Capitulo Trece

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"No sabes nada sobre mi." Ladra. Sus ojos están cargados de fuego, parece el mismo demonio. "Y tal vez yo soy un idiota pero tu no saldrás de aquí." Comienza. "¿Escuchaste?" Veo como aprieta y suelta los puños, me da miedo lo que pueda hacer con ellos.

«¿Qué mierda hice para terminar aquí?»

"No necesito saber más de ti, sé que estás enfermo." Replico en tono leve y miedoso.

Niall suelta un fuerte suspiro, abre la boca pero no pronuncia alguna palabra.

"El bebé de esa chica no es mío." Suelta de la nada, no esperaba que dijera algo al respeto. "¿Sabias que esa chica me engaño?" Aprieta los labios y frunce el ceño, como intentado llorar o parecer débil. "En mi propia cama."

Miente con tanta firmeza que una parte de mí le cree y lamenta mucho decirle tanta mierda. La otra parte -la inteligente- sabe que todo es una gran mentira por el simple hecho que es muy obvio que no me contaría todo eso. Masson me engaño, se lo que es encontrar a tu pareja con otra persona en la cama y definitivamente no actuaría de la forma que Niall actúa. El en verdad es una gran mierda con ojos hipnotizadores y sonrisa perfecta.

"¿Quien te enseño a mentir tan bien?" Pregunto. El me mira con asco y desprecio.

"No se por que te dije todo eso. Eres una niña de papá malcriada que no sabe lo que es sufrir."

«¿Perdón?» Si alguien ha sufrido en esta estúpida vida soy yo. Mi madre está muerta y crecí sin el apoyo y cariño de una imagen materna, mi padre siempre centró su vida en su empresa, sus negocios y sus socios, mi novio me engaño con una chica y después quiso que yo aparentara que nada sucedió. El único consuelo que tenía eran mis mejores amigas. Pero ni siquiera ellas, ni nadie están aquí. Conmigo. Quiero responderle pero no quiero que gane el placer de humillarme, no le daré lástima a nadie y mucho menos a él. Decido tragarme todo lo que puedo decir para defenderme.

"Tienes razón." Replico firme. "Por el mismo motivo no puedo esperar para que mi padre llegue aquí, estas muerto." Me sorprende mi tono de voz, en mi vida había sonado tan firme y fuerte.

"Mientras tanto veté poniendo cómoda." Empieza, su acento tan marcado y brusco se acentúa más. "Y si yo fuera tu dejaría de meterme en lo que no me importa." Da media vuelta y sale. Azota la puerta -como de costumbre-, no escucho pasos y puedo ver una sombra por el pequeño espacio entre la puerta u el piso. Sigue ahí parado.

«¿Qué hice para merecer esto? ¿No se supone que mi madre siempre iba a protegerme desde arriba?»
Necesito salir. Estoy encerrada en estas cuatros paredes, privada de mi libertad y deseando que esos labios vuelvan a darme un beso. No se que me pasa. Cada vez que se aproxima a mi, mi corazón comienza a latir muy rápido, mi mente pide a gritos que me bese y mi piel se enciende cuando siento su tacto.
Nadie me había de esa forma, a Masson siempre le negué llegar a más que un beso muy largo, nunca estuve con el sobre la cama, excepto por un día en que mirábamos películas.

De pronto un celular comienza a sonar, apostaría que es el mío. Volteo a la puerta y la sombra de Niall desapareció. Justo frente a mis pies la pantalla de un celular se ilumina, vibra y de el sale un sonido similar al mío. Agarro el celular, «Harry» aparece en letras grandes, si quiero que se calle debería cancelar la llamada. Toco el botón roja y vuelve a la normalidad. Tiene 1 mensaje del mismo usuario de la llamada y aparte notificaciones en redes sociales. «¿El las usa?»

No dudo en hacer una llamada de emergencia, se que no está bien tomar algo ajeno pero es una emergencia, además ese chico no merece el respeto de nadie. Tecleo los números para finalizar el número del celular de mi padre, siempre lo tiene consigo, es casi imposible que no responda.

«...»

«...»

«...»

«Responde papá.»

«...»

«Maldita sea.»

Decido no esperar más tonos, cancelo la llamada y esta vez marcó el número de Camilla. Ella no me puede fallar.

«...»

«...»

"¡Hola!" Es la alegre voz de Camilla por el auricular.

"Camilla, gracias a dios por favor tienes que escu..." Antes de terminar vuelvo a escuchar su voz.

"Por el momento no me encuentro o estoy ocupada, por favor deja tu mensaje y te llamare más tarde. Besos."

«Maldita sea, maldita sea.»

No se si marcar a Madison, sin pensarlo mis dedos teclean el número de Masson. Esta vez es necesario.

«...»

"Masson." Digo desesperada.

"¿____?" Pregunta.

"Masson." Repito aliviada de escuchar su voz.

"¿Como va todo? Nadie sabe de nada de ti, ¿por que no le levantas el teléfono a tus amigas?" Exhalo, me alegra que esta no sea una grabación, pero al mismo tiempo me preocupa lo que dice.

"Mi celular no sirve aquí, es como que perdió la señal." Contesto estúpidamente. "Masson tienes que venir." Ruego.

"¿A Londres? ¿A que te refieres? ¿Pasa algo?""

"Es que te necesito." Suspiro. No puedo creer lo que digo. "Por favor, ven."

"Claro ____, mañana yo comprare mi boleto de avión y estaré ahí."

"¿Mañana? No por favor, te necesito ahora."

"Claro, pero ¿dónde estas?" Recuerdo la diferencia de horarios, en E.U seguro aún no sale el sol. Por eso su voz adormilada, pero tomó como un gran detalle que contestara y accediera a venir.

"Estoy..." Maldita sea no yo se donde estoy. "Cuando estés aquí por favor llama a este numero, no a mi celular.

"Claro, claro pero ¿de quién es? ¿De dónde llamas?"

"Un teléfono que compre aquí. Te esperare."

"¿Esto significa que regresamos?"

"Hablaremos eso aquí, cuando estés conmigo."

"De acuerdo bonita."

Una vez terminada la llamada con Masson el día se pasa volando. Ninguna visita de Niall «estupendo». No puedo creer que permitirá que me besara, no puedo creer que le dirijo la palabra después de todo lo que me ha hecho.
La luz de las estrellas y la luna son lo único que ilumina estas cuatro paredes blancas, el silencio es horrible y más cuando estas sola. No he escuchado a Niall en todo el día, es como estar en lugar que no conoces perdida y asustada. De pronto escucho que una puerta se cierra muy fuerte, no se como es esta casa pero juraría que alguien ha entrado a la fuerza. Me acercó a la puerta de mi habitación y me pego para  lograr escuchar algo, al estar tan cerca de la puerta me soy cuenta que el seguro no está puesto. Llevo mi mano con miedo a la manija y la ruedo. «ABIERTO» Nunca había sentido tanta felicidad y mucho menos por una mínima cosa como esta. Salgo de la habitación, todo es hermoso, parece que la casa está sacada de una revista de muebles. Todas las paredes son blancas y algunos muebles son negros, no imaginaba que Niall viviera así. Definitivamente el dinero no es lo que le hace falta, no quiero imaginar de donde ha sacado tanto. En la primera planta se escuchar gemidos provenientes de una chica, no se que sucede y tampoco quiero saberlo. Mis pies me traicionan y me encuentro bajando las escaleras con mucho cuidado.

Stockholm SyndromeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora