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Lo siguiente que supe, era que alguien me estaba sacudiendo, y un grito estaba
haciendo eco en mis oídos. Tuve un sentimiento viniendo de mí. Desorientada,
me senté, mi corazón tronaba en mi pecho.
-¿Sophie? -Jenna estaba sentada cerca de mi cama, sus ojos abiertos de par en par.
-¿Qué ocurrió? -pregunté, mi voz ronca. La habitación estaba más oscura de lo que
había estado cuando me tumbé, y por un solo segundo, pensé que estaba de vuelta en
Hex Hall.
-Debes haber tenido una pesadilla. Estabas chillando. Gritando, actualmente.
Bueno, eso era vergonzoso. Y también extraño. Nunca tuve pesadillas, ni siquiera
después de todo lo que había ocurrido el semestre pasado. Busqué en mi cerebro
alguna imagen o recuerdo del sueño, pero era como si mi cabeza estuviera rellena de
algodón. Todo lo que podía recordar era que había estado corriendo, que había tenido
miedo de... algo. Extrañamente, mi garganta también dolía, como si hubiera estado
gritando. Aparte de eso, todo lo que dejó era el mismo sentimiento de terror que había
sentido en el ferry, y un extraño olor en mis ventanas nasales.
Humo.
Tomé una profunda respiración, pero incluso el olor de la luz del sol de mis sábanas no
podía bloquear el hedor a acre.
Intenté sonreír. -Estoy bien -dije-. Solo fue un estúpido sueño.
Jenna parecía menos que convencida cuando se abrazó alrededor de las rodillas. -¿De qué iba?
-Realmente no lo sé -dije-. Estaba corriendo, creo, y había fuego en alguna parte
cercana. Jenna retorció su mechón rosa. -Eso no suena tan malo.
-No lo era, pero el sentimiento que vino con él... -Me estremecí, recordando esa horrible sensación de pérdida-. Es como si estuviera asustada, obviamente, pero
también estaba triste. Más que triste. Devastada. -Suspirando, me apoyé contra el cabecero-. Sentí algo similar cuando dejé Hecate. Como si, tuviera esa súper fuerte
sensación de que nunca volveremos allí. Los tres no, al menos.
Una de mis cosas favoritas sobre Jenna es que es muy poco impresionable. Quizás eso vaya con ser un vampiro, o quizás era de esa manera antes de cambiar.
De cualquier manera, ella no alucinaba por mí quizás era vidente de repente. Se estaba
mordiendo la uña de su dedo pulgar con una expresión de pensamiento antes de decir:
-¿Es ese el poder de un demonio? ¿Ver o sentir el futuro?
-¿Cómo demonios voy a saberlo? Alice era el único demonio con el que he estado.
Lo único que parecía hacer a las brujas regulares era succionar su sangre, y eso no es
particularmente impresionante. No te ofendas.
-No te preocupes. Bueno, quizás podrías hablar con tu padre. ¿No es ese el punto de
estas vacaciones? ¿Aprender lo que quiere decir ser un demonio?
Hice un sonido evasivo, y Jenna prudentemente dejó el tema. -Bien, así que tuviste
un sueño sobre el fuego y posiblemente una visión de que vamos a morir en Inglaterra.
-Me siento mucho mejor ahora; gracias, Jenna.
Ella me ignoró. -Quizás no quiera decir nada. Algunas veces los sueños son solo
sueños.
-Sí -estuve de acuerdo-. Probablemente tengas razón.
-Y si esas son las únicas cosas extrañas que te han ocurrido últimamente, entonces
por qué... -Ella captó la expresión de mi cara-. Esas no son las únicas cosas extrañas
que han ocurrido.
En ese momento, todo lo que quería hacer era deslizarme hacia abajo y poner las
mantas sobre mi cabeza. En su lugar, le conté a Jenna lo de ver a Elodie.
Y aparentemente, eso fue lo único que pudo sorprender a Jenna. -¿La viste? ¿Cómo,
justo a ti?
Cuando asentí, Jenna soltó una larga respiración, vaciando sus pulmones. -¿Qué dijo
la Sra. Casnoff?
Jugueteé. -Yo, uh, exactamente no se lo he dicho aún.
-¿Qué? Soph, tienes que decírselo. Eso puede significar algo, y después de Alice...
Mira, yo tengo que vivir en el mundo normal durante mucho tiempo dándote más
temas de confianza, pero tú no necesitas guardarle ningún secreto a la Sra. Casnoff. O
a mí.
Ahí estaba esa familiar puñalada de culpa otra vez. Jenna y yo nunca realmente
habíamos hablado sobre eso, pero ambas sabíamos que si le hubiera dicho a alguien lo
de ver a Alice, entonces Jenna nunca habría sido acusada de los ataques a Chaston y a
Anna. Y, por supuesto, Elodie aún podría estar viva.
-Le enviaré una carta mañana. ¡Oh! O, no, la puedo llamar. Lara me dio un teléfono
móvil.
Jenna se animó. -¿De verdad? ¿Qué tipo? ¿Podemos descargarnos músico y... -
Ella se interrumpió y se sacudió-. No. No intentes distraerme con brillante y sexi tecnología, Sophie Mercer. Promételo -dijo ella, apretando mi brazo.
Levanté una mano e hice lo que pensaba que era el saludo de Chica Exploradora. O podría haber sido la cosa de Star Trek. -Solemnemente juro que le diré a la Sra.
Casnoff que el fantasma de Elodie se me aparece. Y si no se lo cuento, juro que le
compraré un poni a Jenna. Un poni vampiro.
Jenna intentó no forzar una sonrisa, pero nadie se podía resistir a un poni vampiro.
Me sentí un millón de veces mejor cuando ambas comenzamos a reír. Jenna tenía
razón. Había gente en la que podía confiar ahora, gente que se merecía saber lo que
estaba pasando conmigo. Mi corazón de repente pareció más ligero, y decidí que,
Central de Demonios o no, La Abadía de Thorne era tan buen lugar como pasar la hoja, y
limpiar la pizarra, y todos esos clichés sobre comenzar.
Había terminado con los secretos.
-Odio que tuvieras un mal sueño, pero me alegra que te despertara -dijo Jenna
cuando terminamos de reír-. Quería hablar contigo.
-¿Sobre qué?
-Oh, no sé, quizás ¿sobre qué tu padre nos trajo al Cuartel General del Concejo? -Su
expresión se suavizó cuando añadió-: Podría decir algo que te sorprendió.
-¿Fue tan obvio?
-No, pero como una vampiresa, soy capaz de detectar sutiles cambios en la energía emocional.
Solo la miré hasta que ella giró sus ojos y dijo: -De acuerdo, realmente te pusiste
pálida y parecías como si te hubieran lanzado. Pensé que podrías desmayarte allí
durante un segundo. -Entonces su cara se iluminó y se sentó derecha-. Oh Dios
mío, deberías haberte desmayado, y entonces Cal podría haberte cargado, y llevarte
escaleras arriba. -Ella puntualizó ese último trozo con un pequeño chillido y agarró
mi brazo.
-Me gustabas mucho más cuando estabas enfurruñada y angustiada, Jenna.
Ella solo siguió sonriendo y retorciéndose alrededor de la cama como una chica de
catorce años hasta que me reí. Quitando las mantas, de mala gana dije: -De acuerdo,
admito que la imagen de Cal llevándome por esas elaboradas escaleras es... bonita.
Jenna dio un suspiro feliz. -Lo es, ¿verdad? Y ni siquiera me gustan los chicos.
Resoplé a eso cuando me apoyé para acabar fuera de la cama por mis zapatillas. Sabía
que probablemente debería decirle a Jenna lo del compromiso, pero no estaba
realmente lista para contárselo a nadie más hasta que supiera cómo me sentía.
-No era solo la cosa del Concejo -le dije a Jenna-. ¿Viste a esos chicos en la parte
de atrás en la bienvenida del comité?
-Sí, la chica del pelo negro, y el chico que se parece a Archer.
Me senté demasiado rápido, golpeando mi cabeza en el marco de la cama. -¿Qué? -
dije, frotando mi cuero cabelludo.
-Ese chico. Se parecía mucho a Archer. De hecho, pensé que podría ser parte de la
razón por la que parecías toda vomitona.
Sentada de cuclillas, intenté recordar al chico sin la neblina de Oh, Dios querido, es otra
visión nubosa de demonio. -Sí -dije finalmente-. Creo que se parecía a él. Cabello
similar. Alto. La misma sonrisita. -Mi estómago se retorció un poco, y deseé que
Jenna no hubiera mencionado a Archer-. De todas formas -dije, poniéndome mis
calcetines-, eso no es lo que me sorprendió. Es un demonio. Ambos lo eran.
La boca de Jenna cayó abierta. -De ninguna manera. Pero pensé que tú y tu padre
eran los únicos en el mundo entero.
-Como yo. De ahí mi cara vomitiva.
-¿Qué crees que están haciendo aquí?
-Ni idea.
Estuvimos quietas durante un minuto antes de que Jenna dijera: -Bueno, probablemente son demonios pobres de todas formas. Estoy segura que tú y tu padre
son mucho mejores demonios.
Le sonreí. -Jenna, ¿Cómo eres tan impresionante?
Ella sonrió de vuelta. -Otro de mis poderes especiales de vampiro. -Ella se levantó
de la cama-. Ahora vamos. Hice una pequeña exploración mientras te tomabas ese
sueñecito épico. Has estado fuera como tres horas. De todas formas, tenía miedo de ir más allá por mí misma.
-¿Tenías miedo? ¿Sabes que probablemente podrías retirar cualquier cosa que saltara
en la noche?
Jenna se encogió de hombros. -Sí, pero ser un vampiro no te protege de perderte.
Realmente no me siento para deambular alrededor de esta espeluznante casa por toda
la eternidad.
-La Abadía de Thorne no es espeluznante -dije-. Hecate es espeluznante. Este lugar
solo es... diferente.
-Es enorme -dijo Jenna, sus ojos abiertos de par en par-. ¿No oíste lo que dijo Lara? Treinta y una cocinas. Solo cocinas, Soph.
Mi boca se hizo agua con el pensamiento de comida. -Me pregunto cual está
haciendo la cena esta noche.
Jenna y yo salimos al pasillo. Había varias lámparas fijadas a las paredes, pero aún era
espeluznante. -Es extraño pensar en una familia viviendo en esta casa -dije.
-Esta no era la primera residencia de la familia Thorne -dijo Jenna, como si ellaestuviera citando de una guía-. Tenían una mansión en Londres, un Castillo en el
norte de Escocia, y una casa de caza en Yorkshire. Desafortunadamente, perdieron muchas riquezas después de la Segunda Guerra Mundial, y en 1951, fueron forzados a
vender todas sus propiedades excepto La Abadía. Aún pertenece a la familia Thorne.-Chica. ¿Cómo sabes todo eso?
Jenna pareció un poco avergonzada. -Te lo dije. Has estado durmiendo tanto tiempo que me aburría -dijo ella-. Hay una locura de biblioteca escaleras abajo, y tiene
montones de libros sobre la historia de la casa. Algo realmente fascinante ocurrió aquí.
¿Cómo esas grandes estatuas en el vestíbulo? Fueron encargadas por Philp Thorne en 1783 después de que su esposa se suicidara tirándose por las escaleras.
-Horripilante -repliqué, pero algo me estaba molestando. Era ese nombre, Thorne.
Sabía que le había oído en algún lugar antes, ¿pero dónde? Y ¿por qué me sentía como si fuera tan importante?
Cuando bajamos las escaleras, Jenna recitó más historia de la casa. -¡Oh! Algo que leí fue realmente cercano. A finales de 1930, La Abadía de Thorne era una escuela para chicas.
Una débil campana de alarma sonó en la parte de atrás de mi cabeza.
-¿De verdad?
-Sí. Durante el Blizt, tuvieron que evacuar a un montón de niños de Londres,
incluyendo a escuelas enteras. Los Thorne se imaginaron que las chicas harían menos caos, así que abrieron La Abadía para nueve "Señoritas Universitarias".
Y justo así, todo encajó. Supe exactamente donde había oído el nombre antes.

Hex Hall-DesafioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora