Él colocó sus manos en mis mejillas mientras me besaba con ternura, dio un par de pasos haciéndome caminar de retroceso, mis manos estaban apretadas a su espalda desnuda, su piel era suave y cálida, provocando que deseara besarla todo el día si era posible, mis piernas chocaron con el borde de la cama y él sonrió sin separarse de mis labios, se inclinó hacia adelante con cuidado haciendo que yo me posicionara debajo de su cuerpo, nos separamos un momento para ubicarnos en el centro de la cama, una de mis piernas quedó encerrada entre las suyas y él acercó su rostro al mío, lo besó despacio, como queriendo grabar cada facción en sus labios y con cada beso susurraba un "te amo", yo me sentía en las nubes, no podía pensar en nada ni en nadie que no fuésemos nosotros dos, probablemente mañana me arrepentiría, pero por el momento sólo deseaba sentirme suya después de tanto.
Él me despojó de mis prendas, exceptuando la ropa interior blanca que cubría mi zona íntima, sus manos recorrieron cada espacio de mi piel y junto a ellas sus labios que probaron cada parte de mí, mis manos le proporcionaron caricias carentes de delicadeza, cuando fue mi turno de posicionarme sobre él, escondí mi rostro en su cuello y lo besé de manera posesiva marcando esa zona de su cuerpo, besé alrededor de sus labios mientras él se quejaba para recibir un beso mío, se veía tan dulce, tan atractivo, tan mío que me costaba creerlo. Mis manos viajaron hasta el borde de sus boxers y me deshice de ellos en cuestión de segundos, el me miró con picardía pero la ternura con la que se estaba entregando no le abandonaba, me coloqué sobre él e incliné mi rostro hacia el suyo, Chis apretó sus labios, yo sentí sus dedos ejerciendo presión en mi cintura, empujando mi cuerpo hacia abajo casi deseando que su prominente erección destruyera la fina tela de mi ropa interior, atrapé sus labios con fiereza y devoré su boca a mi gusto, el recorrió mi espalda con sus grandes manos y desabrochó mi brasier, yo lo ayudé a quitármelo sin separarme de sus labios, el roce de mis pezones erectos con su pecho hicieron que él emitiera un suave sonido, pegué mi pecho al suyo y él se abrazó a mí, me dejó esta vez debajo de su cuerpo, sus labios dejaron un recorrido de besos desde mi frente hasta mis senos.
Él se detuvo justo frente a mi pecho y acarició con la yema de sus dedos mi piel sin apartar su penetrantes ojos azules de los míos, ¡estaba a punto de hacerme perder la cabeza!, cuando por fin pasó la lengua por uno de mis pezones dejé caer mis párpados, el succionó despacio cada uno de ellos, besó el espacio entre mis senos y sus labios viajaron ahora hasta mi abdomen pero una de sus manos no dejó de proporcionarle caricias a mis pechos por un par de minutos más, luego colocó las manos en mi trasero y elevó un poco mi cadera, mordió el borde de la fina tela de mi ropa interior y de deshizo de ella con ayuda de una de sus manos, sus dedos apretaban con firmeza mi piel y coloqué una de mis piernas sobre su hombro para facilitar el delicioso proceso para ambos, él escondió su rostro en mi intimidad y estuvo allí, comiendo de esa delicada área de manera posesiva, hubieron momentos en los que se detenía para esperar que una súplica escapara de mis labios, mis gemidos resonaban en la habitación al igual que su nombre, el cual no podría borrarse de mis pensamientos ni en mil años, cuando él logró su cometido subió hasta mis labios y me besó, mis manos desesperadas viajaron hasta su erección, él mordió mi labio inferior con fuerza y acomodó su miembro de modo que rozara con mi centro.
Te amo -murmuró juntando su frente con la mía, y yo sonreí, se sentía tan bien escucharlo decir eso.
Te amo mi amor -susurré como si aquello fuese lo más natural del mundo, el entró en mí, se movió con cuidado mientras mi cuerpo se acostumbraba a él, no quería ser cruel y tampoco creía que era conveniente compararlos, pero en ese instante Christopher me estaba haciendo sentir mucho más que Luke en tres años de relación.
Sus manos recorrían mi cuerpo al igual que las mías el suyo, rodee su cadera con mis piernas y él me penetró una y otra vez, ambos gemíamos de placer, nuestros labios de momento callaban los sonidos emitidos por nuestra boca, jamás había sentido tanto placer, amaba a Luke, pero Chris lograba que pusiera en duda mi amor por mi prometido, trate de no pensar en nada más y dejarme amar por quien había sido el hombre de mi vida durante mucho tiempo.
Eres mía -dijo más como una pregunta que como una afirmación.
Soy tuya -dije antes de unir nuevamente mis labios con los suyos, él aceleró sus movimientos y yo me acoplé a ellos, después de casi una hora disfrutando de sus embestidas, su cuerpo, su manera de única de hacerme el amor , él permaneció sobre mí, con sus labios pegados a mi pecho, mis labios aun entreabiertos conmigo intentando regular mi respiración, el mejor orgasmo de mi vida, mi cuerpo se estremeció de pensar en que a partir de mañana un momento como ese no podría repetirse, no entre nosotros dos. Nos quedamos en silencio, pero no era un silencio incómodo, todo lo contrario, él se colocó a mi lado y me abrazó a su pecho.
-No quiero perderte
Soy tuya -repetí nuevamente.
-Pero él no lo sabe
No pienses en él -dije antes de juntar mis labios con los suyos nuevamente y sin poder evitarlo y con la desnudez a nuestro favor, él me hizo el amor nuevamente, esta vez su delicadeza se esfumo al igual que la mía, permitiéndonos disfrutar una nueva faceta del sexo para nosotros, me dejé amar sin límites y sin arrepentimiento alguno.
El resto del día estuvimos paseándonos por el departamento en ropa interior, comimos, vimos televisión, él me dijo un millón de veces que me amaba al igual que yo a él, hicimos el amor todas las veces que fue posible, en ningún momento se mencionó a Luke o a la boda.
Quería degollar a todas las chicas que se te acercaban -dije yo sentada en sus piernas en el sofá de la sala.
Yo quería hacer exactamente lo mismo, pero eso no es lo importante ahora -él me sentó a su lado y nos acomodamos de modo que él quedara frente a mi- ¿vas a casarte? -mire el reloj que estaba en la mesita frente a nosotros, eran las ocho de la noche, recién habíamos cenado, lo miré nuevamente a él y tomé una bocanada de aire antes de responder a su pregunta.
No lo sé -¿de verdad no lo sabía?.
No me hagas esto, por favor -sus ojos brillaban más de lo normal- no nos hagas esto.
-Tranquilo, prometo que no nos haré daño.
-¿Te quedarás conmigo?.
-Prometo que seré tuya toda mi vida -dije sin pensarlo.
¿Te quedarás conmigo? -repitió él y yo asentí con una sonrisa.
Él no insistió más en aquel tema, probablemente estaba seguro de mi palabra y mucho más por todo lo que había ocurrido en el día, hablamos acerca de lo tontos que fuimos por no confesar el uno al otro absolutamente nada y por no ser capaces de captar alguna señal, pero ya qué más daba, no valía la pena hablar del pasado, ahora lo único que ocupaba mis pensamientos era que amaba a dos hombres totalmente opuestos en cuanto a personalidad, no quería herir a ninguno de los dos pero debía tomar la decisión más difícil de mi vida y lastimar a uno de ellos.
Un beso suyo me saco de sus pensamientos, él acunó mi rostro con sus manos y deposito varios besos en mis labios.
-Te amo Lisa
-Y yo a ti Christopher
Un par de horas después estábamos los dos acurrucados en mi cama, yo con el teléfono en mi pecho y él profundamente dormido, levanté el teléfono para ver la pantalla cuando lo sentí vibrar.
¿A qué te refieres con qué tenemos que hablar? Luke
No estoy segura de querer casarme Luke, lo siento. Lisa
¿Es por ese imbécil? Luke
Es por mí. Lisa
Mi amor, solo son nervios, tranquila, ¿nos vemos mañana si? Te amo. Luke
No respondí el mensaje porque lo cierto era que no sabía si lo vería mañana.
Hola chicas/os , ¿cómo están?, tengo problemas con mi laptop así que puede que demore en subir el siguiente capítulo, espero este les guste!.. Dejen comentarios y así me animo un poco más a subir el siguiente así tenga que escribir del tlfn xd, un beso, chau!
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No puedo vivir sin ti
RomanceDejé escapar el aire de mi cuerpo, mis manos temblaban con cada paso que ella daba hacia el altar, la mujer que había amado desde la adolescencia, estaba allí, más hermosa que nunca, con una sonrisa dibujada en sus labios, con su padre al lado, en s...