Capítulo 10: Un poco de amor

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Era un nuevo día de la semana, miércoles para ser más exactos. Y durante lunes y martes, Kentin se había comportado de lo más atentó con el más inquieto de los gemelos, Alexy. ¿La razón? Simple, un esguince

-Enserio Kentin, no tienes por qué venir a mi casa a ayudarme a ir a la escuela.- Dijo Alexy mientras era ayudado por el chico militar, mentiría si dijera que no estaba feliz al saber que se preocupaba por el.-

-No hay problema, son cosas que hacen los amigos, ¿no?- "Amigos" esa palabra saco a Alexy de sus fantasías.- Además, seguro que con tu hermano llegas tarde a clases.-

-Oye.- Se quejó el gemelo de Alexy.-

El joven de cabellera azulada comenzó a reír. Era verdad, el lunes que se quedaron de ver en el parque para ir los tres juntos a la escuela, los gemelos llegaron tarde al encuentro con Kentin. Todo porque Armin se levantó tarde y aunque ayudaba a su hermano a caminar, el esfuerzo físico no era lo suyo y se cansaba rápido. Cuando Kentin los vio, lejos de regañarlos (aunque quería, pero al ver la situación, no lo hizo.) El castaño tomo a Alexy en sus brazos para cargarlo y decirle a Armin que debían correr para llegar a tiempo a la escuela. Esos días sí que eras los mejores para Alexy, su pequeña lesión lo estaba acercando a su querido Kentin.

-Llegamos.- Comento Armin.-

-Kentin, soltó a Alexy, a quien ayudaba a caminar.- ¿No quieres que te ayude hasta el salón?-

-No, tengo que acostumbrarme a caminar. Vamos antes de que se haga tarde.-

Los tres fueron a dejar las cosas en sus respectivos casilleros, para luego ir a clases. La primera clase fue literatura, la cual fue bastante aburrida. La segunda le gusto más a Alexy, Educación Física. Como él estaba lesionado, pudo descansar. Y lo agradecía, esta vez el profesor Boris les había puesto muchas actividades, estirarse, trotar, correr, subir y bajar escaleras, flexiones, sentadillas, saltar pequeños conos, saltar la cuerda, y otras actividades que no sabría cómo describir. Su hermano estaba que no podía más, pues ya estaba cansado con solo correr, con suerte lograba saltar los conos.

Por otro lado, estaba Kentin. Él no estaba del todo agotado, había tenido entrenamientos más duros que aquella clase, pero aun así lo hiso sudar. Regalándole una buena vista a Alexy, pues ocasionalmente, el castaño se secaba el sudor con su camisa de tirantes, levantándola y dejando al descubierto su bien formado torso. Algo que realmente disfrutaba Alexy, dejando que su imaginación volara. Sin duda E.F. se estaba volviendo su clase favorita, deseando que nunca se acabe si así le sigue relajando tan hermosas vistas.

Como era de esperarse, la clase llego a su fin. Todos fueron a las duchas, pues todos habían sudado. Alexy espero por Kentin y Armin en las gradas del gimnasio. Ya con ambos fuera de las duchas, todos limpios y con olor a rosas, fueron a clases a esperar con ansias la hora del almuerzo. Las dos clases restantes pasaron, y aunque la clase de Ingles fue entretenida, la clase de geografía casi los hizo dormir.

-Eso fue horrible.- Se quejó Alexy camino a la cafetería.- He visto documentales entretenidos, pero con el que nos puso Farrés no puedo regañar a Armin por dormir, yo hubiera hecho lo mismo.-

-Me da un poco de lastima, no es un mal sujeto. Solo que las cosas no le salen bien aunque lo intente.- Comento Lynn.-

El grupo de 5 (Lynn, Priya, Armin, Kentin y Alexy) llego a la cafetería, compraron algunas cosas y se sentaron en una mesa. Sin importar cuantas veces esa escena se repetía, poder estar con sus amigos le hacía feliz a Alexy. Era una escena que jamás hubiera tenido en su viejo instituto, por eso no se cansaba de esa escena. Tener a su mejor amiga hablando con su novia de temas cotidianos, ver que su hermano socializaba con ellas, claro, sin dejar su amada consola de lado. Y sobre todo, estar sentando en la misma mesa con la persona que le gustaba, sabiendo su sexualidad y sin miedo a humillaciones. Sin miedo al rechazo por ser él.

La hora del almuerzo casi terminaba y el grupo dejo la cafetería para ir nuevamente a clases. Mientras caminaban, el grupo siguió conversando, hasta que otra conversación los hizo detener.

-¡Es la quinta vez en la semana! Entiendo que debes entrenar, no estoy encontrar. Lo que me molesta es, ¡Que los balones terminen en el jardín!-

La discusión entre los dos chicos que no habían visto los gemelos, llamo la atención del grupo. Queriendo saber más, los más metiches, Alexy y Lynn se acercaron para saber que pasaba y ayudar si es que podían. Los dos llegaron hasta los chicos que discutían. El que más sobresalía era un chico moreno de uniforme deportivo rojo, su estatura era un poco mayor a la de alguien albino que no quería mencionar.

Pero la atención de Alexy no estaba en el joven deportista. Quien se apodero de su mirada fue el otro joven, de una estatura similar a la suya, tal vez un poco más bajo que él. Piel un poco más morena que la suya, cabellera verde y ojos al mismo todo que su cabello, su vestimenta era sencilla, pero era útil y cómoda para lo que se supone que se dedicaba, la jardinería. Tan concentrado estaba en aquel chico, que no noto que su amiga había entrado en la conversación, logrando solucionar el problema y el chico moreno con uniforme deportivo se había marchado.

-¡Jade!-


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¿Qué tal gente? ¿Se esperaban la llegada de estos dos (más de Jade)? Porque la verdad, yo no. (Bueno, alguien había comentado esos nombres. Pero se equivocó en algo.) La verdad, me gusto este capítulo. Fue el último en escribir, es la razón por la cual me tarde medio año en actualizar. Todo porque no sabía cómo escribirlo. Espero que les gustara tanto como a mí. Nos vemos mañana.

Por alguna razón, como que me sentí youtuber .__. Gente, la droga es mala. Al menos que sea sabor cerezo. Esa le hará bien a tu alma.

No juegues con mis sentimientos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora