Desiciones que una reina debe tomar.

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        LAS TRES vampiresas que se encargaban se vestir a Chaerin ya casi terminaban, pasaron un rato peinando su cabello de modo que quedara tan prolijo como fuera posible, maquillaron y terminaron de acomodar el vestido blanco largo, no era muy pesado, pues en el reino del bosque no hacía tanto frío como su reino, que estaba siempre cubierto de nieve.

Los caballos vampiros eran rápidos, su carruaje era tan ligero que en realidad no parecía que estaban conduciendo a una velocidad que en el mundo humano solo se lograría igualar con el de un automóvil de gran valor, aquí todos estaban acostumbrados a la rapidez y al tipo de terrenos, pues claro, los vampiros eran seres con una increíble cantidad de habilidades, por lo que llegar al siguiente reino era cuestión de unos cuantos minutos.

Cuando llegaron la pálida mano de un vampiro la estaba esperando para ayudarla a bajar de ahí, ella la ignoró completamente y bajó elegantemente por sí misma, Sandara que era su única acompañante imitó su gesto caminando detrás.

Su presencia fue obvia para todos los que ahí estaban, inmediatamente recibió reverencias por parte de los vampiros nobles que estaban recién llegando como ella, el palacio de la familia Choi estaba ciertamente muy bien diseñada, era en su mayoría piedra, con cinco torres que se postraban impotentes hacia el cielo nocturno, jardines con grandes extensiones de arbustos que servían como un laberinto personal y un camino con una serie de lámparas que te encaminaban hacia la entrada.

Chaerin caminó junto a Sandara, que tenía la invitación en las manos. No le negarían la entrada, obviamente, solo eran costumbres antiguas que no se perdían.

-Majestad. Qué alegría recibirla esta noche –El súbdito de los Choi, Lee Teuk quien estaba en la entrada del palacio la recibió y besó su dorso caballerosamente, a ella le caía bien, pero no iba a decírselo. –Por favor. Pasen.

-Lee Teuk-ssi, el placer es mío. Permiso. –El castaño con ojos caramelo inclinó su cabeza hasta reverenciarse para ella y para la pequeña rubia que venía detrás de esta, siendo correspondido el saludo por parte de Dara entraron hasta el salón principal

El piso era de mármol color hueso, que a penas y se lograba cubrir ya que estaba cubierto casi en su totalidad por una alfombra color carmesí, cortinas del mismo color, mesas con algunos detalles de oro que tenían distintos tipos de bocados y unas cuantas estatuas, más destacada, era la de un caballero luchando con un dragón.

Los demás vampiros parecieron olerla en cuanto entró, Chaerin, acostumbrada a esas atenciones puso la expresión más seria que pudo, mientras observó como todos a su alrededor inclinaban su cabeza, como lo pensó, sería un baile aburrido.

-Lady Chaerin, que gusto que nos acompañe. –Como siempre, los del parlamento no tardaron en pegarse como lapas y conseguir algo de ella, los saludo de manera fría y educada como solía ser con ellos.

-Siempre es un gusto asistir a las fiestas de los pocos sangres puras que quedamos, además, no somos de hacer muchas celebraciones.

-Así es, nos alegra en sobremanera que esté aquí, el joven Choi no debe tardar en salir.

Los hombres y mujeres del parlamento eran seres ruines, eso ella lo tenía bien claro, les encantaba hacer todo a su conveniencia, tenían cierto poder político en la orden vampírica, sin embargo, los que tenían el dominio absoluto de decisiones se discutía entre los sangres pura, que no se reunían muy a menudo, de hecho, Yunho no podía digerir a los hermanos Choi, y a ellos no le gustaba la estrecha relación que había entre este y ella.

-Y díganos. ¿Cómo va su proyecto para resolver la escaza de sangre que se ha visto últimamente? –Respondió sin trabas uno, que lo dijo más para atacar que por curiosidad.

The cursed blood.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora