Capítulo 18. Te debo mi vida.

264 26 5
                                    

-¡¡Se va a soltar!!

-¡¡Agárrala Botan!!

-¡¡No puedo, es muy fuerte!!

-¡¡Tora vuelve con nosotros!! –comenzó a llorar.

-¡¡Ama Souten no llores!!

-¡¡Señorita Tora, coge la espada!!

-¡¡Tora por favor deja de tirar!!

"Huele a sangre. Tengo hambre. Estas estúpidas cuerdas. Estas estúpidas personas que no puedo recordar. Esta sensación que la luna produce en mí. No puedo controlarme". Conseguí soltarme. Iba a devorar a la chica que me estaba agarrando con las cuerdas pero algo me impidió hacerlo. Salí corriendo por el bosque. Llevaba ya un rato corriendo cuando oí una dulce voz cantando. Era de una niña. Ese olor era conocido para mí, pero al intentar recordar me daba un pinchazo en la cabeza. Ya la tenía a la vista. Un kimono a cuadros naranja, pelo negro y una coletita en la cabeza. Quería atacarla pero a la vez no. Una voz sonó a mis espaldas.

-Tora, por fin te transformas. Y por lo que veo no llevas la espada. Buena chica. Ahora es el momento de implantarte el fragmento, ¿no crees? ¿No quieres más poder?

Ese hombre... Su pelo negro, su intimidante mirada de ojos rojos, su cuerpo con esa armadura del ojo en el centro, los tentáculos, la voz profunda...

-Por lo que veo ni me reconoces –aquella risa- Tora, soy tu nuevo amo, Naraku.

"Naraku, debo de... matarle". Mis garras se clavaron justo en el ojo de su pecho.

-No hagas algo de lo que puedas arrepentirte ahora que no tienes plena consciencia.

Me lancé a morderle pero un tentáculo me atravesó el estómago.

-Tora, acepta el fragmento y esta herida no será nada.

Le arañé la cara como respuesta.

-Tengo-la-suficiente-consciencia-como-para-matarte –dije.

Sonrió- tanto me odias que hasta vences a tu demonio interior. Me encanta.

-¡¡Muérete!! –grité dándole un puñetazo.

Otro tentáculo suyo me atravesó la garganta. Sangre. "Me... muero...".

-Te di una oportunidad.

-Aca-baré-con-tu-vida...

La oscuridad se apoderó de mí. Ya no veía, no oía, no sentía... nada. "Maldito Naraku, juro que regresaré. No estoy muerta". Una voz que parecía lejana me llamaba. "La niña. El kimono a cuadros. Rin. ¡Rin! Había pensado en matar a Rin! ¡¿Botan?! ¡¿Souten?! También había pensado en matarlas. Ahora recordaba. Mi demonio interior había salido. La luna llena me había poseído de nuevo. Pero esta vez había sido diferente. Las cuerdas no me habían sujetado, la espada no me había detenido. Naraku. Naraku quería hacerme de los suyos. Maldito. ¿De verdad me estoy muriendo? Siento frío. La niña sigue llamándome. Rin sigue llamándome. No puedo hacer nada. No puedo contestarla. Ya no hay vuelta atrás. Lo siento abuelo, no he podido...".

-¡Está respirando!

-¿Dudabas del poder del señor Sesshomaru?

-¡Ha movido la cabeza!

-¿Qué... narices?

-¡Ha hablado, señor Jaken, ha hablado! ¡Tora!

Una cara conocida me contemplaba con los ojos como platos. "Rin...". Me incorporé ligeramente para ver donde me encontraba. Estaba tumbada bajo un árbol. Rin y Jaken estaban a mi lado observándome. En frente había un riachuelo que bajaba veloz.

Tora y la perla de ShikonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora