Capitulo Ocho.

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Niall

Al abrir mis ojos todo a mi alrededor da vueltas, con cuidado salgo de la cama desequilibrado y sosteniendo me de la mesilla de noche.
Salgo de mi habitación, el silencio que hay dentro de mi casa es hasta un punto relajante pero al mismo tiempo me desespera pensar lo sólo que estoy aveces. Bajó al primer piso y comienzo a escuchar voces, todo esta casi impecable como si no la fiesta de anoche no ocurrió. Puedo escuchar a Liam tarareando sus canciones favoritas, Harry silbando, Zayn y Louis quejándose por que seguro Liam fue quien los puso a recoger. 

"Buenos días bella durmiente." Dice Harry mientras mete un par de vasos rojos a una bolsa negra.

"¿A que hora llegaron?" Pregunto sacudiendo mi cabello.

"Nos quedamos aquí a dormir ¿lo olvidas?" Pregunta Zayn. "Creo que no lo recuerdas y tampoco recuerdas como usar pantalones y una camiseta amigo."

Miro mi cuerpo, sólo tengo mis bóxers puestos, me siento avergonzado y los cuatro se ríen con fuerza.

"Tengo una horrible resaca." Doy media vuelta para regresar al segundo puso y vestirme.
Recojo mi ropa tirada en el suelo a un lado de mi cama y tardo menos de 5 minutos en vestirme y regresar con los chicos.

"¿Dónde durmieron?" Pregunto.

"Mierda Niall, en verdad estas mal. ¿Recuerdas mi nombre siquiera?" Se queja Harry.

"Es que acabo de despertar es todo." Gruño.

"Zayn y yo dormimos en la sala por alguna razón la puerta de la habitación frente a la tuya tiene el seguro puesto." Me dice Louis, se sienta en el sofá y suelta un fuerte suspiro.

La chica americana viene a mi mente «maldita sea», la preocupación me invade y no puedo evitar dejar de mostrar mi preocupación. «¿y si tocaron y ella les grito? ¿Y si saben que esta ahí una chica?»

"Creo que tendré que llamar a un cerrajero." Contesto nervioso.

"¿No tienes llaves?" Pregunta Liam.

"No." Respondo rápido y fuerte. "No.. No lo se." Controlo mi tono de voz.

"¿Por que no vamos a desayunar?" Pregunta Liam poniendo la mano en su abdomen.

"Claro, ¿por que no vamos al restaurante que está cerca del hotel de tu padre Liam?" Pregunta Louis gritando.

"Pero ahí las ensaladas no me gustan." Se queja Harry.

"Vamos a desayunar no a comer ensaladas Harry." Replica Louis. "¿Entonces vamos?"

"Vayan ustedes yo prefiero quedarme en casa." Llevo mi mano a mi cabeza y finjo uñáis a de dolor.

"Vamos Niall no seas un bebé, esta cerca."

"Si no se siente bien será mejor que se quede Louis, no queremos un desmayado." Liam impone su papel de "padre" protectivo. "¿quieres que te preparemos algo antes de irnos? O si quieres podemos traerte algo."

"No, no igual no tengo hambre. Diviértanse."

"Bien recuesta te y más tarde venimos para ver como sigues, tal ve tengas que ir al médico." Me dice Liam. Louis lo jala de un brazo para salir de la casa.

En cuanto los chicos cierran la puerta principal me siento en el último escalón de las escaleras, recargó mis brazos en mis rodillas para acomodar mi cabeza.
Esta vez todo se irá a la mierda, no debí traer a la chica americana a mi casa y encerrarla, tal vez debí llevarla al hospital y afrontar una multa o tal vez un par de días en la cárcel, ahora no puedo dejarla salir por que si lo hago irá corriendo a la policía y me irá muy mal. Tal vez debería explicarle las cosas, y tal vez las entienda o tal vez debería llamar a mi padre para que alguien de las personas que el conoce me ayude a librare de todo.

Me pongo de pie, doy media vuelta para subir las largas escaleras al segundo piso, camino nervioso a la habitación de la chica, abro la puerta y me encuentro con la perfecta imagen de una chica dormida, su cabello esta desordenado pero al mismo tiempo cae con cuidado sobre la cama, bajo un poco mi mirada un par de senos desnudos sobresalen debajo de mi camiseta. Comienzo a ponerme tenso, mis deseos de meterme en la cama y tirarme a esa chica se hacen cada vez más grandes. Toma aire y aprieto el puño, siento que mi miembro de pone duro, bajo mi mirada y veo un gran bulto que quiere salir de mis jeans para entrar dentro de esa preciosidad. Pongo mi mano sobre mi miembro para controlarlo un poco, es inútil nunca me había puesto tan tenso tan rápido.
La chica abre sus ojos poco a poco y se estira, como si no recordara nada de lo que ha sucedido, luego me mira y su rostro dibuja disgusto y asco.

"¿Que quieres?" Pregunta enojada, nota que estoy mirando su generoso pecho y lo cubre con la cobija.

"Quiero hablar contigo." Paso saliva, mi miembro se ha relajado un poco pero por si las dudas será mejor que mi mano se mantenga ahí.

"¿Me dirás por que mierda me tienes aquí?"

Abro la boca mientras mi cabeza formula una y otra formas de responder su pregunta, antes de que las palabras se escapen estúpidamente de mi boca sacudo la cabeza y aprieto los puños.

"No."

"Entonces no quiero hablar." Se da media vuelta aún acostada sobre la cama.

"No pregunte si tu querías hablar." Soy un par de pasos con zancada grande para llegar a la orilla de la cama.

"Cuando salga de aquí te irá muy mal." Dice la chica entre sollozos.

Antes de poder contestar algo mi celular comienza a vibrar dentro de mi bolsillo, "Bob", guardo el celular en su sitio y estiro la mano para tocar el hombro de la americana y hacer que voltee.
En cuanto mi mano hace contacto con su piel está se eriza. su brazo responde con un fuerte golpe y da la vuelta dejando su hermosa cara a la vista.

"Como me vuelvas a tocar voy a..." Su boca se cierra lentamente al no saber como terminar su dura frase.

"¿Vas a que?" Sonrió burlón.

"Voy a partirte la cara." Se incorpora quedando sentada muy cerca de mi.

"¿Con que mano?" Me acercó un poco para poder sostener una de sus muñecas.

"Con esta." Suelta una cachetada en mi mejilla con su mano libre, de inmediato siento mi piel hirviendo. No voy a responder con un golpe ya que no soy un imbécil pero decido no soltar su muñeca aunque ya esta roja.

Un mechón de su cabello recién levantado cae sobre su rostro, levantó la mano y ella se aparta como por reflejo, con un dedo aparto el mechón travieso rozando su suave piel con la yema. Abre sus labios ligeramente sorprendida por mi acción, levanta la vista para ver mis ojos yo hago lo mismo y noto que se dilatan sus pupilas.

"Tus ojos son azules." Dice en tono leve que tono que acercarme un poco para escucharla.

"Los tuyos cafés." Respondo con el mismo tono que ella tiene que acercarse a mi. Aparta la mirada de mis ojos nerviosa.

Mi mano sigue tocando su rostro. Nuestras miradas se encuentran nuevamente, baja la vista hacia mis labios y rápidamente regresa a mis ojos, aparto mi mano y mira nuevamente mis labios.
De pronto sus labios impactan contra los míos, tomándome desprevenido.

Stockholm SyndromeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora