto comenzaría el último módulo de clases, él no tenía ganas de entrar así que se quedara aprovechando que había una como colchoneta. Armin igual no tenía ganas de entrar a clases pero si no lo hacia Alexy podía delatarlo con sus padres que le quitarían la luz a su cuarto. Por un corto periodo de tiempo logro olvidar lo sucedido con Lysandro pero no duro mucho ya que escucho esa voz que aún lo traía perdido.

-¡Armin!-Grito Lysandro casi del otro lado del pasillo, acelero el paso para llegar frente aquel chico mencionado. Su cara lucia claramente hinchada, no era difícil deducir que el chico pelirrojo quiso hacer justicia con mano propia.- Me alegra tanto verte.- Dijo el alvino abrazando al azabache.