» Él era todo él, hasta los huesos. Todo Baratheon, nada Lannister. «
Desde las ventanas de la cámara de parto, los llantos de un primogénito se filtran, los rayos centelleantes de una tormenta furiosa brillan sobre él, como si la propia tempestad q...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
ㅤㅤ ㅤㅤ
08. | La pérdida de un padre. ━━━━━━━━━━━━━ [ season one. ] ㅤㅤ ㅤㅤ ㅤㅤ
Los rayos del sol le causaban a Raiden un punzante dolor en su cabeza. Sin lugar a dudas odiaba Desembarco del Rey, mientras más tiempo pasaba de pie frente a la ventana de su habitación, que ahora era una completamente diferente a la que tenía en la Torre de la Mano, más trataba de obtener algún punto bueno de la capital. Pero mientras observaba con escrutinio, sólo podía encontrar otra cosa que no le gustaba. Por un momento, cuando sus ojos recorrieron los ladrillos aburridos de la Fortaleza, se olvidó del juicio de Eddard Stark de esa mañana.
Ese momento fue breve, porque unos toques en su puerta le recordaron la inevitable realidad.
Producto del nombramiento de Robert Baratheon, Raiden había sido nombrado un caballero juramentado de La Guardia de la Ciudad. Se suponía que debería sentirse honrado, se convertía en el segundo miembro más joven, después de Jaime Lannister, en formar parte de un título tan valioso y calificado, aún así, sentía el peso del nuevo título como una mancha en su piel de la que no podía deshacerse por más que lo intentara. Lo único bueno, según a sus ojos, es que para él no era necesario vestir una armadura tan extravagante; sólo una cota de mallas, un peto ornamentado con sólo unos pequeños círculos dorados y unas botas. Pero mientras la portaba, sólo podía pensar en que llevaba puesta la insignia de aquellos quienes masacraron a los hombres fieles a Lord Stark. No hacía que el orgullo en su corazón se fortaleciera, no, sólo lo hacía sentir aislado.
Le dieron la orden de acompañar a Sansa al juicio de su padre. No se negó y tampoco quiso hacerlo, prefería acompañarla él en lugar de que El Sabueso lo hiciera. Cuando la vió, llevaba un bonito vestido verde tan claro que parecía blanco, y aquél peinado extraño que había visto usar a Cersei antes. A él no le gustaba. Pero Sansa hacía que incluso los más extraños y extravagantes peinados y colores lucieran bonitos en ella.
Cuando llegaron a las afueras del Septo de Baelor, Raiden se aseguró, antes de bajar del carruaje, de tomar su mano para llamar su atención.
—Sansa. —ella lo miró. Sus ojos celestes parecían opacos.— Pase lo que pase, al final, todo estará bien.
Ella no le respondió, sólo asintió, haciendo una pequeña mueca que trató de ser una sonrisa. Raiden se sintió como un cruel mentiroso. «Si su padre muere, nada estará bien. »
Cuando salieron, acompañó a Sansa hacia una plataforma de piedra donde estaba el resto de la familia real. Al subir, mantuvo su posición unos pasos detrás, mientras que Sansa se paró a un lado de Cersei y Joffrey. El sol brilló intensamente y Raiden tuvo que entrecerrar sus ojos para poder ver mejor; frente a ellos había una multitud de personas reunidas que gritaban y abucheaban frente a ellos, palabras como "traidor" o "cobarde." « Si tan sólo supieran » pensó Raiden.
