Parte uno: 'Las reinas no lloran'

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Esta historia ha sido meticulosamente planeada y escrita, como un regalo para todas aquellas que aman las K-Couples... por favor, denle una oportunidad y compartan.

Espero estar a la altura de sus expectativas. Disfruten ;)

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Reino de las nieves. Palacio real.

EL SILENCIO de aquel lugar podía compararse con el de un cementerio. En aquel campo de nieve espesa podían apreciarse cerca de doscientas personas reunidas, portaban túnicas, guantes y sombreros negros, además de sombrillas para mera protección. Estar cerca del amanecer no era muy seguro para los de su rango, sin embargo; era un acontecimiento que no podían, ni querían perderse.

Los incoloros ojos miraban hacia el frente con cierto desdén, la nieve no quería dejar de ser una presencia constante en el lugar, pero eso a nadie parecía molestarle. Todos prestaban atención al cuerpo que yacía inerte frente sus rostros.

La piel de un joven, que si bien antes era pálida, ahora era casi transparente, sobre sus párpados podían verse unas ligeras venas moradas, también en sus labios, pero nada más. La mayoría de su sangre había sido drenada, lo habían preparado antes del acontecimiento, extrajeron sus órganos, peinaron su cabello y cambiaron sus ropajes por una rúnica que ostentaba mucho, una túnica de seda de color negro y un majestuoso dragón bordado a mano de color rojo, con filigranas en los bordes de las mangas y en la parte de abajo de esta, era tan larga que le llegaba todavía más abajo de los pies.

Todos despedían dignamente a el último amante de la reina.

Cuando llegó la hora, los dolientes que acompañaban el cuerpo contemplaron los rosáceos tonos que el cielo comenzaba a adquirir, era su señal para concluir con la ceremonia luctuosa, caminaron silenciosamente y se posaron detrás de las pantallas que estaban hechas especialmente para soportar los rayos solares.

El cuerpo quedó a la intemperie.

Del otro lado de los vidrios polarizados los súbditos de la casa Lee veían el destino que el cuerpo del joven que habían servido los últimos dos meses, un tiempo muy corto para un noviazgo.

Un parpadeo para un vampiro.

El joven Wu había muerto demasiado joven. Si hablamos en términos vampíricos, de todos los que habían llegado a ese palacio él era el joven con más carisma y amabilidad para con los súbditos, a pesar de ser de una raza a la que se es considerada inferior por ellos, el castigo era severo para el que osara faltar el respeto o intentar agredirlo.

El sol comenzó por fin a hacer acto de presencia, por lo que toda la gente reunida comenzó a agruparse para ver por última vez como el cuerpo de su antes amo era consumido por las eternas llamas que su enemigo natural dejaba caer sobre su cuerpo.

Desde el último piso del palacio, la fría y desolada mirada de la líder de casa Lee observaba como el cuerpo de su amado reposaba en esa gran cama de piedra, mientras la luz del sol comenzaba a acariciar su piel, para proceder a generar grandes llamaradas que calcinaban hasta sus huesos.

Cuando no hubo más que ver, los súbditos salieron lentamente de ahí y se retiraron cautelosamente hasta el palacio a continuar con sus labores, nadie molestó a la reina ese día. Pues como era costumbre dejaban que descargara su ira a solas, era mejor a que la descargara con ellos.

-Fue bueno mientras duró. -Escuchó la reina a sus espaldas, una voz dulce y calmada, que no prestó mucha atención por estar viendo a la distancia, aquel horizonte donde el sol arrasaba con los restos de su difunto amante.

The cursed blood.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora