Closer

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-SE ESTÁN matando unos a otros. –La suave voz del lacayo interrumpió sus pensamientos... no contestó nada ante eso, era obvio que aquello dicho era justamente lo que estaba pensando, lo que estaba ocurriendo frente a sus ojos.

-La transformación los ha vuelto más brutos de lo que imaginé... no creí que llegarían al punto de auto-alimentarse.

-Bueno, ya no quedan vampiros que cazar por la zona, en ningún reino, de hecho, por lo que no podemos abastecer todas las necesidades...

-Sí, pero comerse unos a otros o a ellos mismos es... -bufó molesto. -¿todavía quedan prisioneros?

La figura alta volteó a ver de reojo a su sirviente, que, a diferencia de las criaturas que estaban del otro lado del gran ventanal, lucía totalmente pulcro, su piel, nívea y sin rastro de arrugas; su cabello, liso y perfectamente peinado, como abundantes plumas negras; sus venas lucían colores verdosos y morados en su tés transparente, que surgían de su camisa y enmarcaban su cuello, mandíbula y parte de su mejilla... perfectamente parado detrás de su líder, que miraba casi con aburrimiento la pequeña masacre entre tres criaturas que luchaban a muerte para alimentarse.

-Quedan suficientes para alimentarlos unas semanas, sin embargo, no podemos sacarlos a todos, pues se convertirían, y eso haría que llegaran más bocas hambrientas... ¿Cuánto tiempo esperará a salir de aquí, my lord?

-Por desgracia para mi, y para todos, todavía me encuentro muy débil para crear un  portal lo suficientemente grande para transportar a mis lacayos y a mí al mundo humano, las barreras que la reina del hielo creó hubieran sido de ayuda, de no ser porque si atravesamos ella inmediatamente lo notaría, no podemos permitir que nos vean en el mundo humano, mucho menos dejar solo éste.

-No creo que ella este muy concentrada en eso ahora...

-De todos modos, es muy pronto, ni ella, ni los otros reyes se esperan lo que viene, quiero tomarles desprevenidos.

-Ellos han estado disfrutando de las ventajas que vienen con ser plebeyos en el mundo humano.

-¿Así que han renunciado a sus coronas sangres pura?

El joven lacayo se acercó hasta la enorme silla en la que el autoritario hombre estaba sentado, observando calmadamente el cielo nocturno y la batalla que se libraba bajo este, sin embargo; el estaba seguro de que toda su atención estaba puesta solamente en él.

-No exactamente, solamente se han privado de algunos privilegios, su pueblo está dividido y sinceramente parece que les funciona, se han fortalecido.

-¿Qué hay de las guardias?

-El rey Yunho hace rondas cada cierto tiempo, los vampiros de la guardia entrenan con él, en el mundo humano, las misiones de reconocimiento son lideradas por él aunque casi siempre es con los generales de la guardia de cada reino.

-¿A cuántos hemos vencido?

-La última emboscada fue exitosa, veintitrés vampiros cayeron, de esos, nueve fueron convertidos, los demás están en el calabozo, con los otros.

-¿Que hay de SeungHyun?

-No ha venido ni una vez, ha estado más ocupado que los otros.

El hombre volteó levemente hacia el joven, con la ceja visible alzada.

El joven carraspeó, se acercó lentamente al hombre, no tímidamente como todo el mundo ahí lo hacía, su andar esta grácil y sensual, casi un modelaje en aquella vieja mansión, se acercó por el lado izquierdo y se agachó a la altura de su oreja para susurrar:

-El rey SeungHyun, acaba de contraer nupcias.

No hubo respuestas.

-El rey SeungHyun... -repitió. –Se ha casado con una humana.

The cursed blood.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora