Incógnitas

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Capítulo #8

                  

EL AVIÓN en el que se encontraba estaba totalmente vacío. A excepción de él, la rubia y el personal que lo comandaba, claro.

Habían pasado un par de horas desde que había entrado a aquella cabina y a pesar de no haber hecho ninguna pregunta, su cabeza tenía demasiadas dudas y preocupaciones. No solo no había dormido nada desde el agotador concierto que tuvo en Tokio la noche anterior, si no que a penas la mujer que había conocido en aquel club le dio permiso de avisarle a su amigo que se iría antes por razones personales prácticamente lo secuestró y le metió en aquel avión sin decirle nada más.

Nadie le avisó a qué hora despegarían, simplemente le ordenaron abrochar su cinturón de seguridad y apenas sintió el conocido pánico que indicaba que ya no estaba pisando tierra supo que se dirigía con una desconocida de camino a Corea.

La mujer rubia no había dicho nada en todo el trayecto, Jiyong la observó, sentada frente a él con una postura perfecta y ambas piernas juntas, se había cambiado de ropa, usaba un vestido negro suelto de abajo, no era para nada sexy o provocador, por el contrario, el volado de la parte de abajo le daba un toque infantil y encantador que iba acorde con su rostro joven y fresco.

-¿No vas a decirme nada? -soltó él, más para romper el ambiente incómodo que se había provocado sobre todo porque la chica solamente lo mirada fijamente con una pequeña sonrisilla, pero no había dicho palabra alguna en todo el camino.

-¿Qué es lo que quieres saber? -Respondió al fin la otra.

-Tengo muchas preguntas para hacerte...

-Pues pregunta, estoy aquí para aclarar tus dudas.

-Está bien. Primera. ¿Por qué estamos a oscuras? -Sí, él sabía que pudo haber hecho una pregunta más inteligente que esa, pero al ver que todas las ventanillas del avión estaban cerradas y que prácticamente estaba viajando a ciegas no pudo contener su curiosidad.

-Porque todavía no han polarizado las ventanillas. -la rubia le contestó como si fuera la respuesta más obvia del mundo.

-¿Entonces hablabas enserio cuando dijiste que eras un vampiro?

-Vampiresa, y sí.

-¿Por qué lo admites con tanta naturalidad? ¿Uh? ¡Se supone que esos seres no existen! -Preguntó indignado pues la rubia le explicaba las cosas como si él ya lo supiera.

-Bueno, tú ya viste lo que puedo hacer, no es algo que haga un humano común ¿o sí?

Jiyong no dijo nada al respecto.

-¿Quién era la chica que mataste y por qué lo hiciste?

-Huh, ella era de nuestra especie también, no tenía nada contra ella, simplemente se me dieron órdenes de matarla.

La simpleza con la que lo dijo erizó la piel de Jiyong.

-¿Por qué?

-Estaba agrediéndote, obviamente tenía que interferir.

-Ella me estaba besando...

-Con mayor razón, a Lady Lee no le gustará saber que te estaban probando y luego queriéndote atacar.

-¿Quién diablos es Lady Lee?

-La reina de los vampiros. Claro está.

-¿Tienen una reina de los vampiros? -Jiyong alzó una ceja

-Son cuatro reyes... bueno, eran, digamos que quedan tres.

-¿Qué le pasó al último?

-Estas divagando mucho. -Le dijo la rubia al otro, no por no querer decirle acerca de la muerte del último, sino porque no lo había traído por eso.

The cursed blood.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora