The cursed blood.

Fear on fire

                JIYONG SALIÓ del gran edificio de YG Entretainment.

Después de dar por terminados los conciertos en Japón y Corea su tiempo de promociones se dio oficialmente concluido. Había sido duro, pues trabajó más de un año preparando su álbum, eso más grabar los MVs, promocionarlos en programas musicales y posicionarse en Charts, y a todo ese cansancio se sumaron sesiones fotográficas, entrevistas, apariciones en programas de variedades, Fan meetings y firmas de autógrafos.

Ciertamente había estado muy distraído los últimos días, los últimos preparativos y entrevistas fueron lo más estresante, pues sus fechas de conciertos se vendieron en tiempos récords y tuvieron el éxito esperado, además de que nadie salió herido en el intento, sin embargo estaba cansado, por un lado, sentía como si su vida normal al fin estuviera continuando su curso, asistió a eventos y unas cuantas fiestas pero su mente estuvo ausente la mayoría del tiempo, no podía concebir que hubiera vivido lo que había vivido, no podía dormir bien, no podía comer bien, las preocupaciones alteraban su mente cuando se encontraba en soledad, y varios días estuvo dándole vueltas al asunto de Lee Chaerin.

¿Una especie diferente a la del ser humano? No solo se trataba de una especie la cual era considerablemente superior a la suya propia, si no que era una raza que todos los mortales conocían, pero que tomaban como un simple mito, si tan solo el pudiera hablar libremente sus preocupaciones sin temor a que lo tomaran por loco...

Ni siquiera podía estar completamente seguro de que él no estaba volviéndose loco, desde que durmió la noche después al incidente de Japón, en donde la lacaya de Chaerin había desnucado a aquella chica vampira, y cuando ésta le explicó sobre su especie y como coexistía con los humanos, ¿Quiénes serían aquellos que sabían de la existencia de estos seres? Estaba seguro de que la presidenta estaría involucrada, pero en fin... el caso estaba en que él había sido elegido entre miles de humanos para poder crear una base genética exitosa para ser clonada...

-Debo estar loco... -se dijo a si mismo mientras entraba a su Lambo blanco y salía del estacionamiento (exclusivo para miembros de la agencia, obviamente) y se dirigía rápidamente hasta su departamento... luego lo reconsideró, su cabeza dolía lo suficiente como para ir a meterse a un departamento donde el aire apenas y circulaba, decidió ir al parque principal de Seúl, necesitaba aire fresco.

Estacionó su automóvil en un lugar alejado en donde un vehículo como ese no llamara la atención, la calle donde se encontraba era más o menos modesta, la gente caminaba apurada hacia sus trabajos y los jóvenes hacia sus escuelas, así que apenas y se fijaban en que había un simple peatón con jeans, suéter y gorro negros y lentes oscuros, aquí prácticamente pasaba desapercibido si caminaba.

Caminó cerca de las áreas verdes a paso lento,  al estar unas cuadras alejado de su auto se dio cuenta de que varias personas lo miraban de lejos o al pasarle por un lado, pero nadie le decía nada, tal vez era que lo habían reconocido pero les daba pena desconcentrarlo.

Se aproximó a la baranda que da con la asombrosa vista del Río Han, sus manos se apoyaron en el tubo de precaución y observó con calma el agua, había mucha paz ahí...  Comenzó entonces a intentar organizar el revoltijo de pensamientos que estaban acechando su mente. Estuvo días buscando en internet, revisando artículos coreanos (que habían muy pocos) hasta que se vio en la desesperada necesidad de buscar resultados en inglés, alemán, ruso y hasta finlandés.

Jiyong podía considerarse como una persona curiosa, y mucho, el tema de los vampiros había atraído su atención desde el momento en el que tuvo el honor de conocer a la reina y los reyes de esta raza, pero esa curiosidad se la guardaba para sí mismo, estuvo días reuniendo el valor para confesárselo a YoungBae, su manager y mejor amigo, aquel con quien compartió infancia y conocía lo suficiente para saber que no se reiría de él por contarle las ocurrencias que pasaban por su cabeza.