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Me quedé mirando a los chicos demonio, con la insensibilidad filtrándose a


través de mí.
Se suponía que papá y yo éramos los únicos demonios en el mundo, así que ¿cómo...


Me vino una idea repentina y aterradora: maldita rata del infierno, ¿éstos chicos eran mis medios-hermanos? ¿Papá me había arrastrado todo el camino hasta Inglaterra para jugar a


alguna torcida versión de la tribu de los Brady?


-¿Qué es esto? -dije con voz ahogada, refiriéndome a los otros demonios.


Pero papá sonrió con orgullo. -Esto es la Sede del Concejo. Detrás de mí, oí a Cal dejar escapar un largo suspiro, como si lo hubiera estado


conteniendo, mientras una mujer de cabello rubio oscuro salía del grupo y ofrecía la


mano.
-Sophia, estamos tan emocionados de que estarás con nosotros este verano.


Soy Lara.


Le estreché la mano, incluso mientras les lanzaba una mirada a los chicos demonio.

Ellos estaban susurrándose entre sí.


-Lara es un miembro del Concejo, y mi segunda al mando, se podría decir -dijo


papá.


Lara no soltó mi mano de inmediato. -He oído hablar mucho de ti, tanto de tu padre como de Anastasia.


-¿La Sra. Casnoff? -Oh, Dios, si era allí donde esta mujer había obtenido los


chismes de Sophie Mercer, me sorprende que me hubiera saludado con un apretón de


manos en lugar de un exorcismo.


-Lara y Anastasia son hermanas -dijo papá.


-Está bien -contesté, tratando de procesar eso. Luego se me ocurrió otra cosa-. Pensé que la Sede del Concejo estaba en Londres.


Una profunda línea vertical apareció entre las cejas de Lara. -Así es. Debido a


algunos acontecimientos imprevistos hemos decidido trasladarnos por el verano.


Ahora que sabía que ella era la hermana de la Señora Casnoff, pude ver -y


escuchar- el parecido. Me preguntaba si los adolescentes demonio eran los "acontecimientos imprevistos," o si estaban sucediendo más enredos. No me hubiera sorprendido.


Me volví hacia papá. -Tú dijiste que íbamos a ir a casa de un amigo. ¿Por qué no me


dijiste que me estabas trayendo aquí?


Él encontró mi mirada. -Porque si lo hubiera hecho, no habrías venido.


Por el rabillo del ojo vi a los chicos demonio apartarse del grupo y dirigirse hacia las


enormes puertas dobles justo después de la terraza. La chica me lanzó una última


mirada antes de deslizarse hacia el interior.


-Sophie, este es el Concejo -dijo papá, llevando mi atención de nuevo a los


Prodigiums allí parados.


-¿Eso es todo? -escuché decir a Cal en voz baja, y tengo que admitir que también estaba sorprendida. Todo este tiempo había imaginado al Concejo como un enorme grupo sombrío de Prodigiums que llevaban largas túnicas de color negro o algo así.

Hex Hall-DesafioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora