Capitulo Catorce

132 7 1
                                    

Niall

Encontré lo que necesitaba, un pub abierto donde pudiera tomar todo lo que quisiera sin que nadie que me conociera estuviera mirándome. No me molesta que me vean borracho, todos los que me conocen lo han hecho por lo menos una vez, pero nunca había decidió tomar tanto por enojo a que alguien se metiera en mi vida.
Después de 8 rondas de cerveza irlandesa -la mejor- estoy caminando sin equilibro y aún así quiero más.

"Hola." Escucho una voz seductora a mi lado. Una ardiente señorita se sienta a mi lado y pide una copa de vodka. "¿Vienes sólo?"

"La pregunta es si tu vienes sola nena."

"Digamos que si." Da un trago a su copa de una forma realmente sexy. Sólo puedo imaginar lo que podría divertirme con ella y sus labios esta noche.

"Pues digamos que hoy es tu día de suerte." Pido otra cerveza y sonrió ampliamente.

"Si." Me mira de pies a cabeza y se muerde el labio. "Creo que lo es."

No quiero estar aquí conversando más, lo que daría por llevármela a la cama justo ahora. No me da miedo pedírselo, se que aceptara. Sólo lo insinuó y ella acepta, nos ponemos de pies y le digo al chico de la barra que lo deje todo a mi cuenta. Aveces está bien tener un padre empresario.

Subimos a mi auto, la chica tiene unos 23 años y está buenísima. Esta noche he sacado el premio mayor. Enciendo mi auto y antes de arrancar el vehículo, me hace girar la cabeza y estampa sus labios contra los míos. Se perfectamente que hacer y ella también. Llevo mi mano a su cadera y la hago pasarse a mi asiento, lo levo hacia atrás para dejarnos más espacio para maniobrar.

"Uff..." Exhalo en sus labios. Separa su boca de la mía para besar mi cuello. Esta chica sabe lo que hace. "Deberíamos llegar a la cama nena."

"Tienes razón." Se muerde el labio frente a mi. "Sólo fue una prueba de todo lo que disfrutáremos esta noche." Desliza la yema su dedo por mi cuello antes de regresar a su lugar. Bajo mi mirada recorriendo su cuerpo, está muy bien, después miro mi miembro pero esta tranquilo. Aún no me he puesto duro. Mierda.

Abro la puerta principal con mucho trabajo, esta chica está sobre mi besándome con desesperación. Me gusta pero sigo sin sentir algo de placer. Enciendo la luz, pego a la chica a la pared y comenzó a mordisquear su cuello. Suelta gemidos que inundan toda mi casa. Ella desliza sus manos por mi torso hasta llegar al borde de mi camiseta. La levanta, retrocedo un poco para deshacerme de ella completamente. La morena me empuja hasta chocar con un sofá, nuestros labios chocan mientras mis manos se deslizan por su cadera hasta llegar a su trasero.
Levanto un poco la mirada y veo una pequeña figura en las escaleras.

«Es ____»

Sus ojos están abiertos como platos y cargados de lágrima y miedo. ¿Cómo mierda salió de la habitación? Dejo de besar a la chica y de inmediato pone su mirada en ____.

"¿Es tu novia?" Susurra seductora en mi oído antes de plantar un beso en mis labios.

"No." Replico helado. "Dame unos segundos." Me aparto.

Llego hasta las escaleras y me para frente a ella.

"¿Que haces aquí?" Pregunto furioso.

"Irme." Contesta, baja la mirada.

"¿A dónde?" Sol brío malicioso, levanto mi brazo para sujetar su muñeca. "No se te ocurra volver a salir." Digo firme. La jalo con fuerza hacia arriba y la obligo a entrar a la habitación.

"¡Suéltame!" Hace fuerza para que la suelte. Relajo mi mano y al instante la aparto. "Gracias." Susurra. Miro su muñeca, la deje más roja de lo que quería.

"Te lo vuelvo a repetir sólo una vez más, vuelves a salir y..." Aprieto los puños y cierro la boca. "No vuelvas a salir." Doy media vuelta y me acerco a la puerta para regresas a mis asuntos.

"¿Por que no me dejas salir ahora?" Comienza con tono fuerte. "¿No encontraste a otra ya?" Su ojos se cargan de lágrimas, parece que comenzara a llorar. «Mierda, ¿por que?» La miro con el ceño fruncido y me acercó un poco. «¿Cómo hace para verse tan sexy al mismo tiempo tan frágil?»

"¿Quien dijo que encontré a otra?" Pregunto. Ella me mira con odio.

"Es lo obvio, déjame salir te lo ruego. No diré nada, sólo regresare a América y jamás abriré la boca." Ruega, parece como que en cualquier momento se arrodillara frente a mi.

"Bésame." Sueltan mis labios.

"¿Que?" Pregunta. Sus ojos rojos se abren más de lo normal.

Antes de decir algo atrapo su cara entre mis manos y me acerco, impacto mis desesperado labios contra los suyos. Ese cálido sabor me encanta, me fascina aún que ella no reacciona de la misma forma. Hace fuerza para alejarse y evitar mi beso.

"Suéltame." Grita sobre mis labios.

"Bésame por favor." Hago otro intento para abrir sus labios y dar paso a mi lengua. "Te necesito."

Stockholm SyndromeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora