Capítulo 9: Cuando no sabes que poner de título.

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Había pasado casi la semana y el par de gemelos no habían asistido a la escuela, Lynn se había llevado los apuntes y aunque había preguntado la razón de su ausencia, Armin era el que cambiaba de tema. Ahora era viernes, los gemelos caminaban tranquilamente hacia la escuela, Alexy se mostraba tan alegre como siempre, la noche anterior habían tenido una plática aquel par de hermanos. Una en la que Armin animaba a su hermano para ir por Kentin, al menos la declaración les hizo saber que el castaño no tenía inconveniente en salir con un hombre.

En el salón de clases, ambos tomaron su lugar y comenzaron a hablar de cosas estúpidas, lo normal en ellos. Las risas y bromas pararon al notar que el chico militar ingresaba al aula. Armin trato de actuar normal, pero realmente no sabía que cara ponerle a Kentin después de evitarlo durante la semana.

-Buenos días.- Saludo Kentin tomado su respectivo lugar.-

-Keni ken, buenos días.- Saludo Alexy, actuando de manera natural. Al castaño seguía molestándole esos apodos, pero ya estaba acostumbrado que los extraño durante la ausencia de los gemelos. Enternecido, acaricio la cabeza de Alexy despeinándolo un poco.- ¿Kentin?-

-Me alegra verte otra vez Alexy.- Le sonrió Kentin, logrando que Alexy se ruborizara un poco.- Armin, sobre la otra vez...- Armin se tensó.-

-Yo... sobre eso...-

-No te preocupes, está bien. Respeto tu decisión, solo espero que nuestra amistad no se vea afectada.- De su mochila saco la caja de chocolates que anteriormente le había regalado.- Toma, acéptalas sin compromiso.-

Armin acepto los chocolates esta vez, disimuladamente miro a su hermano que se notaba un poco triste. Pero rápidamente se repuso para que el militar no se diera cuenta. Los tres comenzaron a hablar, como si nada hubiera pasado el lunes pasado. La caja de chocolates de figuras clásicas de videojuegos terminaron en sus estómagos antes de que empezaran las clases, comieron y bromearon un poco, volviendo a lo que eran antes.

La diversión término cuando la maestra de inglés entro al salón, para su suerte ya había terminado con los chocolates, así que no había evidencia del ridículo que había hecho. Durante la clase nuevamente Alexy miraba disimuladamente a Kentin, solo que ahora el castaño realmente ponía atención a clase y los únicos gestos de afecto que le mostraba a su hermano eran los leves golpes que le daba a Armin en la nuca para que no se quedara dormido. Una sonrisa se dibujó en sus labios, Kentin parecía decidió a olvidar a Armin sentimentalmente y solo ser su amigo y que recordó que él hubiera sido más cruel con su hermano para mantenerlo despierto. ¿Cómo? Picando su trasero (En la mera raya para ser más claros) con la punta afilada del lápiz. Ya lo había hecho y lo volvería a hacer.

Cuando las horas pasaron y llego el descanso, Armin salió por sus cosas para la siguiente mientras que Kentin se quedaba con Alexy mientras tomaba algunos apuntes importantes que Lynn no tenía en sus notas. Mientras tanto, Armin buscaba su otra libreta de apuntes. Cuando cero la puerta de su casillero, dio un salto del susto al darse cuenta que había alguien a su lado. Era Lysandro.

-Maldita sea Lysandro, casi me da un ataque al corazón.- Se quejó mientras apoyaba su espalda en los casilleros y llevaba una de sus manos a su pecho como si así pudiera calmar su pulso.-

-Mis más sinceras disculpas, mi intención no era esa.- Dijo entre leves risas, pues la reacción del azabache le causo gracia.- Solo quería darte un presente.-

-El gamer la tomo de mala gana una bolsa de plástico que le ofrecían.- ¿Dulces? –Tomo una bolsa de papas comenzó a comer unas pocas.- No podrás comprarme con esto Lysandro.- Decía con algunas frituras en la boca y con el ceño fruncido.-

-No es mi intención.-Le contesto aun si dejar de sonreírle.- Pero no quiero rendirme tan fácil Armin, deseo volver a conquistarte.-

Antes de que Armin pudiera protestar, Lysandro le beso la mejilla dejándolo sorprendido. El albino se fue antes de que Armin le hiciera o dijera algo. El azabache solo podía ver como su ex pareja se alejaba por el pasillo hasta llegar a su salón de clase. Su cara se encontraba roja, pues aunque quisiera negarlo, aquel chico aun le gustaba, estaba el recuerdo de sus besos y caricias pero todo ello era destruido con el recuerdo de Lysandro engañándolo con Nathaniel. Abrió su casillero una vez más para guardar los dulces que le regalo Lysandro, ya con todo guardado volvió al salón.

No juegues con mis sentimientos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora