VI

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Harry había adoptado como rutina sentarse junto a Louis en los descansos, y no parecía importarle que la mayoría del tiempo sólo fuera él el que hablara. A veces los dos se quedaban en silencio, con la mirada perdida, y aunque Louis seguía temblando, de alguna manera le gustaban esos momentos. Había descubierto que el animal preferido de Harry era el pingüino, que le gustaba el helado de fresa y que la chica con la que le había visto aquel día era su hermana. Louis estaba bastante seguro de que Harry creía que no recordaba todas las cosas sobre él que le explicaba, pero sí que lo hacía; de hecho, le asustaba lo mucho que le importaban, aunque la mayoría parecieran tonterías.

A veces Harry se pasaba por el bar en el que Louis trabajaba, y el corazón de Louis siempre daba el mismo vuelco cuando veía al chico sentado en una de las mesas. Al principio lo había asociado a ansiedad, y aunque en parte lo era, Louis sospechaba que era por algo más, pero era incapaz de ponerle nombre a ese sentimiento.

A Louis le gustaba escuchar a Harry hablar. Le fascinaba la forma en la que el chico hacía que un simple detalle en una historia pareciera increíblemente importante. Harry creía que el mundo era precioso, aunque lo viera en blanco y negro, y a veces a Louis le daban ganas de proteger al chico de todos los malos que existían, porque el universo no se merecía a alguien tan bonito como él.

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Harry había pasado a recoger a Louis del trabajo, y estaban caminando hacia la estación de tren como de costumbre, con Harry hablando y Louis sonriendo de vez en cuando.

— Hey, el otro día estaba pensando que aún no tengo tu número de teléfono. -dijo Harry, y aunque parecía un simple comentario, la sangre de Louis pareció congelarse en sus venas.

Nadie excepto su familia tenía su número de teléfono. Louis estaba acostumbrado a que cuando estaba en su casa ya nadie podía contactarle: estaba acostumbrado a quedarse él solo con su ansiedad, sin ninguna posibilidad de alguien interrumpiendo sus crisis con una llamada o un mensaje. Pero era Harry. La persona que pensaba que un mundo en blanco y negro podía ser bonito.

Louis se lo dijo, y Harry le envió un emoticono de un panda para que le guardara como contacto. Y todos los pensamientos malos desaparecieron durante un rato de la mente de Louis, porque por supuesto que Harry era la típica persona que enviaba emoticonos de pandas.

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Louis llegó a casa, y se disponía a ponerse a estudiar cuando notó una vibración en su bolsillo. Sacó su móvil, y se le escapó una sonrisa cuando vio el nombre de Harry en la pantalla.

Harry: Estaba caminando hacia casa y una señora estaba regando sus plantas en su balcón cuando yo pasaba por debajo. Excepto que no parecía tener muy buena puntería y he acabado empapado. Espero que tu camino a casa haya ido mejor que el mío xx

Louis quería contestar, pero no se vio capaz de hacerlo. Se quedó más tiempo del necesario leyendo el mensaje una y otra vez, y de alguna forma supo que a Harry no le importaba que no le contestara; supo que Harry lo entendía.

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Harry seguía enviándole mensajes casi cada día, sin esperar una contestación, y Louis cada vez se sentía más cómodo alrededor de Harry. Su miedo a hacer algo mal seguía presente, pero la voz de Harry conseguía aplacarlo.

Louis seguía siendo un desastre, seguía teniendo ataques de ansiedad, seguía clavándose las uñas en el brazo para mantenerse enfocado cuando se sentía demasiado lejos de la realidad. Pero ahora, después de haber llorado durante horas abrazándose las piernas en el suelo del baño, podía leer los mensajes que Harry le enviaba, y sonreía. Y todo parecía ir un poquito mejor desde que tenía la voz de Harry para calmar a sus monstruos.

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Harry: Buenas noches, Lou xx

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Harry: ¡Buenos días! Espero que te vaya bien el examen de Francés. Nos vemos luego xx

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Harry: Me he encontrado a mi vecina que me conoce desde que tenía 6 años y me ha llamado Hank en vez de Harry. No sé cómo sentirme.

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Harry: El tema que están explicando hoy en Historia es muy aburrido. Debería haberme quedado en casa durmiendo.

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Harry: Pensé que había perdido las llaves de casa pero las tenía en la mano. He tardado 5 minutos en darme cuenta.

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Harry: Buenas noches, sueña con cosas bonitas xx

Y Louis se encontró a sí mismo escribiendo de vuelta, prácticamente sin darse cuenta, con el pecho completamente libre de miedo o ansiedad.

Louis: buenas noches :)

Harry le contestó con una cara feliz, y Louis supo que Harry de verdad había sonreído.

Louis soñó con cómo sería abrazar a Harry aquella noche.

green (Larry)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora