¿Sabes? Una de las peores manías que tengo es hablar antes de tiempo. Hablar antes de que sucedan las cosas y que luego el tiempo me de una patada en la boca. Eso ha pasado hoy. Ayer estaba completamente convencida de que no te iba a volver a ver en mucho tiempo y... bueno, la verdad es que me alegro de que no sea así. Sé que últimamente estoy todo el día pegada a ti pero... me encanta tanto estar contigo que no puedo pasar ni un solo dia sin dejar de verte o sin hablar contigo. Llevo toda la mañana dandole vueltas a como sería esta despedida. Se que solo son 15 dias y que no es mucho tiempo y bla bla bla pero... cada dia que paso sin hablar contigo es un dia perdido. Y hoy... alli estaba, dispuesta a despedirte como te mereces, como nos merecemos.... como me merezco. Pero cómo no, no podía faltar nuestro rato de charla. No se cuantas veces te lo he repetido ya pero... bueno, tu sabes que adoro hablar contigo y cuanto más tiempo sea mejor y cuantas mas cosas me enseñes pues mejor todavía. Y luego... luego ahí estabamos en la puerta, a menos de un metro de distancia, contandome las ganas que tenías de coger las vacaciones, las ganas que tenías de descansar y olvidarte de todo. Y entonces ha sucedido. Ese momento en el que te has acercado y me has dado dos besos. Y he podido volver a sentir ese contacto físico que me da la vida. Ese roce de piel con piel que hace que me arda la cara y me escuezan las mejillas. Ese cosquilleo de estómago que parece que mil abejas asesinas estan perforando. El tacto de tu pelo bajo mis manos. El sentirte cerca de mi... Y de repente ya se había acabado. Volvíamos a estar distantes. Volvía a notar esa distancia que siempre nos caracteriza. Con la diferencia de que se había quedado un extraño cosquilleo en mis mejillas. Sonará extraño pero las siguientes horas mis mejillas estaban al rojo vivo. Aún puedo sentir ese roce de tu cara con la mia. Aun pudo sentir tu mejilla sin afeitar contra mi mejilla. Aun puedo sentirte cerca de mi. Ojala nunca desapareciese esa sensación. El saber que estás ahi. Y que no te has ido. Sé que ya lo sabes pero... te quiero muchísimo. Y es que... ya sabes, juntos somos oxígeno.
O2