Cap 5

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CARLA

Habíamos salido a comer los cuatro juntos a un restaurante. ¿Cómo terminó el sueño? Bien. Nos despertamos porque Raquel nos puso la música a todo volumen desde su cuarto. Cuando nos dimos cuenta de como estábamos, nos levántamos corriendo antes de que Yoli entrara en la habitación gritando que nos despertáramos como unaniña pequeña. Si no fuera por como me desperté me hubiera encantado aquel momento.

David nos invitó a comer en un restaurante bastante caro, pero que se come muy bien el marisco. Desde luego a Raquel le incomodó que llevara tanto dinero encima ya que cuando David pagó, Raquel puso una mueca de asco y miró a otro lado.

Cuando llegamos a casa yo fui a prepararme para ir a ver a mis padres. Estaban bastante lejos y el viaje era mejor comenzaro pronto, por lo tanto tendría que hacer varios viajes para traerme las pocas cosas que tengo allí que me quiera traer.

Me llevaría varios días, lo bueno es que Raquel había conseguido convencer a un conductor conocido. Lo malo es que ese conductor era David y tendría que aguantarle durante varios días, ya que ni Raquel ni Yoli querían que fuera sola.

YOLI

Raquel y yo íbamos a irnos a dar una vuelta al centro comercial e invitamos a Carla, pero ya tenía planes. Tenía que traerse sus cosas de casa de sus padres. No nos dejó acompañarla asi que Raquel convenció a su hermano para que la acompañara y ésta, sabiendo que nada podría hacer que Rachel cambiara de opinión,no se pudo negar.

No íbamos a hacer mucho, solo queríamos buscar adornos para colocarlos en el piso puesto que estaba vacío y necesitábamos algunos muebles. Después de comprar unos adornos y algunos muebles pequeños, los dejamos en el coche y fuimos a dar una vuelta buscando un sitio donde cenar puesto que no nos apetecía ir a casa y tener que cocinar, además de que teníamos dinero que nos había dejado David para comprar los muebles.

Durante la tarde, me fijé en un chico que si no me equivoco, era el mismo que ví hace unos días en el parque cabreado. No me fijé en su acompañante, llevaba un gorro que apenas dejaba ver su pelo rubio. Me hice ilusiones al pensar que tal vez, solo tal vez, pudiera ser Carlos. No me importaría volver a verle y terminar la conversación que Carla y David nos interrumpieron la otra noche.

Al salir de un bar que estaba lleno y no tenía hueco ni estando de pie Carlos y un amigo suyo(el del parque) iban a entrar. Mientras que yo sonreía como una tonta, pude apreciar como Rachel rodaba los ojos y miraba hacia otro lado. Algo me decía que no era su primer encuentro y que no fue nada agradable.

-Hola-me dijo Carlos con,¿ilusión?-¿Qué haceis aquí?

-Buscábamos un sitio para cenar, pero se vé que este está lleno.-se me adelantó Raquel al responder.

-Entrar con nosotros, tenemos un amigo que siempre nos reserva una mesa.-dijo el amigo de Carlos.

-Vale-me adelanté a responder animada.

Entramos y cuando el mesero nos vio puso una mueca de asco, pero en cuanto vio que Carlos me puso una mano en el hombro le regaló una sonrisa y chocaron las manos como si fueran amigos de toda la vida. Habló unos segundos con él y le indicó una mesa que había al fondo, lejos de la gente y un poco aislada del ruido. Se nota que eran amigos desde hace mucho tiempo.

Todo lo que pedimos se nos sirvió antes de que pudieramos empezar a hablar entre nosotros.

Es posible que la cena terminara igual que la de anoche. Tal y cómo se miraban Raquel y el chico esto no iba a acabar nada bien, pero intentaría pasar el mejor rato posible con Carlos. No sé si me gusta o no, pero es un chico estupendo, guapo y muy simpático.

-Esperemos que esta vez podamos terminar la cena sin que nadie se enfade.

-Ojalá sea así.-no podía dejar de mirarle esos ojos y sonreir como una tonta.

Estábamos sentados en bancos, Carlos y yo en uno y en frente estaban Raquel y Álvaro según lo que me dijo Carlos, quienes no podían ni mirarse a la cara por lo tanto, Álvaro miraba a Carlos, Raquel miraba a la gente del bar.

Carlos y yo comenzamos a hablar mientras compartíamos algunas tapas entre los cuatro y se hacía el silencio entre los cuatro. No sé de que estaban hablando Raquel y Álvaro, pero espero que no estuvieran discutiendo.

-Oye,-empezó Carlos-me tienes que dar tu número de teléfono para quedar tú y yo un día solos, sin gente que nos interrumpa.

-Claro apunta.-sacó su móvil y apuntó mi teléfono-ya te llamaré para irnos por ahí.

-Te estaré esperando. Espero que me llames pronto.

-No tardaré lo prometo.-levantó la mano y la puso como si estuviera haciendo un juramento.

Reí ante su gesto y bajé la cabeza para que no notara lo roja que me puse, él me levantó el mentón y memiró con una amplia sonrisa que haría que cualquier bebé dejara de llorar con solo observarla apenas un segundo.

Seguimos hablando un rato más hasta que os fijamos en Raquel y Álvaro quienes no habían discutido en toda la cena, cosa que me hizo feliz ya que la última vez Carla le tiró la bebida encima a David y me fui con ella.

-Esos dos están muy calladitos juraría que alguna vez se habían peleado.

-Lo hicieron. Si les hubieras visto la primera vez, te hubiera sorprendido.

-Ya me los imagino, ¿crees que esos dos tortolitos terminaran juntos?-dije señalando a Raquel y Álvaro.

-Ni de broma. Esa chica es bastante...-lo miré atenta para ver como la cagaba-tonta, como para darse cuenta del pedazo chico que se pierde.

-¿Disculpa? Raquel sabe muy bien si se pierde algo o no, y en todo caso el tonto, más bien idiota, sería Álvaro.

-Conozco muy bien a Álvaro, y él no es un idiota. Si no terminan juntos es porque Raquel no ha sabido ver el chico que se lleva.

-¿Acaso crees que tienes razón, Carlos?

-Creo no, sé perfectamente que la tengo.

-Eres un imbécil engreído. No siempre tienes la razón, ¿sabes?

-Yo creo que si.

Reí con tono sarcástico y miré al frente y lo primero que me encuentro son los rostros de Raquel y Álvaro muy cerca hablando de mala gana. Se nota que no había sido una buena idea venir a cenar con ellos.

RAQUEL

¡Otra vez no! ¿por qué me tengo que volver a encontrar con él? Entramos a cenar en el mismo sitio que supuestamente estaba lleno. Que entraramos con los chicos y consiguiera una mesa, me cabreó un poco, pero no fue nada comparado con lo siguiente. Yoli y Carlos se sentaron en un banco y Álvaro y yo en otro. Ninguno nos hablamos hasta después de que nos trajeran la comida.

-Creo que te enfadaste por una tontería.

-Nunca dije que me haya enfadado. Solo que eras un tacaño cabezota.-dije cogiendo un nacho y mirándole a los ojos.

-Pues no parecía precisamente eso.

-No es mi culpa que no sepas interpretar a una mujer.

-O es tu culpa por no saber explicarte.

Le miré a los ojos esta vez sí, un poco cabreada, me sonrió y alzó las cejas como diciendo"lo ves, yo tenía razón"

-Sabes eres un poco asqueroso.-me acerqué un poco a él.

-No lo sabía, cuéntame más que no sepa de mí.-se acercó otro poco a mí. Apenas nos separaban 5 centímetros.

-Esta bien. Además de ser un asqueroso, eres un completo engreído y crees saberlo todo y ser el centro de atención de todo el mundo. Lo que no sabes es que nadie habla de ti y nadie te quiere. Alomejor ese que llamas amigo-señalé a Carlos, lo miró y después me miró a mí. Soltó una leve risa y dijo.

-Debería ser yo el que te dijera que crees saberlo todo y ser el centro de atención. No sabes nada de mi vida-hizo enfasis en nada- asi que mejor métete en tus asuntos.

JUNTOS SEGUIREMOS EL COMPÁS(Auryn, no son famosos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora