- Debes preguntarte el por que estas aquí.
- Bueno, si...
- Vamos niño, deja de temblar.
- Salí del baño y usted prácticamente me arrastró a su oficina. Esto cuenta como secuestro.
Y no me calmaba el hecho de que ella estuviera apuntandome a la cara con una lámpara, así a modo detectivesco.
- La cosa es esta, necesito que investigues al guardia.
- ¿A Tom?
- Si Tom, el imbécil al cual le pago por no hacer nada, para lo que me sirve es lo mismo.
- Pero señora... ㅡ Se me acercó por encima del escritorio y me miró directamente a los ojos.
- ¿Cuántos años crees que tengo, niño?
- Yo no se ¿Cuarenta?ㅡ Le subió a la intensidad de la luz.
- Sólo tengo treinta y cinco, mocoso estúpido.
¿Por qué sigo trabajando aquí si todo el mundo está loco?
- Si, es decir. Ahora que la veo bien usted no aparenta más de veinteㅡ Dije tartamudeandoㅡ Pero ¿Por que quiere que lo siga?
- Últimamente ha estado fuera de casa, y hace unos días él no llegó a dormirㅡUps, culpable ㅡ Quiero saber si el maldito me está engañando.
Pues espero que no sea conmigo...
Espera ¿Qué?
- ¿Ustedes son esposos?
Mi jefa rodó los ojos y murmuró algo como "Este debió debió de haberse caído muy fuerte de la cuna".
- ¿Por qué crees que no he despedido al inútil ese? No confiaba en él trabajando en un lugar donde no lo pudiera ver, esta fue mi única opción.
- Pero siempre se están peleando y... ㅡ Me lanzó una mirada amenazante ㅡy debo de ser muy estúpido como para no notar lo mucho que se quieren.
- Así es, es bueno que sepas que eres un idiota. Lo seguirás después del trabajo, y en tu día libre.
Eso sonaba a mucho trabajo, y si el tipo me veía, moriré.
- No lo sé...
- Puedo despedirte si no lo haces, y te haré un aumento como un incentivo. Te servirá para que te compres algo bonito y no esos trapos que llevas diario.
Bueno, tal vez mi camiseta no es de marca ni nada pero los agujeros me sirven de ventilación...
- Y de paso, llevas a tu novia a una citaㅡ Y puede que la suela de mis zapatos este algo gastada pero me sirven contra el derrape...creoㅡ La jovencita con la que siempre hablas y que casi hace que te despida.
- ¿Cree que esa loca es mi novia?ㅡ Dije sorprendido ¿Es que nadie ve sus psicópatas intenciones?
- Más respeto muchacho, que ella me recuerda a mi en mis años de adolescenciaㅡ Caminó por la habitación y encendió la luzㅡAhora dime ¿Aceptas?
¿Se supone que debo de creer que tengo elección?
- Pero ella... Yo no... Bien, acepto.
Estrechamos las manos y salí del cuarto, ella estaba del otro lado del mostrador atendiendo a los clientes. Robándose a mis clientes.
Me senté en su mesa y esperé a que la fila se fuera. Se dio cuenta de que la miraba y fruncio el ceño poniendo una cara horrible.
- ¿Qué estás haciendo?ㅡ Le dije.
- Finjo ser tú.
Yo no se, pero estoy seguro de que soy bello incluso estando enojado.
Y ahora qué lo pensaba necesitaría algo de ayuda en mi nuevo trabajo de espía. Necesitaba de alguien con mucho tiempo libre, alguien sin sentido común y sin nada de decencia, alguien con un instinto asesino que me ayude contra Tom cuando nos descubra, alguien como...
- ¿Tienes algo que hacer el miércoles?ㅡ Le pregunté.
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Coffee Shop
Short Story[Sin editar, algún día la corregiré y agregaré narración, que pena. Disculpen las molestias] Ella entró como todos los días a la tienda, se detuvo a unos cuantos metros de mi y me miró fijamente. Se tapó la boca con ambas manos y grito horrorizada...