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Prometo no discutir más con él –colocó sus manos en mi espalda baja y me acercó más a su cuerpo- fingiré que no existe –rozó sus labios con los míos- me quedaré encerrado en la habitación –besó mi labio inferior- te haré el amor... -murmuró acercándose cada vez más de ser posible. 

Coloqué mis manos en sus hombros y alejé mi rostro del suyo, saqué mi labio inferior, haciendo un exagerado puchero y negué de manera efusiva- lo siento –me encogí de hombros y coloqué mis manos sobre las suyas, las aparté de mi cuerpo y di un paso hacia atrás, con Luke debía ser contundente ya que de otro modo no podría sacarlo de ahí.

Mi amor –él dio un paso hacia mí y yo levanté mi mano y la estampé contra su pecho, para mantenerlo fuera de mi burbuja imaginaria llamada espacio personal.

No quiero que Christopher se sienta incómodo con tu presencia, ya ha sido demasiado para todos, al menos por esta noche –bajé mi mano y la introduje en el bolsillo de mis jeans, no quería ser dura con él, pero necesitaba estar un momento a solas con mi mejor amigo, ¿acaso aquello podría malinterpretarse?, la verdad no me importaba, nadie estaba al tanto de mis pensamientos, además, yo solo quería conversar acerca de lo que había sucedido aquella noche y nada más, ¿verdad, Lisa?.

Christopher esto, Christopher aquello –comenzó a mover sus manos intentando imitar algún movimiento mío, y yo resople mientras miraba hacia el techo, pegué mi espalda a la puerta de madera del departamento y comencé a mirarme las uñas, algunos mechones de cabello obstruyeron mi visión, al parecer mi "perfecto peinado" comenzaba a descomponerse, al igual que mi paciencia.

Aparté la vista de mis uñas y dejé que mi mano palmeara mi muslo- y es por esa razón que por hoy prefiero estén separados –me coloqué nuevamente frente a el- escúchame –empuñé mis manos y las pegué a su abdomen plano, mirando fijamente aquella área de su cuerpo, solo para no mirarlo directamente a los ojos- mañana podrás quedarte, pero hoy necesito que te vayas, en serio, necesito que te vayas. 

No es normal que una chica le pida a su prometido que la dejé sola en su departamento con otro hombre –lo miré por unos segundos para luego volver mi vista al mismo lugar de antes, ahora él estaba cruzado de brazos, resopló probablemente ante mi falta de tacto para pedir las cosas, pero yo era demasiado directa desde siempre y eso no cambiaría, moví un poco mis puños contra su abdomen, arrugando su camiseta en esa zona con cada movimiento.

Aparté los puños de su camiseta y me crucé de brazos también- ese otro "hombre" –dije haciendo comillas en la última palabra- me conoce desde hace quince años –levanté mi dedo índice para hacerlo callar cuando él estuvo a punto de refutar- ese otro hombre –dije esta vez haciendo énfasis en la última palabra- como tú le llamas, es mi mejor amigo, y me conoce casi tanto como tú –me conocía muchísimo más que él, pero si se lo decía en ese instante, iba a guindarse de allí para quedarse un rato más discutiendo conmigo y yo terminaría cediendo para que se quedara en el departamento- así que te agradezco que por el momento me permitas hablar con él y dejes de comportarte peor que un orangután y si quieres que te cierre la puerta en las narices y no vayamos mañana a terminar de ver lo de la decoración entonces sigue insistiendo en quedarte.

El exhaló derrotado y descruzó sus brazos- nos vemos mañana a primera hora –introdujo su dedo en el orillo de mi pantalón y me acercó a él- y si te toca, lo mato

Acuné su rostro con mis manos y rocé mi nariz con la suya- él ni siquiera me considera mujer, así que no mataras a nadie –junté mis labios con los ajenos y nos besamos por un par de minutos, sus manos se colaron dentro de mi blusa y rozó con la yema de sus dedos mi espalda, allí supe que era momento de despedirme por completo, me separé de sus labios y sonreí intentando tranquilizarlo, entre Chris y yo no pasaría absolutamente nada ni en cien años luz- Buenas noches –él sonrió de lado, aunque aquello parecía más una mueca que una sonrisa y se despidió con la mano, dio media vuelta y siguió por el pasillo hasta el elevador, yo cerré la puerta y pegué mi espalda a ella unos largos cinco minutos, quería hablar con Chris, pero la manera en que me había mirado cuando estaba frente a la puerta de mi habitación, me había intimidado, aunque realmente no era su mirada lo que me atemorizaba, sino lo que esta había causado en mí.

No puedo vivir sin tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora