» Él era todo él, hasta los huesos. Todo Baratheon, nada Lannister. «
Desde las ventanas de la cámara de parto, los llantos de un primogénito se filtran, los rayos centelleantes de una tormenta furiosa brillan sobre él, como si la propia tempestad q...
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15. | Los tiempos cambian. ━━━━━━━━━━━━━ [ season two & three. ] ㅤㅤ ㅤㅤ ㅤㅤ
El salón del trono era un mar de joyas, pieles y tejidos de colores brillantes. Lords y ladies se aglomeraban en el fondo de la estancia, de pie bajo los altos ventanales, y se amontonaban como pescaderas en un muelle. Joffrey, sentado entre las púas y filos del Trono de Hierro, vestía ropas de brocado escarlata y llevaba la pesada corona de oro en la cabeza, mientras que a su lado, la reina Cersei estaba deslumbrante con una túnica de hilo de oro y terciopelo color rosado.
Sansa tuvo que abrirse paso entre la multitud de damas emocionadas para llegar a la parte delantera de la galería justo en el momento en que el clamor de las trompetas anunciaba la entrada de Lord Tywin Lannister. Recorrió toda la sala a lomos de su corcel de batalla y desmontó ante el Trono de Hierro. Sansa jamás había visto una armadura semejante, toda de acero rojo bruñido, con incrustaciones de oro en forma de volutas. En cada hombro, un broche en forma de león sujetaba una capa de carmesí tan larga y pesada que cubría los cuartos traseros de su montura.
El Lord de Roca Casterly era tan imponente como los rumores indicaban. Joffrey le dió un abrazo al proclamarlo Salvador de la Ciudad, otorgándole el broche de oro que simbolizaba el cargo de La Mano del Rey. Hubo aplausos y Cersei hizo un gesto para que la ceremonia continuase.
Una fanfarria de trompetas de bronce recibió a cada uno de los héroes a medida que entraban por las grandes puertas de roble. Los heraldos anunciaban su nombre y sus hazañas, para que todos las supieran.— Raiden Martell, de la Casa Martell. Con el apoyo de sus dos mil hombres, ha defendido nuestra Ciudad con valentía y ha traído provisiones esenciales para nuestro pueblo.
Sansa sintió sus mejillas calentarse en cuanto lo vió y se tuvo que llevar una mano a la boca para ocultar una risilla nerviosa. Los nobles caballeros y las ladies de alta cuna los aclamaron con entusiasmo. Raiden aún llevaba puesta su armadura, pero se veía mucho más limpio, e incluso la luz del sol que se colaba por los grandes ventanales parecía iluminar su camino hacia el Trono. Mantenía la barbilla en alto, típico de un Martell. Detrás de él, uno de los caballeros se mantenía demasiado cerca a su izquierda.
—Por supuesto, los caballeros encargados de resistir y defender hasta la llegada de mi abuelo merecen su reconocimiento. —Joffrey alzó la mano para detener la ovación, mostrando una sonrisa. Sansa recordó aquella vez que Raiden lo salvó de perder su brazo en El Tridente.— Con coraje inquebrantable y una estrategia brillante, el Príncipe Raiden no solo luchó para proteger nuestras murallas, sino que trajo provisiones esenciales, demostrando que su compromiso va más allá del combate. —miró hacia el público detrás.— Nuestras familias han tenido diferencias antes, mi Príncipe, pero con éste gesto, todo resentimiento queda en el pasado.
Raiden sólo presentó un pequeño asentimiento, una sonrisa que parecía genuina.— Gracias, Su Gracia. Pero la estrategia y espíritu deben ser reconocidos a su tío, Tyrion Lannister.
