P a n c a k e s

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- Niño ¿Por qué tengo que dormir hoy en tu casa?ㅡ Me dijo Tom desde el otro extremo de mí habitación.

- He oído por ahí y supe que últimamente han habido muchos robos por la ciudadㅡ Mentí descaradamente.

- Pues me pregunto de que ciudad estas hablando porque yo no escuché nada de eso.

- Sólo duérmete, Tom.

Eran las once de la noche y había hecho que mí amigo viniera conmigo, por lo general no me asustaría una pequeña castaña. Pero desde que ella subió a mi departamento en un tercer piso, se que es capaz de hacer lo que sea.

Mi cama era lo suficientemente grande para los dos y me acosté viendo a la ventana. No habían ruidos sospechosos.

Pero claro, en el momento en el que me permití cerrar los ojos escuché que tocaban a la puerta.

Y tal vez, sólo tal vez, grité un poco.

- Oye niño ¿Esperas a alguien?ㅡ Me preguntó Tom.

- No... ㅡ Me levanté para abrir y la vi ahí parada. Lucía normal y no con la mirada psicópata del otro día.

- Ey, pasaba por aquí y decidí visitarteㅡ Me movió a un lado dirigiendo su mirada hacia Tomㅡ ¡Me encantan las puñaladas!

- ¡¿Que?!ㅡ Le grité.

- Dije, que me encantaban las pijamadas, pedazo de sordoㅡ Dijo mientras entraba en el departamento y se sentaba en la sala.

- ¿Vienes a vengarte por lo de hoy?ㅡPregunté temeroso, me miró y comenzó a sonreír.

- ¿Eso? Sólo jugaba contigo, soy capaz de reconocer la risa nerviosa que usaste con la tipa esa. No lo entiendo, pero muchas personas usan esa risa conmigo...

Creo que soy estúpido.

Suspire aliviado y me senté en una silla cerca de ella.

- Pensé que ibas a matarme o algo así.

- ¿Matarte? Ni que estuviera loca, idiota. Eres muy exagerado.

Muy estúpido.

Se paró y se dirigió a mi habitación. La seguí.

- La última vez entraste aquí por la ventana, pensé que lo harías de nuevo y me atacarías mientras dormía.

- ¿Entró por la ventana?ㅡ Pregunto Tom.

- ¿Increíble, cierto? Estamos en un tercer piso.

- ¿Sabes que hay una escalera de emergencia, no?

Ella se río en tono alto hasta que su cara se puso roja y comenzaron a salirse pequeñas lágrimas de sus ojos. Me sonroje un poco y me crucé de brazos intentando no mirarla.

- Deja de hacerme ver como un imbécil, Tom.

Él cerró los ojos y se movió dándonos la espalda.

- Eso puedes hacerlo tu sóloㅡ Fue lo último que dijo.

Noté que ella ya se había calmado y la miré, ya estaba acostada en mi cama.

- ¿Piensas quedarte?ㅡ Le pregunté.

- Ya es muy noche, gracias por dejarme dormir aquíㅡ Dijo y cerró los ojos.

- Yo no te... ㅡ La maldita ya estaba dormida.

Tuve que dormir en una esquina de mi cama, sin sábanas. Y sólo dios sabe -y yo también- como termine en el piso de la habitación.

Coffee  ShopDonde viven las historias. Descúbrelo ahora