Capitulo Dieciséis

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Niall

La he cagado en mi elección de palabras, se que un «te necesito» y un «te necesito para ponerme duro» no se comparan en nada. Ambas frases son ciertas, necesito a esta chica más de lo que pensé, pero no se diferenciar si la necesito sólo para divertirme o en realidad sólo me pone ella y nadie más.

"Lo siento nena." Miro sus ojos llenos de inocencia y miedo. "Por favor continúa con lo tuyo."

Me devuelve la fija mirada a los ojos y comienza a mover la mano sobre mi miembro nuevamente. Desearía no tener puestos los jeans y los calzoncillos. Un gemido se escapa de mis labios, de pronto me agarra con más fuerza y el sonido sale nuevamente de mis labios. Mantiene movimientos lentos y firmes, me fascina lo que hace y como lo hace. Se inclina para besar mi cuello, logrando que salga de mi boca un tercer gemido.

"Lo haces de maravilla ____." Aprieta con más fuerza logrando que duela un poco. "No tan fuerte nena."

"Perdón." Repone, besa mi cuello de nuevo.

La miro a los ojos firmemente cuando se incorpora un poco, mi vista se desvía a sus dos generosos pechos. Lamo mi labio de imaginar todo lo que podría hacer con ellos.

"¿Puedo... Mierda... Puedo quitarte esto?" Digo con voz agitada y áspera. Asiente, mientras sus ojos se iluminan.

Mis manos ascienden por su espalda y desabrocho el sostén con una facilidad inigualable «la práctica hace al maestro» pienso, he tenido muchas experiencias en este ámbito pero ninguna de todas esas chicas es como ____, nadie se ha resistido a un beso mío y nadie me a hecho llegar a un orgasmo sólo con pensar en ella en mi habitación. Decido no pensar en eso, y en que hay una chica mayor que yo realmente buena en la sala esperándome y yo estoy aquí. Deslizo los tirantes del brasier por sus brazos, forzándola a soltar mi miembro.
Lanzo el sostén a alguna parte de la habitación, miro esos enormes y bellos pechos perplejo y no dudo en agarrarlos al instante. Pellizcó sus pezones al mismo tiempo que la fuerzo a inclinarse para besarla. Siento un gemido suyo en mi boca, seguido de su mano sobre mi miembro de nuevo.

"Voy a venirme nena." Digo, siento que ella también se está poniendo húmeda, sigo masajeando sus senos notando el placer que nace en ella. Mis piernas se tensan debajo de ella y vuelvo a plantar un beso en sus labios. Comienzo a sentir mis calzoncillos húmedos y ella aparta su mano de mi. Dejo caer mi cabeza hacia atrás y respiró hondo, siento como mi pecho se infla y desinfla, necesitaba esto desde hace mucho. Abro los ojos lentamente, encontrándome con esa preciosa e inocente figura aún sentada sobre mi. Sonrió ligeramente y abro la boca.
"Nunca me habla venido tan rápido." Respiró hondo una vez más. "Lo hiciste de maravilla."

Se queda callada un momento, parece que aún que sigue aquí, su mente se fue a otro lado. Imagino que debe pensar en tantas veces que me he acostado con alguien, pero es que nadie me pone tan rápido.

"¿Que piensas?" Pregunto, sacude la cabeza al escuchar mis palabras. "Por favor, dime."

Acaricio su mejilla y desciendo a su cuello lentamente, ella sonríe ampliamente y sigue sacudiendo la cabeza.

"No es nada." Detiene mi mano, y comienza a jugar con ella.

"Por favor, no me hagas forzarte a hablar." Sonrió malicioso, ella me mira fijamente a los ojos nerviosa.

"De acuerdo."

"Sólo dame un momento." Pongo mis manos sobre sus caderas para cargarla y colocarla a mi lado. "Tengo que cambiarme esto." Apunto a mis calzoncillos mojados. Me pongo de pie y deslizo mis jeans sobre mis piernas, quedando sólo con los bóxers húmedos. Siento su mirada fija en mi miembro y los calzoncillos mojados, abre los ojos como platos cargados de deseo.

"¿Quieres que me deshaga de esto también?" Juego con el elástico del bóxer. No responde nada sólo se muerde el labio, suelto una fuerte carcajada y me doy la vuelta para salir de la habitación.

"¿A dónde vas?" Pregunta antes de que pueda abrir la puerta.

"A cambiarme esto, no tardo nena." Abro la puerta y salgo.

Cuando ya tengo un nuevo bóxer puesto pienso en que tal vez debería bajar para pedirle a la chica que se vaya, o tal vez a revisar que sigue aquí. Lo pienso una y otra vez, pero en realidad me importa una mierda. Entro en la habitación y la encuentro mirando fijamente a la puerta.

"Bien, ¿que me ibas a decir?" Me subo a la cama, recostándome a su lado.

"¿Estabas borracho?" Se incorpora quedando sentada de piernas cruzadas a mi lado.

"No." Giro mi cuerpo 90º y recargo mi cabeza en un brazo. "Creo que me despejaste un poco." Sonrió, levanto el brazo que no me sostiene para acariciar sus piernas con la yema de mi dedo.

"Creo que me gusta este Niall."

"¿Que Niall?"

"El Niall lindo y..."

"No digas más." Cierro los ojos y respiro profundamente. "Entonces ¿que ibas a decir antes?"

"Yo... Sólo pensaba en las millones de chicas que... Ya sabes... La chica de tu sala hace un rato... ¿Por que no estas con ella?"

"¿Celos?"

"No." Miente, aparta mi mano de sus piernas.

"Entonces..., tal vez podría contarte alguna de mis experie..."

"No, por favor no. Déjalo así." Ruega y se cubre el rostro.

Suelto una fuerte carcajada y vuelvo a acariciar sus piernas. Se que son aproximadamente las 2 de la mañana, comienza a bostezar. Es adorable.

"No me digas que ya tienes sueño." Digo, y sonrió ampliamente mirando sus ojos.

"¿Qué hora es?"

"Las 2 de la mañana." Replico sin alguna preocupación. Sus ojos se abren como platos y cubre su boca. "Podemos dormir o tal vez podríamos..." Antes de terminar una de mis frases obscenas ella se acuesta lo más alejada a mi posible. "Oye ven aquí, podrías caer."

"Estoy bien de este lado de la cama." Dice nerviosa. "Además, regresaras con la chica de abajo ¿cierto?" Su voz se escucha temblosa y cargada de celos.

"¿Quieres que me quede contigo?" No pensaba irme a ningún sitio, estar en la cama con esta chica es excitante.

"N0, estoy bien sola." Responde cortante y enojada. La chica risa ha regresado.

"Bien." Me levantó de la cama haciendo un ruido exagerado para que voltee a verme. Consigo lo que quiero, se gira para verme.

"¿A dónde... A dónde vas?"

"Dijiste que querías que me fuera y eso hago."

"Quédate." Me mira fijamente a los ojos, esos esos ojos tan preciosos que sólo ella tiene. "Por favor."

Me encantaría que me rogara más, pero por el carácter que está chica tiene se que no me conviene. También se que me costara que quiera que pase la noche con ella otro día, y no desaprovharé esta situación. Me acuesto de nuevo a su lado, alargo mi mano y la paso por debajo de su espalda para sostenerla y apartarla a mi.

"Si duermo aquí tengo que estar cómodo."

Recuesta su cabeza en mi pecho, no se que se supone que tengo que hacer con los brazos; uno está debajo de ella, pero el otro está en el aire sin saber que hacer. No suelo dormir con chicas, de hecho está es la primera vez. Detesto tener sexo con chicas y que luego quieran dormir conmigo, así que en mi vida es una ley que ellas no duerman conmigo.

Stockholm SyndromeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora