Cap 2.24

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CARLA

El primer avión del día salía muy temprano y cierto amigo me consiguió un pasaporte falso para que la policía no me dijera nada y no me detuviera junto con los demás. No tuve ningún rorblema aunque  varios policías me miraron mal. Como si casi se dieran cuenta. 

Pero tuve suerte y no me dijeron nada. Conseguí llegar al país sin problema alguno y una vez allí fui al piso donde antes de venir, David y yo habíamos estado viviendo durante tanto tiempo. Deshice las maletas, ordené un poco las cosas y limpié todo lo que me dio tiempo en aquella tarde y durante varias horas por las noches.

A la mañana siguiente, aunque tenía que madrugar, cuando sonó el despertador preferí apagarlo-mejor no dar detalles de como lo apagué. Necesito uno nuevo.- y seguir durmiendo unas horas más. Y conseguí dormir unas horas más, demasiadas para lo que debería haber dormido. 

 Cuando quise darme cuenta, ya estaba anocheciendo. Como no tendría sueño hasta muy  tarde supuse que sería mejor salir por ahí y volver cansada. Al menos así, no tendría que quedarme despierta hasta tarde intentando dormir.

Me maquillé y me arreglé un poco y tras coger las llaves y un pequeño bolso donde guardar las pocas cosas que llevaba encima. Entré en la discoteca más cercana a  mi piso y pedí una copa. Y sí. Sabía que mi estancia aquí, en este país era para buscar a esa tal Laura y Drake. 

Pero, el día ya se había echado a perder y yo necesitaba desconectar unas horas. O al menos hasta que me emborrachara. Empecé a bailar en medio de la pista con la copa en la mano y moviendo mi cuerpo como si me fuera la vida en ello. Aunque solo era la noche.

No sabía cuanto tiempo habría pasado cuando ya iba por mi quinta copa y apenas me mantenía en pie. Decidí salir a la calle e irme a casa, o por lo menos intentarlo porque al estar borracha, no me mantenía en pie. Por lo menos no me estrellé con el coche. 

***

-Uff, que dolor de cabeza-dije sola mientras mellevaba la mano a la cabeza-No vuelvo a salir de fiesta sin que alguien vigile mis copas. 

-Estoy totalmente de acuerdo con eso.-dijo alguien a mis espaldas.

-¡Aaaaah!-grité mientras me daba la vuelta y veía quien era.

Me llevé la mano al pecho y respiré para coger aire ya que del susto se me había olvidado como hacerlo. 

-Pero, ¿tú quien eres y qué haces en mi casa?

-Raquel me dio las llaves de vuestra casa y me llamó diciéndome que necesitabas ayuda. ¡Laura!-gritó esto último.

-¿Drake?-pregunté dudosa. 

-Sí, Carla. Y ella es Laura-dijo señalando a una chica que salía de la cocina detrás de mí-. Recibimos la llamada de Raquel y ya teníamos las llaves de este piso antes de que se fuera.

-¿Laura?-dije extrañada y en voz baja.

Hasta el más mínimo sonido era como si una bomba sonora estallara en mi oído. Que dolor, pensé.

-¡Menuda resaca, eh! ¡Wouh!-gritó mientras me daba palmadas en la espalda.

-Aaah-me quejé de dolor llevándome la mano a la cabeza-. ¿Te importaría hablar más bajo? 

-¿¡Cómo de bajo!?-volvió a gritar, esta vez, más alto. 

-Así de bajo-dije en un susurro-. ¿Vale? 

-Vale.-dijeron los dos a la vez en un susurro.

-Raquel dijo que podíais ayudarme. ¿Cómo? ¿Cómo podéis hacer eso?

-No lo sabemos. Pero lo averiguaremos. 

RAQUEL

Uno de mis compañeros irrumpió en mi despacho comunicándome de que mi jefe me llamaba. Seguramente sería por el incidente reciente de Andrew. Él y otra persona-se decía que era una chica morena-se habían atrevido a entrar en la comisaría por la noche y a robar algunos archivos. 

Andrew ya estaba en la cárcel con Álvaro, Carlos y los demás-que todavía seguían allí hasta que decidieran su sentencia y fueran a juicio-y todavía seguían buscando a la chica morena que lo acompañaba. 

Entré en el despacho de mi jefe llamando a la puerta y cerrándola tras de mí. Me pidió que me sentara y así lo hice. Si algo caracterizaba a mi jefe era su facilidad de ir al grano sin importarle la reacción de la persona a la que le hablaba. 

Y así lo hizo. Solo que mi reacción fue justa. Me acusó de haber sido la otra persona con la que Andrew entró a la comisaría y enseguida me levanté de la silla y lo miré. Siguió acusándome de que era yo la persona que acompañó a Andrew.

Incluso me puso la grabación de las cámaras de seguridad para que yo misma lo viera. Y sí, era alguien, era una persona muy parecida a mí, pero no era yo. Era casi exacta, pero no, no era yo. No sé quien era, pero tenía que averiguarlo. No podía permitir que me acusaran de algo que yo no había hecho. 

-Vamos a ver, ¡que yo no hice nada! Se lo juro jefe, yo no tengo nada que ver con Andrew y no sé porqué hizo eso, se lo juro.-repetí otra vez a mi jefe.

-Andrew dice que estaba contigo cuando lo hizo. Y hay pruebas. 

-¡Pues sería una doble mía, yo que sé!-dije exasperada-Jefe, se lo juro. Yo no lo hice. 

-Y te creo-me dijo mi jefe-. Pero las pruebas son irremediables. Y eres tú, Raquel.

-No, jefe se lo juro. No soy yo.

-Lo siento.

-Deme unas semanas para demostrar mi inocencia. Encontraré a la chica que se hizo pasar por mí. 

Se lo pensó un par de minutos. Minutos eternos. Suspiró.

-Tienes dos semanas, ni un día más ni nu día menos. 

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Holaaaaaaaaaaaa. Gracias por seguir leyendo mi libro y por seguir votando. Agradezco que sigáis leyendo y aqui espero vuestros votos, vuestros comentarios y todo lo demas. Espero que os haya gustado el capitulo y todos los que he subido. Gracias por todo.

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