Louis se sentó en la silla delante de su mesa de estudio, y abrió sus libros mientras Harry hablaba sobre algo que le había pasado cuando tenía 8 años. Escuchar a Harry hablar era como llegar a casa un día de invierno y envolverse en mantas, era como tomar chocolate caliente con el sonido de la lluvia de fondo. La presencia de Harry le calmaba de una forma que no lograba comprender.
Harry empezó a explicarle aquello que no entendía, y Louis tuvo que pedirle que se lo repitiera al menos cuatro veces, porque cuando el chico hablaba se veía incapaz de seguir lo que estaba diciendo. No le importaban las declinaciones ni las formas verbales del latín, lo único que quería era escuchar la voz de Harry eternamente.
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Todo iba bien, hasta que dejó de hacerlo.
Harry estaba de pie detrás de Louis, explicándole un ejercicio. Sin querer, su brazo rozó el hombro de Louis cuando se inclinó para señalarle algo, y fue entonces cuando el chico fue plenamente consciente de todo lo que estaba pasando a su alrededor.
Fue consciente del ruido de los coches en la calle, de los latidos de su corazón resonando en sus oídos, de su respiración, demasiado fuerte, demasiado fuera de lugar. Y supo que debería estar bien, que no pasaba nada, pero su cuerpo empezó a temblar, y su mente se negaba a escucharle.
Se levantó, y vio a Harry apartarse con confusión en su rostro. Louis se sentó en el suelo, porque cuando tenía sus ataques era incapaz de mantenerse en pie; necesitaba sentir el suelo debajo de él, saber que no podía caer, que al menos una parte de él estaba segura. Se rodeó las piernas con los brazos y escondió la cara entre ellas, deseando desaparecer con todas sus fuerzas. Todo hacía demasiado ruido, todo era demasiado.
Louis estaba esperando el portazo. Estaba esperando a que Harry se marchara para no volver, a que por fin se diera cuenta de que Louis era un completo desastre y no tenía solución. Por eso se sorprendió cuando en vez de escuchar el sonido de una puerta al cerrarse, escuchó su voz.
— Louis.
El chico tardó unos momentos en reaccionar. Levantó la cabeza y miró a Harry, que estaba sentado cerca de él, con los brazos abiertos, esperando.
— ¿Puedo...? -preguntó Harry, pero no pudo acabar la frase, porque Louis acortó la distancia que había entre ellos y se acurrucó en sus brazos.
Abrazar a Louis era como tener algo extremadamente frágil entre los brazos, y Harry no estaba seguro de si abrazarle más fuerte pondría todos sus pedazos juntos de nuevo o le rompería aún más, así que le sostuvo con cuidado, acariciándole la espalda. Harry llevaba mucho tiempo preguntándose cómo sería abrazar a Louis, pero nunca pensó que cuando lo hiciera el chico estaría temblando y al borde de las lágrimas.
Louis no supo que tenía la intención de abrazar a Harry hasta que lo estuvo haciendo. Nunca se hubiera imaginado que el contacto que hacía unos meses evitaba ahora le estaría salvando. Estar entre los brazos de Harry era como estar en casa.
Los temblores continuaron durante minutos que parecieron horas, pero los dedos de Harry no pararon ni un solo segundo de recorrer la espalda de Louis. Louis tenía el rostro escondido en el pecho de Harry, y estaba contando los latidos del corazón del chico para intentar calmarse.
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Llegó un momento en el que la respiración de Louis empezó a volver a la normalidad y sus temblores parecieron calmarse ligeramente. Levantó la cabeza, y notó como las manos de Harry paraban de moverse por su espalda y pasaban a reposar en sus caderas. Subió la mirada, y sus ojos se encontraron con los de Harry.
Nunca le había mirado directamente a los ojos. Siempre apartaba la mirada, porque cruzar miradas con alguien le hacía sentir indefenso, vulnerable. Pero en aquel momento lo único que sintió fue que estaba a salvo.
No se movió cuando Harry deslizó una de sus manos desde su cadera hasta su hombro, y tampoco lo hizo cuando la posó en su nuca. Simplemente se quedó quieto, como inmovilizado, preguntándose de qué color eran sus ojos.
Harry sonrió, y era la clase de sonrisa que podía iluminar a una ciudad entera. Atrajo a Louis hacia él, y conectó sus labios.
Louis nunca había besado a nadie. Nunca se había planteado que aquello pudiera hacerle sentir mariposas en el estómago en vez de ansiedad y miedo. Louis siempre había visto el contacto como algo que tenía que evitar a toda costa, pero sus labios estaban contra los de Harry, sus ojos estaban cerrados, y se sentía bien. Se encontró a sí mismo moviendo sus manos para enredarlas en el pelo de Harry, y seguían besándose, y Louis sintió como si algo en su interior se reajustara, como si el mundo estuviera recuperando su equilibrio.
Cuando Louis abrió los ojos, se encontró con los de Harry.
Eran verdes, y Louis supo que si la esperanza fuera de un color, sería del color de los ojos de Harry.

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green (Larry)
FanfictionLouis ve en blanco y negro. Todo el mundo lo hace, hasta que besan a la persona con la que están destinados a pasar el resto de sus vidas. Hasta que besan a su alma gemela. Cuando aquel chico aparece en la clase de Literatura inglesa a mediados de c...