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Mi estómago se revolvió.


-¡Oh Dios mío!


-No es interesante -dijo Jenna, pero sacudió su cabeza.


-No, no. ¿El libro tenía alguna foto de las chicas?


-Sí. Creo que he visto algunas.


Podía oír la sangre corriendo en mis oídos, cuando dije:


-Está bien, necesito ver ese libro. Ahora.


Jenna acomodó su brazo a través del mío cuando caminamos por uno de los pasillos


de las muchas galerías del vestíbulo principal.


-Lo dejé en el asiento de ventana en la biblioteca -dijo-. Apuesto a que sigue ahí.


Pasamos innumerables puertas cerradas y rechazó tres salas diferentes antes de llegar a


la biblioteca. Como el resto de la casa, era maravillosa. Y gigantesca.


Realmente me congelé un segundo en la puerta. Estaba segura de que nunca había


visto tantos libros en mi vida. Tarima tras tarima estaban extendidas delante de mí, y


escaleras de caracol gemelas curvadas al segundo nivel, donde había más libros. Los


sofás estaban esparcidos a lo largo de la sala, y lámparas Tiffany emitían una suave luz


en el piso de madera. Grandes ventanales en el otro extremo de la sala asomaban sobre


el río y los últimos pocos rayos del sol poniente entraban.


El asiento de la ventana estaba vacío.


-Mierda -suspiró Jenna-. Juro que salí de aquí como hace veinte minutos.


-¿Te acuerdas donde encontraste el libro? -pregunte-. Tal vez alguien entró y lo


agarró.


Jenna frunció su labio.


-Sí... creo. Estaba arriba por este gabinete realmente extraño.


La seguí cuando se dirigió al segundo piso.


-¿Cómo raro?


-Verás. Está bien, me encontraba cerca de la parte de atrás, por la pintura que


algunos dudan si es un caballo...


Pude ver que Jenna tenía problemas para recordar qué tarima era. Abajo, los libros


revestían las paredes, dejando abierta la palabra.


Aquí, había aproximadamente treinta estanterías compitiendo por espacio, algunas de


ellas tan juntas que tenía que girar hacia los lados para pasar entre ellas.


-¡Aja! -escuché a Jenna emocionarse desde algún lugar a mi izquierda.


La encontré de puntillas, explorando una tarima que estaba al lado de una pintura de


un hombre en un caballo. Me pareció que estaba muy irritada por un hombre con una


capa de armiño.


Jenna tenía una expresión molesta.


-No es aquí -dijo-. Tal vez deberíamos buscar abajo de nuevo.


Volvió un poco decepcionada. No estaba segura de por qué querer ver el libro la ponía


tan mal. Yo ya sabía dónde había oído Thorne antes, y por qué era tan importante.

Hex Hall-DesafioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora